© Plutón Ediciones X, s. l., 2020
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I.S.B.N: 978-84-18211-21-8
Dedicado a Ainhoa, Miguel,
Niobe, Enzo y Juno,
el alma de mi existencia,
sin dejar de dar las gracias
a Wang Dai y a Insik Yoon
por su exquisita colaboración.
Prefacio: El alma del mundo
Todo tiene alma,
la piedra, el insecto, el animal,
el hombre y sus pensamientos,
todo vibra, todo se emociona,
todo tiene sentimientos.
Si hay una mitología con una gran carga espiritual, sin que por ello falte el sentido del humor, la superstición, el romanticismo, la imaginación, el heroísmo, el ingenio y el simbolismo que esconde mensajes dentro de los textos más curiosos, esa es la mitología china.
Por tanto, no es nada raro que la cultura china sea el alma del mundo, el espíritu que se eleva y que trasciende, el conocimiento arcaico que da luz al pensamiento occidental y que, sin embargo, es una gran desconocida.
Quinientos mil años de historia legendaria, grandes civilizaciones perdidas que han dado paso a civilizaciones menos desarrolladas, hogar de los dioses que fue legado a la humanidad más como una prueba o como una venganza que como un regalo, donde la raza humana deberá encontrar el verdadero camino que la libere de la prisión ilusoria y llena de tentaciones a donde se le ha remitido para que purgue sus errores.
Cuando se habla de la China Milenaria, se está hablando de prácticamente todo el Oriente, de Asia y Eurasia, de Rusia, Mongolia, India, Indostán, Indochina, Filipinas y algo del más antiguo Japón, por citar unas cuantas de las muchas influencias mutuas que conforman la mitología china.
Hay algunos puntos en común con otras mitologías, pero la intención, la esencia y la concepción de las leyendas chinas son muy diferentes a las de las leyendas de Occidente, por más que el pensamiento occidental haya querido asimilarlas y traducirlas a su unificadora forma de pensamiento.
Esto se debe, entre otras cosas, a que la Iglesia católica, en particular, y el pensamiento judeocristiano, en general, no han tenido éxito, a pesar de que el islam lo sigue intentando y tiene una amplia presencia en el Oriente actual exceptuando, por supuesto, a China.
Los elementos de la mitología china van desde lo más popular hasta lo más refinado y espiritual, con toques de superstición, astrología, Feng Shui, I Ching, taoísmo, confucianismo, artes marciales, influencias dinásticas, mongolas, budismo, Zen y Budismo Zen, además del secular animismo y algo del sintoísmo japonés.
Buena parte del manga y los dibujos animados japoneses están basados en la más tradicional y antigua mitología china, así como muchos de los filmes y películas de artes marciales, desde las más refinadas hasta las más burdas, que se producen tanto en Oriente como en la industria fílmica occidental.
Actualmente, y de una manera inconsciente, los mitos y leyendas orientales están presentes en la vida diaria de niños y adultos occidentales gracias a la difusión fílmica y televisiva como fenómeno reciente de las últimas décadas, con lo que un gran desconocido hasta el siglo XIII, gracias a Marco Polo, y algo más develado a partir de los siglos XVI y XVII por la expansión colonialista de Occidente, hoy en día forma parte de nuestra cotidianidad.
El Tigre y el Dragón, el Rey Mono y la Rata Sabia, la Tortuga Milenaria y la Grulla Dorada son ahora parte de nuestro pensamiento mítico y mágico, sin que el sincretismo religioso los haya disfrazado de santos católicos.
Utilizamos palabras del chino mandarín sin saber su significado, pero las utilizamos. Incluso las pronunciamos mal, gracias a la pronunciación inglesa que no tiene nada que ver con la hispana.
Oriente nos fascina, la mitología china nos impregna aunque no comprendamos del todo su significado y su influencia, aspectos que en este libro intentaremos subsanar dando algunas claves de su contenido, desde el más popular hasta el espiritual, para descubrir así el alma del mundo que se contiene en los mitos y leyendas de la mitología china.
Introducción: 500 mil años de historia
Cuando te preguntes
de dónde viene algo,
no lo dudes,
viene en la Nao de la China.
Hasta hace poco tiempo, en Occidente, la historia de China se consideraba más mítica y legendaria que real, ya que de China se conocían varios tópicos y uno que otro cuento, sus productos de dudosa calidad pero muy baratos, la comida china, nacida en San Francisco (USA) y no en China; la Gran Muralla, el libro rojo de Mao, la celebración del año nuevo alrededor de febrero, las artes marciales, especialmente el Kung Fu, los viajes de Marco Polo y la Ruta de la Seda, algo sobre dragones, la expansión de Gengis Kan, las sublimes pagodas, algo sobre Buda y su culto en China, y poco más.
Pero la historia de China es mucho más que eso, e incluso secreta y prohibida en muchos aspectos para los occidentales, que jamás han podido conquistar y comprender este territorio del todo.
Quinientos mil años de historia suena a exageración o, dentro de los campos del humor, a cosa de chinos, mientras que para la mitología china la cifra se queda corta porque sus mitos, si esconden algo de realidad entre sus símbolos y metáforas, nos llevan a un mundo demasiado lejano para el común y occidental entendimiento.
¿Hace cuánto tiempo los dragones volaban por el cielo? ¿Por cuántos años los dragones compartieron su existencia con nosotros?
Los dragones son muy antiguos y, según las leyendas, nos acompañaron por lo menos desde hace cientos de miles de años hasta la Edad Media, y estuvieron muy presentes en todo el mundo hace tres o cuatro mil años. Algunos de ellos fueron divinos y de buena fortuna, celestiales y buenos consejeros; pero otros fueron aviesos y malvados, destructivos e infernales, traían la desgracia consigo y empujaban hacia el mal a los seres humanos. ¿Eran nueve dragones, o nueve tipos de dragones?
Como todo ente divino o sobrenatural, los nueve dragones nos abandonaron un día y nos dejaron a nuestra suerte, pero dejaron en China al primer estado del mundo, la sabiduría y el conocimiento, la paz interior y la trascendencia, la inmortalidad del alma y el ascenso del espíritu.
Observado desde cierta perspectiva, se puede decir que todo lo que conocemos en Occidente —y que a menudo consideramos producción propia— proviene originalmente de la China más antigua y milenaria.
En la mitología china se mezclan los dioses con los héroes y sus pasiones, como en muchas otras mitologías, pero, a diferencia de las demás, ofrece leyendas de un alto sentido espiritual, como las antiguas leyendas del Zen puro y clásico, cuyo lenguaje hay que conocer para comprenderlas, unas leyendas que se extienden hasta la llegada del budismo y encuentran en el Tao su mayor expresión.
China, actualmente tan cercana a través de sus productos (en cada hogar del mundo hay por lo menos un producto chino), es y fue una gran desconocida para Occidente hasta hace unos pocos años.
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