29«WikiLeaks fights to stay online after US company withdraws domain name», The Guardian, 3 de diciembre de 2012: (consultado el 23 de octubre de 2012).
30«Don’t Look, Don’t Read: Government Warns Its Workers Away From WikiLeaks Documents», The New York Times, 4 de diciembre de 2010: (consultado el 23 de octubre de 2012).
31«Banking Blockade», WikiLeaks: (consultado el 22 de octubre de 2012
32Se recomienda la lectura del relato que Jacob escribió sobre sus detenciones. Véase: «Air Space—a trip through an airport detention center», boingboing, 31 de octubre de 2011: .
También es importante una entrevista con Jacob sobre las detenciones publicada por Democracy Now. «National Security Agency Whistleblower William Binney on Growing State Surveillance», Democracy Now, April 20, 2012: (consultados el 23 de octubre de 2012).
33El caso es oficialmente conocido como In the Matter of the 2703(d) Order Relating to Twitter Accounts: Wikileaks, Rop_G IOERROR y BirgittaJ.
34«Secret orders target email», Wall Street Journal, 9 de octubre de 2011: (consultado el 22 de octubre de 2012).
35«Twitter Ordered to Yield Data in WikiLeaks Case», The New York Times, 10 de noviembre de 2011: (consultado el 22 de octubre de 2012).
36«ACLU & EFF to Appeal Secrecy Ruling in Twitter/WikiLeaks Case», comunicado de prensa de la Fundación Electronic Frontier, 20 de enero de 2012: (consultado el 22 de octubre de 2012).
Una mayor comunicación versus una mayor vigilancia37
JULIAN: Si nos retrotraemos a comienzos de los noventa, cuando surgió el movimiento criptopunk en respuesta a las restricciones estatales a la criptografía, mucha gente esperaba que el poder de internet posibilitara mantener comunicaciones libres y sin censura, comparado con lo que ocurría con los medios tradicionales. Pero los criptopunks siempre vieron que, de hecho, esto traía aparejado también el poder de vigilar todas las comunicaciones que existían. Ahora nos encontramos ante la disyuntiva de una mayor comunicación versus una mayor vigilancia. Una mayor comunicación significa que tienes un plus de libertades con relación a quienes están tratando de controlar las ideas y generar consensos, y una mayor vigilancia significa exactamente lo opuesto.
El control es mucho más evidente ahora que cuando la vigilancia era realizada «en volumen» solo por los estadounidenses, los británicos y los rusos y algún que otro Gobierno como el suizo o el francés. Ahora es llevado a cabo por todos o casi todos los Estados debido a la comercialización de tecnología de vigilancia masiva. Y se está dando de forma totalizadora, porque la gente está volcando todas sus ideas políticas, sus comunicaciones familiares y sus amistades a internet. De modo que no solo se da una mayor vigilancia de la comunicación existente, sino que se trata de una comunicación mucho mayor. Y no solo es un incremento en el volumen de la comunicación; es un incremento en los tipos de comunicación. Todos estos nuevos tipos de comunicación que anteriormente habrían sido privados ahora están siendo interceptados en masa.
Se está librando una batalla entre el poder que representa esta información recabada desde adentro por estos ocultos poderes estatales que están empezando a gestarse, que intercambian entre sí, y que desarrollan conexiones entre sí y con el sector privado, versus la cada vez más numerosa gente común muñida de internet como herramienta colectiva para que la humanidad se hable a sí misma.
Quiero pensar cómo presentar nuestras ideas. El gran problema que he tenido, por estar inmerso en la vigilancia estatal y por conocer cómo se ha desarrollado la industria de la seguridad transnacional en los últimos veinte años, es que estoy demasiado familiarizado con ello y por ende no puedo ver esto desde una perspectiva neutral. Pero ahora nuestro mundo es el mundo de todos, porque todos han volcado lo más profundo de sus vidas a internet. Debemos comunicar de algún modo lo que sabemos mientras aún podamos.
ANDY: Sugiero no ver esto desde el punto de vista del ciudadano sino desde el punto de vista de las personas en el poder. El otro día estaba en una conferencia extraña en Washington y conocí a unos muchachos con identificación de la embajada alemana. Me acerqué a ellos y dije: «Ah, son de la embajada alemana», y ellos dijeron: «Eh, no exactamente de la embajada, somos de un lugar cerca de Múnich». Resultó que eran del Departamento de Inteligencia Internacional y durante la cena les pregunté: «Entonces, ¿cuál es el objeto de la confidencialidad?». Ellos me respondieron: «Bueno, se trata de frenar los procesos para poder controlarlos mejor». Ese es el meollo de este tipo de tareas de inteligencia, frenar un proceso entorpeciendo la capacidad de la gente para comprenderlo. Declarar ciertas cosas como confidenciales significa limitar la cantidad de personas que tienen el conocimiento y por lo tanto la capacidad para afectar el proceso.
Si piensas en internet desde la perspectiva de las personas en el poder, los últimos veinte años han sido aterradores. Ellos ven internet como una enfermedad que afecta su capacidad para definir la realidad, para definir lo que está sucediendo, que luego es usado para definir lo que la gente sabe sobre lo que está ocurriendo y su capacidad para interactuar con dicha realidad. Si pensamos por ejemplo en Arabia Saudita, donde por algún accidente histórico los líderes religiosos y los dueños de gran parte del país son las mismas personas, su interés por el cambio es casi nulo. O negativo, tal vez. Seguramente ven internet como una enfermedad y les dicen a sus asesores: «¿Tienes algún remedio contra esto que anda dando vueltas? Necesitamos estar inmunes si esto infecta a nuestro país, si internet se propaga». Y la respuesta es la vigilancia masiva. Es decir, «Necesitamos controlarlo en su totalidad, necesitamos filtrarlo, necesitamos saber todo lo que hacen». Y eso es lo que ha ocurrido en los últimos veinte años. Hubo enormes inversiones en vigilancia porque las personas en el poder temían que internet pudiese afectar su forma de gobierno.
JULIAN: Y, sin embargo, a pesar de esta vigilancia a gran escala, la comunicación masiva ha permitido que millones de personas pudiesen llegar a un rápido consenso. Si puedes pasar muy rápidamente de una situación de normalidad a una nueva situación de consenso masivo, aunque es posible que el Estado vea este desarrollo, no tendrá suficiente tiempo para formular una respuesta efectiva.
Dicho esto, en El Cairo se organizó en 2008 una protesta a través de Facebook. Esta tomó por sorpresa al Gobierno de Mubarak, y en consecuencia estas personas fueron identificadas a través de Facebook.38 La primera página de un manual, uno de los documentos más importantes usados en la revolución egipcia decía: «No usar Twitter o Facebook» para distribuir el manual, sentencia que se repetía en la última página.39 Sin embargo, muchos egipcios usaron Twitter y Facebook. Pero la razón por la que sobrevivieron es que la revolución fue exitosa. Si no hubiese tenido éxito, entonces esas personas habrían estado en una posición muy delicada. Y no olvidemos que bien en un principio el presidente Mubarak cortó la conexión a internet en todo Egipto. En realidad, resulta dudoso si el apagón de internet facilitó la revolución o la perjudicó. Algunas personas piensan que la facilitó, porque la gente tuvo que salir a la calle para obtener información sobre lo que estaba aconteciendo, y una vez que estás en la calle, estás en la calle. Y la gente se vio directamente afectada porque sus teléfonos celulares y su acceso a internet no funcionaban.
De modo que si va a ser exitosa, tiene que haber una masa crítica, tiene que suceder rápidamente y tiene que ganar, porque si no gana la misma infraestructura que posibilita que se desarrolle un rápido consenso será usada para identificar y aislar a todas las personas involucradas en generar dicho consenso.
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