En este sentido Ríos (2004) considera que las innovaciones didácticas “buscan mejorar situaciones educativas, las cuales pueden ser a partir de contenidos, metodologías, evaluación, organización, gestión, relación entre los actores educativos, recursos didácticos, valores, actitudes y creencias de los agentes escolares, etcétera” (p. 97. Es por eso que toda innovación requiere de una evaluación continua que posibilite una revisión constante a fin de realizar ajustes para atender las dificultades que se vayan presentando durante su desarrollo.
La evaluación es el otro componente fundamental del proyecto escolar con el cual se identifica si realmente se ha conseguido transformar o mejorar cualitativamente y cuantitativamente la conducta de un alumno en base al contenido que se está enseñando. Evaluar en un proyecto, según SEP (2011), “permite el desarrollo de las habilidades de reflexión, observación, análisis, el pensamiento crítico y la capacidad para resolver problemas; para lograrlo, es necesario implementar estrategias, técnicas e instrumentos de evaluación” (p. 47)
Por lo tanto, uno de los momentos cruciales de este componente es la evaluación inicial o diagnóstica ya que, Serrano de Moreno (2002) señala que:
(…) conocer los conocimientos previos de los alumnos, las experiencias que traen al proceso y sus condiciones personales, familiares y sociales se pueden considerar factores internos y externos de su realidad educativa, apoyándose en fuentes de información y parámetros de gestión escolar que le permitan analizar, reflexionar, identificar y priorizar sus necesidades educativas para la toma informada de decisiones que fortalezcan su autonomía de gestión escolar (p. 66)
En el proceso de evaluación es indispensable contar con un diagnóstico, el cual permite determinar de dónde se parte, y en qué condiciones se encuentra la situación que se quiere atender, además de establecer las necesidades educativas que se busca mejorar. El diagnóstico se traduce en la definición de una estrategia de intervención que oriente la práctica innovadora. Por último, resulta fundamental que el docente considere que en la evaluación también se obtiene información relevante sobre los resultados que se lograron a partir del desarrollo del proyecto escolar, pues “la evaluación es un mecanismo de revisión y renovación constante que permite orientar el avance o logro de cualquier proceso pedagógico” (Serrano de Moreno, 2002); por tanto, a partir de la implementación de los instrumentos de evaluación, se podrá mejorar de manera permanente toda práctica educativa.
Los componentes centrales de un proyecto innovador son:
Figura 5.Esquema de componentes para la elaboración de un proyecto innovador en la escuela (INEE, 2018)
M etodología del proyecto escolar “Matemáticas Lúdicas
Una vez analizados los componentes del proyecto escolar, ahora toca establecer la metodología para su implementación. Como hemos señalado, este proyecto está dirigido a alumnos que cursan el nivel preescolar, primaria y primero de secundaria, ya que cada secuencia didáctica diseñada tiene las adaptaciones curriculares pertinentes para cada nivel.
La asignatura de matemáticas es considerada un conjunto de conceptos, métodos y técnicas mediante los cuales es posible analizar fenómenos y situaciones en contextos diversos; interpretar y procesar información tanto cuantitativa como cualitativa. La actividad matemática en los alumnos tiene la finalidad de propiciar procesos para desarrollar otras capacidades cognitivas, como clasificar, analizar, inferir, generalizar y abstraer, así como fortalecer el pensamiento lógico, el razonamiento inductivo, el deductivo y el analógico. Es una asignatura que requiere de una diversidad de estrategias para que el alumno aprenda cada uno de los contenidos correspondientes a su grado escolar. Resulta importante que el docente recurra a estrategias innovadoras que puedan ayudar a que el nivel de atención de los alumnos se mantenga, para que así procesen la información matemática a aprender, siendo una gran alternativa el método lúdico.
Dentro del proyecto escolar el componente lúdico puede aprovecharse como fuente de recursos estratégicos, ya que ofrece numerosas ventajas en el proceso de enseñanza-aprendizaje; es una estrategia afectiva, puesto que desinhibe, relaja y motiva; permitiendo una comunicación real, favoreciendo el desarrollo cognitivo, ya que a través del juego el niño tendrá que deducir, inferir, formular hipótesis; recurso de memorización, cuando el juego consista en repetir una estructura aritmética. Froebel (1968) considera que “la verdadera esencia para la enseñanza de las matemáticas en la etapa escolar está en los ambientes lúdicos” (p. 102), el juego por lo tanto ofrece al alumno la posibilidad de convertirse en un ser activo en una situación real de trabajo escolar, además de volverse creativo y sentirse en un ambiente cómodo y enriquecedor que le proporciona confianza para expresarse y recibir la información de determinado contenido a aprender.
La oferta curricular que la escuela defina durante los Consejos Técnicos Escolares al inicio del ciclo escolar debe responder a los intereses, habilidades, necesidades de los alumnos y de su contexto escolar, haciendo el mejor uso de los recursos humanos, materiales y financieros de que disponga, siendo las matemáticas una de las asignaturas que requiere una especial atención dentro de la comunidad escolar. Por lo tanto, la organización de los alumnos para la puesta en marcha de este proyecto deberá tomar en cuenta:
Sus intereses, fortalezas, capacidades y recursos de la escuela, con la finalidad de organizar un conjunto de espacios curriculares que contribuyan a ampliar la formación académica, a partir de estrategias de corte lúdico para la enseñanza de las matemáticas, en específico la aritmética.
El enfoque metodológico, basado en la utilización del método lúdico como instrumento generador de aprendizajes relacionados con los contenidos de las matemáticas. Lo cual crea oportunidades para renovar las formas de trabajo escolar, con actividades propuestas a los alumnos a través de juegos que son de su interés y motivación para que movilicen todos sus conocimientos y habilidades motrices mediante estrategias de trabajo colaborativo.
Los grupos durante las secuencias didácticas deben ser heterogéneos, ya que así el aprendizaje es mediado por las diversas perspectivas de los alumnos de diferentes sexos. Por lo tanto, la interacción social a través del aspecto lúdico es un factor determinante a tener en cuenta, porque si se crea un ambiente de aprendizaje positivo se lograrán prácticas educativas auténticas, las cuales serán reales, relevantes y significativas para la vida cotidiana de los alumnos. Si bien el aprendizaje de las matemáticas es un desafío para el docente, este proyecto escolar es una oportunidad para innovar y establecer nuevas reglas de colaboración y aprendizaje en conjunto.
Es necesario tener en cuenta que para la aplicación de las secuencias didácticas, el docente tiene que conocer los intereses de los participantes a través de situaciones de aprendizaje que integren a todos y generen el trabajo colaborativo entre ellos para la solución de problemas aritméticos, realizando actividades en el patio escolar de manera que el alumno a través del juego asuma un papel dinámico y el docente sea un facilitador del proceso.
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