Jay E. Adams - Capacitados para restaurar

Здесь есть возможность читать онлайн «Jay E. Adams - Capacitados para restaurar» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Capacitados para restaurar: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Capacitados para restaurar»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un manual cristiano para aconsejar. Escrito para laicos con el propósito de ayudar a miles de cristianos que desean actuar como psicólogos con personas de su intimidad. El autor expone de forma directa quiénes son consejeros, cuáles son los objetivos o peligros, cuál es el proceso de aconsejar, los principios básicos, cómo desarrollarse como consejero y los problemas más frecuentes en esta labor. El libro está escrito en un lenguaje exento de tecnicismos y totalmente fundamentado en bases bíblicas.

Capacitados para restaurar — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Capacitados para restaurar», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Naturalmente, hay muchas variaciones de estos temas. Pero no es conveniente que se ponga mucho énfasis en otros libros, puesto que esto significaría anular el propósito de éste. Si se desea ampliar el objetivo del presente libro, es mejor usar Más que redención y uno o más de los otros tres.

Naturalmente, este libro puede ser usado también de modo individual.

Sé que hay mucha necesidad de un volumen como el presente; son a centenares los miembros de iglesia, así como sus pastores, que me lo han pedido. A fin de satisfacer esta necesidad, edificar la Iglesia de Cristo y honrarle a Él como Señor, lo ofrezco para los propósitos que Él quiera usarlo.

JAY E. ADAMS

The Milhouse

Juliette, Georgia

1980

1Para hallar más profundidad y detalle ver otros libros míos Competente para - фото 3

1.Para hallar más profundidad y detalle ver otros libros míos; Competente para aconsejar, El manual del consejero cristiano, Pláticas sobre aconsejar y Más que redención.

2.Estas preguntas pueden ser anotadas en una agenda de la clase, para referencias ulteriores. Puede nombrarse un secretario para hacerse cargo de esta tarea.

Capítulo 1

¿QUIÉN DEBE ACONSEJAR?

¿Es el aconsejar cristiano la obra de un grupo de personas muy especializadas? ¿Pertenece sólo a los pastores y a los ancianos de las iglesias exclusivamente? ¿Qué pasa con el miembro regular de una iglesia cristiana, hombre o mujer: tienen ellos un ministerio de aconsejar al cual Dios los haya llamado como legos? Estas preguntas y otras similares me las han hecho muchas personas docenas de veces, casi cada semana del año.

La respuesta es simple, pero profunda: Dios llama a cada cristiano a aconsejar a otros, en algún punto, algún tiempo, sobre algo, pero no los llama a aconsejar a cada persona, bajo toda situación, en todo tiempo, sobre todo. Procuraré explicar esta afirmación en el resto de este capítulo. En Gálatas 6:1 leemos:

«Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros, los que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.»

A este versículo puede añadirse Romanos 15:14:

«Pero estoy convencido de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, y capacitados también para amonestaros los unos a los otros.»

Y en Colosenses 3:16:

«La Palabra de Cristo habite ricamente en vosotros, enseñándoos y amonestándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos, himnos y cánticos espirituales.»

Estos versículos, de modo claro, hacen entrar de pleno a todos los cristianos (todos los que «tienen el Espíritu») en la tarea del aconsejar.

La orden es clara: tenemos todos que «restaurar» a cualquier hermano o hermana a quien Dios haya colocado providencialmente en nuestro camino de cada día. Pero, al mismo tiempo, hay varias consideraciones importantes que hemos de mencionar. El fallar en hacerlo daría una impresión falsa de lo que Dios requiere.

Primero, notemos la palabra «restaurar». La palabra es importante. El original griego de la palabra (el Nuevo Testamento fue escrito en griego) era usado por los pescadores y los médicos cuando describían el reparar las redes o el reducir una fractura. Llamaban a esta tarea «restauración». Una red rasgada tiene muy poco valor, los peces se escapan por el agujero. Lo mismo un hueso roto es inútil, pues es imposible apoyarse en él. Pero cuando las redes son reparadas y los huesos reducidos, decimos que han sido restaurados a su uso propio.

Después de la restauración, la red o el brazo vuelven a funcionar como deben. Éste es precisamente el objetivo del aconsejar cristiano que se nos presenta delante en Gálatas 6:1. Al sobrellevar la carga del aconsejar a aquellos que están en necesidad ( y el aconsejar es una carga), uno procura restaurar al hermano o hermana que yerra a la utilidad en la Iglesia de Cristo, para su honor y para el beneficio de ellos ( cfr . Gál. 6:2 con 6:5). El consejero no asume las responsabilidades del hermano (no es esto lo que dice el v. 2); lo que hace es llevar la carga de la necesidad de aconsejar, de modo que el hermano mismo sea capaz de llevar sus responsabilidades (v. 5). Esto es restaurar: restaurar a otro a un lugar de utilidad en la Iglesia del Señor.

En segundo lugar, notemos que es el mismo miembro de una iglesia cristiana que ha de hacer esta restauración. No ha de remitir al hermano que necesita ser aconsejado al pastor o a los ancianos de la iglesia. Más bien, la restauración es su propia obligación. Es de suponer que lo que Pablo dice es que el tener el Espíritu califica de modo básico al cristiano para ayudar a otro. El hecho de la presencia del Espíritu no sólo hace posible, sino apropiado, que uno inicie y entre en el proceso de restauración o de aconsejar. Esto no significa que uno que se queda atascado en algún punto, en el curso del aconsejar, no pueda buscar la ayuda de otro cristiano; 1 naturalmente que puede. Pero significa que no puede remitirlo a otro como medio de esquivar sus propias responsabilidades en la materia. Ha de recordar que Dios colocó, providencialmente, al cristiano que yerra en su camino, para que él le ministre. A diferencia del sacerdote y el levita, no puede pasar de largo por el otro lado. Dios nos requiere en estas situaciones que seamos buenos samaritanos, derramando aceite sobre el alma a nuestra costa.

Si en algún punto se ve que es necesario remitir al hermano a un anciano o al pastor, es prudente que la referencia que hagas sea no sólo del aconsejado, sino de ti mismo. Al hacerlo, aprenderás lo que no sabías, de modo que en el futuro podrás resolver la misma clase de problema tú mismo. Además, puedes ofrecer al consejero información muy valiosa.

En tercer lugar, nota también que es a los que Dios ha colocado providencialmente en tu camino que se te manda restaurar. No se te llama a un ministerio en que busques casos potenciales para aconsejar (no hay necesidad de esto, en realidad; ¡el camino de Jericó está lleno de víctimas!). El miembro que vaya buscando problemas entre sus hermanos está pecando; se ha vuelto un entremetido (2.ª Tes. 3:11). Su tarea es hacer bien cuando aparece la oportunidad (Gál. 6:10); esto es, cuando Dios coloca a otro en su camino. Esta consideración importante significa que el miembro de la iglesia está llamado a un ministerio no oficial de aconsejar. El aconsejar sólo es una parte ocasional de la tarea de ser un cristiano. Por el hecho de tener el Espíritu, es capaz de hacer este aconsejar no oficial al que ha sido llamado en todo el curso de las actividades de su vida. Pero no es llamado a un ministerio en forma de aconsejar como una parte de su vocación en la vida. Esta tarea es designada para personas dotadas de modo especial, que han sido ordenadas (designadas) para la tarea como ancianos, dirigentes y administradores de los que se requiere que pastoreen la grey de Dios.

A estos consejeros oficiales de la iglesia, a los que Dios requiere que aconsejen como parte de su cargo (o trabajo), Dios les ha dado una carga más pesada y una autoridad más amplia para ejercerla. Como resultado, tienen que hacer lo que al lego se le prohíbe hacer; deben buscar los problemas entre los miembros de la iglesia, con miras a cortarlos de raíz. Como pastores, no se les requiere sólo que se hagan cargo de los problemas con los cuales tropiezan en su camino, sino que han de vigilar sobre las almas (vidas) de cada miembro:

«Obedeced a vuestros pastores, y someteos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso» (Heb. 13:17).

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Capacitados para restaurar»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Capacitados para restaurar» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Capacitados para restaurar»

Обсуждение, отзывы о книге «Capacitados para restaurar» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x