Primero, considere con quién va a trabajar. El libro de Don McNair’s T he Birth, Care, and Feeding of the Local Church (El Nacimiento, El Cuidado y La Alimentación de la Iglesia Local) contiene el fruto de su extenso estudio de, y experiencia en, la plantación de iglesias. 6McNair sugiere que cuando un pastor comienza una iglesia, es probable que después de tres años, el 90 por ciento de la gente que asistió al comienzo ya no esté ahí. O que el mismo pastor se haya ido. Estoy consciente que existen muchas excepciones a esta regla pero de acuerdo a mi propia experiencia debo admitir que así es la norma. Muchas de las personas que llegaron a una iglesia nueva se terminan yendo después de poco tiempo, quizás porque no se pudieron llevar bien en ningún otro lugar, trayendo los mismos problemas consigo. Quizás se sintieron atraídas a la nueva iglesia con la esperanza que fuera lo que ellos querían que fuese una iglesia, desanimándose cuando no llegó a ser lo que ellos esperaban.
La mayoría de las plantaciones de iglesias no resultan atrayentes para muchos cristianos maduros con fervor misionero, deseosos de sacrificios para promover el reino de Dios. Por el contrario, los que son fervorosos tienen la tendencia a ser fervorosos en otros asuntos. Por ejemplo, ellos creen saber “cómo debiera ser una iglesia”, y dicen que los líderes de la iglesia anterior se interponían en el camino, lo que les hizo conectarse con este grupo más pequeño de personas para tener más control de lo que pasa. Quizás puede que estén inconformes con lo que estaba sucediendo en otra iglesia, decidiendo “probar esta.” Quizás simplemente les guste la idea que sea “algo nuevo”, y que cuando ya no sea tan nuevo, pierdan el interés. Todo esto lleva a la conclusión que en la plantación de iglesias, un resultado típico mostrará que el 10 por ciento del grupo inicial se va a quedar, tanto que el otro 90 por ciento terminará finalmente cambiándose a otra iglesia.
Sin embargo, cuando un pastor recibe el llamado para ir a una iglesia que necesita ser revitalizada, éste hereda un grupo de gente que ha permanecido con esa iglesia en las buenas y en las malas. Probablemente sus debilidades han contribuido a su decadencia, y puede que se estén aferrando a viejas tradiciones, pero al menos no son personas “consumidoras” que se van a cambiar sin tener ninguna buena razón para hacerlo. Quizás también no todos tengan distintas ideas sobre cómo debiera ser una iglesia, como normalmente es el caso en la plantación de iglesias. La gente que ha permanecido con una iglesia durante la decadencia está comprometida a ese ministerio en ese lugar. Si bien ese tipo de personas va a ser un gran desafío en sí mismas, creo que pueden ser renovadas en su fe y ser grandemente usadas por Dios a través de los principios que analizaremos en este libro.
En muchos casos, la revitalización en las iglesias también tiene la ventaja de contar con recursos ya existentes. No hay que preocuparse de comprar un terreno, solo hay que preocuparse de alcanzar a la gente alrededor de él. No hay que construir un edificio, solo hay que llenar el que ya existe. Por otro lado, en la plantación de iglesias, los líderes pueden verse grandemente distraídos por años a causa del inmenso trabajo y los dolores de cabeza tratando de conseguir dichos recursos. Cuando se le pregunta a Steve Brown qué es lo que debiera hacer un pastor cuando la iglesia comienza con un proyecto de construcción de un edificio, normalmente su respuesta es la siguiente: “¡Renuncie!” Supongo que debe estar parcialmente bromeando. ¡No hay nada peor para el desgaste de un pastor que la construcción de un proyecto!
En consecuencia, el ministerio de la revitalización en las iglesias no tan solo refleja el corazón de Dios y el de Pablo, sino que cuando se lleva a cabo de acuerdo a la Palabra de Dios, es una manera práctica y eficaz de suplir las necesidades actuales del cuerpo de Cristo en nuestra tierra. Creo que este tipo de ministerio puede llegar a ser un catalizador del gran avivamiento que desesperadamente necesitamos en Estados Unidos.
La Oportunidad Mundial
La prioridad y el privilegio de la revitalización en las iglesias se extienden, sin embargo, más allá de nuestras fronteras hacia muchos otros lugares alrededor del mundo.
Por ejemplo, En Egipto existe una denominación llamada la Iglesia Presbiteriana Evangélica, que comenzó durante el siglo XIX, según entiendo, por presbiterianos escoceses-irlandeses. En la actualidad, según sé, existen 650 iglesias Presbiterianas Evangélicas que han sido aprobadas y que tienen licencia en Egipto, muchas con sus propios edificios. Sin embargo, las últimas estadísticas que vi, indicaban que tan solo 250 de ellas contaban con pastores y que solamente unas pocas están creciendo. Por lo tanto ¡es aquí donde existe una inmensa oportunidad para impactar grandemente a todo un país y a una cultura completa a través de la revitalización de las iglesias! No tenemos que “introducir escondidamente” ninguna Biblia ni tenemos que ir disimuladamente. El gobierno egipcio permite el funcionamiento de estas iglesias.
¿Se puede imaginar qué sucedería si 650 iglesias resucitaran en Egipto? Eso significaría que habría una revitalización de iglesias no tan solo a nivel local, sino que también a nivel nacional e incluso ¡ histórico ! Menciono esto ya que hace mucho tiempo atrás este país musulmán fue verdaderamente uno de los centros del Cristianismo. La ciudad de Alejandría, en la boca del Río Nilo, fue el lugar de la mayor biblioteca teológica del mundo antiguo. Los ejércitos musulmanes invadieron el Norte del África cristiano hace muchos años atrás pero nuestro Señor es capaz de volver a ganar aquellas naciones para Sí con las armas del Espíritu y el poder del evangelio. Quizás lo haga a través de la revitalización de muchas iglesias ya existentes ahí.
Otros pastores y yo hemos dado conferencias sobre la revitalización en las iglesias acá en Estados Unidos desde 1992 y recientemente nos hemos dado cuenta que existe un gran interés por este ministerio en otros países. Ahora tenemos la oportunidad de conducir las conferencias “De Las Brasas a las Llamas” en Australia, Nueva Zelanda, Corea, Japón, Uganda, Sudáfrica, Escocia, Irlanda, Inglaterra, Rumania y Francia. La lista sigue creciendo y nos encontramos en un período similar al del Segundo Viaje Misionero de Pablo. La obra del evangelio se ha expandido a través del mundo y ahora es el tiempo no tan solo de seguir plantando iglesias por medio del evangelismo y el discipulado, sino que también es tiempo de comprometernos con la revitalización en las iglesias. ¡Qué Dios nos ayude para usar esta gran oportunidad!
Si bien Dios está plantando iglesias en Estados Unidos y en el extranjero, también está haciendo grandes cosas a través del ministerio de la revitalización en las iglesias. Estoy convencido que lo mejor está aún por llegar, y que este tipo de ministerio se transformará en una parte cada vez más importante de cualquier estrategia misionera nacional e internacional. Si Dios le bendice con el privilegio de ser parte de la revitalización de una iglesia, él le dará la oportunidad, que yo he gozado, de ayudar a otros en el mismo camino, en toda nuestra nación y el mundo.
Para mí, todo comenzó cuando llegué a esa iglesia que se estaba muriendo y que describí en la introducción. Luego de unas semanas ahí, me comencé a preguntar si los “expertos” tenían razón, que la iglesia debía cerrar y cambiarse a campos más fértiles. Recuerdo haber apreciado el fervor de los autores y sus literaturas sobre el tema del crecimiento en las iglesias pero mi intuición me decía que no estaba convencido. Llegué a creer que esta situación se trataba de una prueba para mí, como la que enfrentó Abraham cuando se le dijo que ofreciera a su hijo Isaac. ¿Seguiría en obediencia al llamado de Dios, a pesar de los conflictos externos y la confusión interna? La Biblia dice que Abraham pensaba que “Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos” (Heb. 11:19), y yo por mi parte también creí que él tenía el poder para sanar y renovar a una iglesia que se estaba muriendo. Eso me hizo buscar en las Escrituras todo lo que pude hallar relacionado con la revitalización de las iglesias.
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