Claudio Rizzo - Nuestros enojos

Здесь есть возможность читать онлайн «Claudio Rizzo - Nuestros enojos» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Nuestros enojos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Nuestros enojos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Es un placer y una bendición poder presentarles mis libros y enterarme del bien que Dios a través de ellos está haciendo en tantas personas bautizadas y otras que se están acercando al Camino entendiendo cada día más su significado. Así sucede con mis cuatro libros anteriores en su orden respectivo: «El Sentido de la Vida»; «La Ansiedad y nuestros interrogantes»; «La Soledad en estos tiempos»; «El Amor no procede con bajeza» (sobre la histeria, las crisis, los traumas y la tristeza) y ahora mi quinto libro «Nuestros enojos: conflictos enigmáticos».
En el servicio de atención en las consultas de lo que llamamos «acompañamiento espiritual», me encontré con hermanos en distintas comunidades que en el fondo de sus corazones albergan desilusiones rencorosas, a veces, resentimientos revestidos de envidia o celosía, en otras ocasiones ponzoña e incluso odio…
Todas estas emociones agitan la vida interior y nuestra alma comienza a contaminarse desde sus pensamientos, muchas veces «bien configurados» hasta sentimientos muy contenidos y con poca perspectiva de cambios…
Cuando nuestros pensamientos que tienen «forma y vida» se desarrollan en concordancia con la aceptación de nuestros sentimientos y emociones, el más afectado siempre es aquel que los posee. Y solamente el proceso de conversión de los cristianos es el que en verdad va generando cambios actitudinales que son la expresión de nuestros pensamientos y sentimientos conversos. Como podemos darnos cuenta, la inteligencia y la buena disposición son la base evangélica para poder entrar en el proyecto salvífico que el Señor Jesucristo nos ofrece: la santidad.
Más aún, si no queremos ser santo, ¿qué sentido tiene ser «creyentes»? El creyente se adhiere, cree hasta lograr en un estado de alianza con el Señor, una convicción en la que «Solo en Dios descansa mi alma» (Sal 62).
Es por ello que en esta colección de reflexiones me incliné por profundizar nuestra vida de fe con la Palabra y aportes científicos humanos que nos permitirán erradicar nuestros enojos. Claro está que debemos determinarnos a revisar nuestra vida con sus luces y sombras, ya que somos seres históricos. Hay cosas que advertimos en nuestra historia y otras que seguramente a través de este libro podremos lograr descubrir. La revisión de vida es fundamental especialmente cuando experimentamos enojos…
Los enojos son fuerzas negativas y según dónde se ubican en nuestra vida, esas fuerzas más rápidamente destruirán o al menos lo intentarán, la capacidad de disfrutar y sentir el verdadero amor de Dios. Los enojos pueden establecerse en reacciones recurrentes y éstas conocen solo el carácter transitorio. Diríamos que estamos a tiempo de no complicarnos la vida sino de ejercer un cambio esencial con la ayuda del Espírito Santo.
En vez, si los enojos ya llegaron a enraizarse en nuestros sentimientos, el trabajo será más complejo dado que los sentimientos suministran energía al cerebro y actúan como modo de ser. Mientras duren los enojos nuestro comportamiento será de fastidio, de rechazo e incluso hasta de discriminación.
El Espíritu no niega a nadie la capacidad de «ver». Sí requiere que la humildad sea nuestra compañera de vida. A la luz de la Sabiduría bíblica se entiende que ésta es «el reconocimiento de la propia fragilidad humana».
¿Nos sirve acaso creer que somos cristianos si no hay en nosotros un proceso metamorfósico (de conversión)? Sucintamente, sepamos que convertir significa transformar una realidad en otra. Entiendo que siempre estamos a tiempo; no importa nuestra edad. Sí importa vivir en la tierra anticipadamente el Cielo. No nos será posible si no optamos por realizar este proceso.
Sigamos el consejo del Libro sapiencial Cohélet: «No te dejes llevar por el enojo, porque el enojo se alberga en el pecho de los necios» (Coh 7, 9).

Nuestros enojos — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Nuestros enojos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Hablamos del verbo convertir que consiste en transformar una realidad en otra distinta, siempre en alianza con Cristo, nuestro Gran Dios y Salvador.

Al referirnos al verbo convertir tenemos que acudir a un vocablo que aparece veintidós veces en el Nuevo Testamento y es la palabra griega metanoia (μετανοία).

La Iglesia en su Magisterio traduce de los veintidós textos, diecinueve como “penitencia”. Ahora bien, en dos de los veintidós traduce Metanoia como “conversión”. Reproduzcámoslos a continuación:

“… instando a judíos y paganos a convertirse a Dios y a creer en nuestro Señor Jesús” (Hch 20, 21). “Por el contrario, dirigiéndome primero a los habitantes de Damasco, luego a los de Jerusalén y de todo el país de Judea, y finalmente a los paganos, les prediqué que era necesario arrepentirse y convertirse a Dios, manifestando su conversión con obras” (Hch 26, 20).

Es ineludible hacer el comentario y plantear que los traductores de la Biblia no han podido dejar de lado su propia ideología. Por eso, vemos el acento muchas veces sobre el arrepentimiento y otras pocas sobre la conversión. Y el Evangelio de Jesús es un Evangelio de Salvación, y no de acusación. Recordemos siempre “El crecimiento empieza donde la acusación termina”.

El excesivo énfasis en el arrepentimiento –muchas veces en un contexto meramente moralista y pietista–, apunta a reconocer como pecado aquello que tiene que ver con la sexualidad.

De todos los Evangelio, el mistagógico es el de Juan y ni el sustantivo “arrepentimiento” ni el verbo “arrepentirse” no aparece ni siquiera una sola vez. Es interpelante, ¿verdad?

El enojo, indudablemente, es una de las emociones que más ha preocupado a la humanidad. La verdadera Metanoia neotestamentaria consiste en lograr explorar nuevas facetas que permitan transformar el enojo que destruye en enojo que resuelve.

“Metanoia en griego significa cambio de mente. Es una concepción religiosa, originariamente del Antiguo Testamento, que significa la conversión o vuelta a Dios, y ya en el Antiguo Testamento se emplea hablando del hombre en todas sus dimensiones. Es decir, la metanoia hay que probarla externamente (confesión de la culpa, ayunos, etc.) estando a la vez fundamentada en la transformación de la mentalidad” (K. Rahner y H. Vorgrimler, Diccionario teológico, Herder, Barcelona 1970, p. 426).

De esta definición los invito a resaltar dos elementos: 1) la conversión del ser humano en todas sus dimensiones, 2) fundamentada en la transformación de su mentalidad.

Las dimensiones del ser humano desde lo específicamente ético-religioso-espiritual son: dimensión afectiva, dimensión centralmente ética (el lugar que ocupamos en la tierra), dimensión nocional (nos movemos con conceptos y a veces ideologías), dimensión psicológica (nuestro mecanismos conscientes, inconscientes y preconscientes), dimensión económica, dimensión religiosa (nuestra relación con la Iglesia Institución), y dimensión espiritual (nuestra experiencia de Iglesia comunidad de creyentes tanto en el orden personal trascendente como en el orden comunitario trascendente). De toda esta gama, la prioridad es la “transformación de la mentalidad” que haría posible la armonía del ser humano con Dios y consigo mismo, desde un plano bio-psíquico y espiritual.

Con sus palabras y actos Jesús muestra la necesidad de la Metanoia, del cambio de mentalidad. Tomemos el lavatorio de los pies en Jn 13, 1-5. Jesús asume el lugar del siervo para transmitir, por una especie de psicodrama, la humildad y la necesidad de encarnar el ministerio del amor y el servicio. En Flp 2, Pablo presenta la doctrina de la kénosis (abajamiento-humillación) y reflexiona de manera magistral sobre la actitud del Señor. Su mensaje fundamental se refiere a la conducta que debe asumir el cristiano ante el otro que tiene delante, tomando como modelo a Jesucristo, dado que él se humilló dos veces, en la encarnación y en la crucifixión, para hacer posible la redención humana. El énfasis está puesto en la práctica de la humildad en las relaciones con los demás. Vemos en San Pablo como se convirtió de perseguidor de la Iglesia en predicador. Su experiencia en el camino a Damasco (Hch 9, 1-18) significó un cambio tal en su manera de pensar y sentir… Este es el eje central del pensamiento por el cual podremos avanzar sobre nuestros enojos: lograr un cambio en la manera de pensar y sentir. Intentemos esclarecer la causa de esta emoción llamada enojo.

Para poder expresarnos de un modo sencillo y escueto, nos enojamos cuando algo nos frustra. Recordemos que las frustraciones son experiencias mal logradas (cuyos resultados no están de acuerdo a nuestras expectativas). Sin embargo, quedémonos con aseverar que nos lanzamos a la experiencia.

Claro está que hay una diferencia en la duración de la manifestación del enojo. Este puede ser una reacción (duración corta) o bien un sentimiento (duración prolongada). En el ámbito reactivo podemos citar ejemplos tales como: “Estoy conduciendo y se produce un atasco”; “me han prometido algo y no han cumplido”; “esperaba algo de mi mujer, mi marido, mis hijos, mis hermanos de comunidad, etc., y lo que esperaba no ocurrió”. Los motivos son numerosísimos. Ahora bien, si no nos ocupamos de alistarlos puede que reprimamos. Y no es exactamente la propuesta de Efesios. La releemos al principio: “Si se enojan… no permanezcan...”, lo que equivale a decir salgan, salgan de ese estado.

La humildad, como en tantas cosas, también ayuda notablemente en estos casos. Los enojos leves suelen tener corta duración (son reactivos). En cambio, los crónicos son sentimientos, por tanto, permanecen haciendo lo propio, es decir frustrarnos, hasta que no los resolvamos. Estos últimos suelen ser amenazadores. Por la duración en el síntoma es que son patológicos. En todos los casos, siempre existe un factor común: la frustración. Si los enojos son sentimentales, a medida que no los trabajamos se produce un cúmulo de insatisfacciones que luego va minando toda nuestra vida. ¡Atención!, parece ser que todo empieza a ir mal… y esto es así…

Nuestras emociones necesitan paz, bienestar, tranquilidad para poder sostener nuestra propia entidad. A veces, nos enojamos con nosotros (por no tener la humildad de aceptar nuestros límites: vacíos, oscuridades, debilidades). Otras, nos enojamos por la falta de tolerancia con nosotros y con los otros o con ciertas situaciones (todo pasa en la vida… Dios no se muda).

Otras, nos conectamos con la irritación que desde el mundo externo nos pueden proyectar por envidia, malicia, codicia… (cuidémonos también de estas últimas). Alguna vez sostuvimos que afuera puede llover, pero por dentro no mojarnos… Este símbolo ilustrativo apunta a preparar una personalidad evangélica (con dones y carismas) en los que la formación juega un rol esencial, y así no permeabilizar todo lo que pueda afectarnos ya sea por nuestro ego, por la injusticia personal, por nuestro temperamento, por nuestra fama o reputación. “El Padre que está en lo secreto lo ve todo y él te recompensará” (éstos son los caminos misteriosos de la Providencia de Dios). Recordemos: para los que estamos en el Camino “estaré siempre con ustedes hasta el fin de los tiempos”.

Cuando la energía del deseo que se encamina hacia su realización encuentra un obstáculo. La obstrucción que éste produce genera una sobrecarga energética en ese deseo. Esta sobrecarga es lo que llamamos enojo. Es relevante destacar que la función original de esa sobrecarga de energía es asegurar la realización del deseo y la necesidad amenazada. Lo que ocurre es que al no saber cómo implementar adecuadamente tal sobrecarga de energía, en lugar de contribuir a la resolución se convierte en un problema más.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Nuestros enojos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Nuestros enojos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Nuestros enojos»

Обсуждение, отзывы о книге «Nuestros enojos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x