Las siguientes tres hipótesis son centrales y sirven para articular históricamente el presente trabajo y van a irse demostrando a lo largo de los cuatro capítulos.
Primera: durante los años sesenta los estudiantes retomaron los principios de rebelión del movimiento ferrocarrilero de 1958-1959 y de la de la Revolución cubana. Los enfocaron hacia la cultura crítica de la universidad, hacia la transformación de la política nacional y hacia la constitución de un movimiento estudiantil de izquierda.
Segunda: fueron los estudiantes los formadores de las nuevas bases de participación social, modificaron el concepto de libertad; abrieron el camino para nuevas formas de organización política más festivas y democráticas y menos jerárquicas y autoritarias.
Tercero: durante los años sesenta la participación política de los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras fue muestra de los profundos cambios que tuvo la universidad y de la nueva dinámica que adquirió el movimiento estudiantil nacional.
Por último, agradezco a Alberto del Castillo y a Jacinto R. Munguía la lectura realizada al presente trabajo, así como las observaciones que emitieron, las cuales sirvieron para enriquecer la perspectiva histórica y desarrollar aún más algunos aspectos fundamentales en la investigación.
1 Las respuestas a estas preguntas se amparan en el uso de las herramientas metodológicas del pensamiento de Marc Bloch, el cual estuvo presente en el proceso de nuestra investigación. Bloch definió a la historia “como una ciencia de los hombres en el tiempo y esa ciencia tiene necesidad de unir el estudio de los muertos con el de los vivos.”1 Nuestro principal objetivo fue conocer las circunstancias históricas en las que se desarrolló el movimiento estudiantil mexicano sesentero y al mismo tiempo identificar los cambios que generó en lo inmediato y a largo plazo. Las siguientes tres hipótesis son centrales y sirven para articular históricamente el presente trabajo y van a irse demostrando a lo largo de los cuatro capítulos. Primera: durante los años sesenta los estudiantes retomaron los principios de rebelión del movimiento ferrocarrilero de 1958-1959 y de la de la Revolución cubana. Los enfocaron hacia la cultura crítica de la universidad, hacia la transformación de la política nacional y hacia la constitución de un movimiento estudiantil de izquierda. Segunda: fueron los estudiantes los formadores de las nuevas bases de participación social, modificaron el concepto de libertad; abrieron el camino para nuevas formas de organización política más festivas y democráticas y menos jerárquicas y autoritarias. Tercero: durante los años sesenta la participación política de los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras fue muestra de los profundos cambios que tuvo la universidad y de la nueva dinámica que adquirió el movimiento estudiantil nacional. Por último, agradezco a Alberto del Castillo y a Jacinto R. Munguía la lectura realizada al presente trabajo, así como las observaciones que emitieron, las cuales sirvieron para enriquecer la perspectiva histórica y desarrollar aún más algunos aspectos fundamentales en la investigación. 1 Marc Bloch, Apología para la historia o el oficio de historiador , México, fce, 2001, p. 58.
Marc Bloch, Apología para la historia o el oficio de historiador , México, fce, 2001, p. 58.
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