1 ...7 8 9 11 12 13 ...25 5. En el Instituto, sin embargo, hay una condición esencial que facilita la autenticidad en la interpretación de las fuentes, y es esta: “San Juan Bautista De la Salle fundó desde el principio una comunidad viviente de hermanos”45 y ese carácter comunitario se ha mantenido a lo largo de la historia del Instituto. “la comunidad viviente y en diálogo es el lugar donde, por excelencia, reside y actúa el Espíritu Santo“.46 De allí emana un principio esencial para la orientación de la actividad investigativa del Centro de Investigaciones Lasallistas: “[…] el carácter comunitario de la investigación”, carácter que implica varias cosas: por una parte, la vida, la responsabilidad y la búsqueda de cada una de las personas que componen la comunidad, pero dentro de una integración dinámica “de persona a persona” —como ya se indicó— con el conjunto, es decir, en diálogo, en interacción, en búsqueda y en reflexión común con los demás, de tal suerte que “La institución y su finalidad no dependen de los individuos”.{47} Este principio determina a la vez actitudes y hasta estrategias de investigación, como la búsqueda y la reflexión conjuntas que, no obstante, no implican procedimientos y tácticas investigativas uniformes; por otra parte, determina un criterio de validación (en cuanto a la autenticidad en la fidelidad al espíritu y a las intenciones del fundador) de los resultados de la investigación: el reconocimiento por parte de la congregación.
6. Este sentido comunitario no significa que solo un consenso —de opinión general— valide los resultados de la investigación. Se trata de un consenso “cualificado” epistemológicamente, es decir, de un consenso basado en la indagación común dentro de una “fidelidad al dato objetivo”, o sea, de una fidelidad al Espíritu Santo, Espíritu de “verdad” que actúa tanto en las fuentes, así como en la historia y en los “signos de los tiempos”.
7. La Declaración invita, igualmente, a que esta indagación comunitaria se oriente a “percatarse de los requerimientos que presenta la juventud de nuestros días y a empeñarse en resolverlos mediante compromisos apostólicos desinteresados”.{48} En ello se destacan claramente dos cosas: las necesidades de la juventud actual y el sentido “aplicado” preferencial de las investigaciones lasallistas.
8. Igualmente, la declaración señala la opción preferencial por las necesidades apremiantes de los pobres: “Las necesidades más apremiantes de los hombres [dice] y las llamadas de la Iglesia en este punto (a favor de los más pobres) deben guiar nuestras investigaciones e iniciativas”.49 Para ello nos invita a enfrentarnos con la lectura e interpretación comunitaria lasallista de las situaciones y acontecimientos cotidianos suscitados por fenómenos tales como: “[…] el racismo, la explotación del hombre por el hombre, la violencia, la guerra y la fragilidad de la paz, la liberación de los pueblos oprimidos... la inadaptación, la delincuencia juvenil, la enfermedad, el desarraigo, los desequilibrios familiares”.{50}
9. La razón fundacional del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas es la educación cristiana de la juventud, de ahí emanan dos criterios básicos para la “investigación lasallista”: el primero establece la necesidad apremiante de “reflexionar con renovado interés sobre las intuiciones fundamentales inscritas en nuestra tradición lasaliana, y a explotar mejor las ricas virtualidades que encierran, aplicables a la actividad apostólica en las circunstancias presentes”.{51} Esta reflexión sobre las intuiciones fundamentales se refiere, en primer lugar, como es obvio, a la catequesis.
10. Pero “el lugar céntrico reservado a la catequesis en el apostolado del hermano, no ha supuesto en el Instituto la disociación práctica entre catequesis y educación humana”.52 Por eso, un segundo criterio establece: “La escuela debe prestar atención a la mudanza profunda que en el campo de la cultura se está verificando en nuestros días y, como consecuencia, ha de renovarse en sus objetivos, programas y métodos”.{53}
De conformidad con el Marco Doctrinal y la Declaración de Principios de la Universidad, estos dos últimos criterios atañen en general a todo el claustro (el lasallista se educa para educar), y de manera particular a la Facultad de Educación y al Magíster en Docencia Universitaria, por eso el CILA estimulará y colaborará con estos en los estudios que tengan que ver con los dos aspectos mencionados, y coordinará con la Facultad y el Magíster la realización de otros trabajos investigativos, relacionados con estos temas de la pedagogía y la catequesis, que puedan ser adelantados por personas no vinculadas directamente con esas dependencias.
Tipos de investigación que se pueden realizar
El enfoque sobre lo que se entiende por investigaciones lasallistas es suficientemente amplio como para permitir una vasta diversidad de tipos y métodos de investigación. Bien, de acuerdo con el tipo de problema de que se trate, el cual puede ser, según la clasificación de Mario Bunge:{54} teórico, empírico o metodológico, según requiera o no de contrastación empírica, o que proponga más bien cómo realizar un proceso o un programa.
Pero también, de acuerdo con el nivel explicativo del estudio: estudios exploratorios, descriptivos o explicativos; o de conformidad con el peso que se dé a la variable tiempo, dentro del problema de investigación: estudios históricos, sincrónicos (descriptivos) o prospectivos;{55} o, finalmente, según el método: positivistas, fenomenológicos, hermenéuticos, investigación participativa, etcétera. Como ya se indicó, se entiende que el método es un camino a través de la realidad, que depende de esta, y la realidad lasallista es igualmente, como toda realidad, abierta, plural y multifacética.
Los proyectos de investigación
El CILA es a la vez un equipo de reflexión y una dependencia de la Universidad. En este segundo sentido se rige por criterios y normas administrativas de la institución, que garantizan su funcionalidad y su eficiencia. Por esas razones, los estudios que se emprendan se sujetarán a la técnica de “proyectos”, lo cual evita caer en divagaciones infructuosas e indefinidas. Así, quienes adelantan investigaciones o estudios en el Centro lo hacen dentro del marco de “proyectos de investigación” específicos, aceptados por este. Los proyectos de investigación le permiten al Centro de Investigaciones varias cosas:
a. Llevar un seguimiento y un control de las investigaciones lasallistas en la Universidad y fuera de esta, gracias a los cronogramas y a los avances de investigación.
b. Apoyar, coordinar y asesorar esas investigaciones de manera adecuada y oportuna.
c. Determinar y evaluar el rendimiento intelectual de la dependencia, tanto en los aspectos cuantitativos (número de investigaciones), como en los aspectos cualitativos.
Pero, también, un proyecto de investigación les permite a sus autores:
a. Definir en forma precisa sus objetivos y posibilidades.
b. Recibir realimentación, asesoría y apoyo para el desarrollo del estudio.
c. Mantener el estímulo y la disciplina o el ritmo de trabajo intelectual.
En la práctica, un proyecto de investigación lasallista se materializa en un documento en el cual se determinan en esencia tres cosas: las bases epistemológicas, las bases metodológicas y la organización administrativa del estudio que se pretende hacer. En otros términos, el proyecto es la respuesta, lo más exacta y realista que sea posible, a estos siete interrogantes:
a. ¿El qué? (título y descripción precisa y concisa de la investigación)
b. ¿El por qué? (justificación del estudio)
c. ¿El para qué? (objetivos generales y específicos, límites y limitaciones de la investigación)
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