Juan Miguel Pascual Cortés - Aplicación de otros acabados decorativos. MAMR0208

Nota

Las lijas empleadas para lijar el fondo suelen ser de carburo de silicio, y su graduación va desde:

1 Entre fino y muy fino. 220.

2 Muy fino. 240.

3 Extremadamente finos. 280-320-360.

Dependiendo del tipo de acabado deseado, se irán aplicando los diferentes granos de lijas, empezando siempre por el grano más grueso y terminando por el más fino.

Aplicación del acabado decorativo

Una vez que se tengan las superficies completamente fondeadas, lijadas, lisas y limpias, se procederá a la aplicación de la técnica decorativa elegida para dar al objeto o mueble el aspecto visual deseado (marmolizado, dorado, plateado, etc.).

Debe eliminarse completamente todo el polvo de las superficies, a fin de no debilitar la adherencia de los productos decorativos. Para ello, es preferible el uso de aire a presión, ya que usando trapos se corre el peligro de contaminar la superficie y de dejar restos de pelusas.

Importante

Para lograr un acabado decorativo satisfactorio, es fundamental que la última capa de fondeado quede lo más fina y limpia posible, pues es la que va a servir de soporte a la decoración elegida, y difícilmente se puede realizar un trabajo de calidad si el soporte sobre el que se trabaja no está en perfectas condiciones.

Si esta última capa se considera que no ofrece las garantías suficientes, se ha de proceder con la aplicación y lijado de una nueva película de tapaporos.

Aplicación del acabado final

El acabado final es la última capa de producto de acabado que se le aplica a la madera, y sirve para fijar y proteger el acabado decorativo que se ha aplicado. Merece una especial atención porque es la que permanece al exterior tanto al tacto como a la vista.

En el mercado existen multitud de productos de acabados: lacas, barnices, etc. La aplicación con la pistola es la más recomendable, ya que aporta un aspecto, suavidad y perfección que la brocha no puede conseguir.

¿De qué depende el buen aspecto del acabado final?

1 De que la madera esté bien sellada y sus poros estén debidamente tapados.

2 De que el proceso de lijado sea el idóneo, dejando las superficies lo más perfectas posibles entre capa y capa.

3 De que se utilicen productos, máquinas y herramientas de calidad.

4 De que el local donde se aplique el acabado de la madera sea adecuado y esté exento de polvo y suciedad.

Cajonera con acabado final craquelado

Pulido del acabado

El pulido es una operación que se utiliza para corregir y disimular pequeñas imperfecciones y, al mismo tiempo, conseguir un grado de brillo mayor en la última capa de acabado.

El proceso de pulido es opcional y depende del tipo de trabajo que se quiere realizar, y la calidad de acabado final que se quiera conseguir. Por ejemplo, en la técnica del marmolado es necesario pulir las superficies, ya que de esta forma se puede lograr mejor el efecto del mármol.

Aplicación de pasta pulidora en la capa final del acabado

Para ello, se pueden usar máquinas especiales que se componen de rodillos con discos de fieltro montados sobre un motor que proporciona un movimiento de rotación. También se pueden utilizar máquinas de menos tamaño parecidas a las lijadoras orbitales. En este proceso se deberá incluir algún tipo de producto, como pastas de pulir, abrillantadores, etc.

Pulidora

Efecto final una vez pulida la superficie

Nota

El pulido siempre se realiza por medio de un trabajo de fricción sobre la superficie. Por tanto, inevitablemente se producirá cierto desgaste de la última capa de acabado, que será mayor o menor dependiendo del sistema de pulido empleado.

El orden, en cuanto a la aplicación en este tipo de soportes, es igual que en el anterior, pero con la diferencia de que habrá que seguir un paso previo, que es la limpieza y el decapado del material antiguo antes de comenzar con el proceso de aplicación del nuevo, ya que los productos de acabado resbalan en superficies que ya están barnizadas, por lo que resulta imposible trabajar sobre ellas.

Proceso de restauración de puerta antigua

Dentro del decapado de la madera se pueden distinguir dos procedimientos, aunque en muchas ocasiones se pueden combinar ambos. Estos son los siguientes.

Decapado mecánico

El decapado mecánico consiste en arrancar el acabado antiguo utilizando medios mecánicos como raspadores, cuchillas, lijas, etc. Este sistema ofrece la ventaja de que no mancha el soporte con productos químicos, que luego pueden salir a relucir cuando se apliquen las capas nuevas, pero es lento de ejecutar, sobre todo si es necesario arrancar varias capas seguidas de producto.

Las técnicas y herramientas más usadas en el decapado mecánico son:

1 Cuchilla: es una pieza de acero con los cantos afilados. Se necesita práctica para conseguir un buen resultado. En los muebles chapeados se debe trabajar con precaución, ya que se puede arrancar parte de la chapa de madera. Como norma general, se debe seguir la veta de la madera y llevar la herramienta ligeramente curvada ejerciendo presión hacia delante.

Técnica de cuchillado para arrancar las capas viejas de pintura

1 Papel de lija: se debe comenzar con lijas de grano basto y, una vez arrancada la mayor parte del barniz antiguo, continuar con lijas de granos más fino para evitar arañar en exceso el soporte. Al igual que la cuchilla, se debe seguir la dirección de la veta y se tendrá precaución con los chapeados.

Material y herramientas para lijar

1 Máquinas lijadoras: utilizando máquinas lijadoras se puede realizar el decapado mecánico con mayor rapidez y calidad, pero presenta el inconveniente de que no suele llegar a las molduras y a determinados rincones de los muebles.

Lijadora vertical para arrancar las capas de barniz