MAESTRO FÚTBOL
© 2020, Alexis García
© 2020, Intermedio Editores S.A.S.
Primera edición, agosto de 2020
Concepto editorial
Departamento de Proyectos Especiales - Casa Editorial El Tiempo
Edición
Sharon Durán E.
Equipo editorial Intermedio Editores
Concepto gráfico y producción
David Reyes Navarro
Fotografía de portada
Milton Díaz
Intermedio Editores S.A.S.
Avenida Calle 26 No. 68B - 70
www.eltiempo.com/intermedio
Bogotá, Colombia
ISBN
978-958-757-939-0
Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso del editor.
Diseño epub:
Hipertexto – Netizen Digital Solutions
Prólogo, por Francisco Maturana. PRÓLOGO POR FRANCISCO MATURANA En Colombia, si pensamos en hablar o escribir sobre el buen futbol sin dejar de lado nuestra propia historia, Alexis García es una referencia obligada. Él ha hecho de la práctica un saber que, acompañado de su liderazgo como jugador de futbol, le han permitido construir esos tres pilares básicos y determinantes para ser un buen entrenador: • Práctica. • Sabiduría. • Liderazgo. Alexis tuvo claro, que más que jugadores de futbol son seres humanos los que juegan al futbol. Él fue distinguido como “El Maestro” y tenía la vocación. Tanto, que sus propios compañeros lo llamaban así por la admiración que le tenían y que, estoy seguro, aún le tienen. A partir de esa distinción Alexis convirtió el aprendizaje del día a día y el partido a partido en un estilo de vida. Teniendo siempre presente que no son las cosas que suceden sino la interpretación que cada persona les da, desde la reflexión y la humildad para declararse un aprendiz en permanente ejercicio y constante crecimiento. Este libro es una presentación del Alexis con el cual me encontré como entrenador de fútbol profesional. Después de salir de la Universidad de Antioquia, ejercer mi profesión por 14 años y ser docente durante 4 años, en la misma universidad; encontrarme con ese equipo, del que era miembro Alexis García, fue un maravilloso aprendizaje para mí. Ellos fueron unos anfitriones llenos de generosidad y de buen fútbol. Desde su liderazgo y capacidad técnica, este grupo de jugadores tenían una forma especial de sentir el fútbol, una forma que estaba en sintonía con la mía, también adquirida en mi barrio en los equipos que jugué y luego con la escuela uruguaya como entrenador. El lector encontrará, en este libro, a un Alexis despojado de las camisetas que portó y que defendió con orgullo y dignidad y desde ahí ayudó a construir y potenciar historias, logros y afectos. Su condición humana, aquella que es producto de los valores, principios y códigos de vida que se gestan en el hogar (en este caso orgullosamente súbdito de un matriarcado lleno de amor), en la calle, en los potreros, en las canchas y en la academia, lo habilitan y le dan licencia para escribir y contarnos parte de su caminar. Además, expresa la realidad sin maquillajes del momento histórico del fútbol y sus alrededores desde la certeza que cualquier opinión es producto de sus propias vivencias, de su lealtad y amor a este juego y, sobre todo, desde su independencia moral y conceptual. Francisco Maturana
Introducción.
Comienzo de un amanecer.
Penal, una decisión fatídica.
El fútbol, pasión de vida o muerte.
El Olimpo del fútbol, genios.
La muerte de Andrés, una sociedad víctima de sí misma.
Un loco genial, Rene Higuita.
Maturana, un eterno incomprendido.
Se hizo el milagro, Nacional campeón de Copa Libertadores 1989.
Profesión de riesgo: La Dirección técnica.
La estupidez como propuesta, la violencia como decisión.
Entre la opinión y la razón.
El día después.
Mis guayos jubilados.
Este libro ha sido una de mis creaciones más importantes. Descubrí, una vez más, cuánto cuesta traer hijos al mundo, cuánto te forman, cómo te exigen, cómo te obligan a sacar tu mejor versión, porque ellos se nutren de ti, por eso doy gracias a mis más grandes formadores: mis hijos: Julián Andrés, que me graduó de papá y sigue enseñándome todos los días a dar pasos seguros porque camina sobre esas huellas; Felipe, la ternura y el amor incondicional de hijo, me enseña a ser planificador de mis metas; Melissa que llegó para enseñarme la ternura de una relación que trasciende los lazos sanguíneos; Valentina, mi pequeña bailarina, un torbellino de energía y cariño.
A Cony que me ha acompañado en mis luchas externas y también las internas.
A mi mamá, Neiva Vega, que me enseñó a soñar y a guerrear por los logros, la persona más especial de mi vida.
A los que me enseñaron a trabajar en equipo, mis hermanos: Eduardo, mi mentor desde niño, el que movió mis pensamientos hacia el riesgo; Cefe, mi compañero silencioso de batalla; Lesty mi guía espiritual de familia; Neiva, la ternura y bondad como enseñanza; Adaluz, el empuje y la valentía como método; Duby, mi eterna cómplice, el amor incondicional; y David, que me enseñó a ser papá desde pequeño.
A mis adorados Martín y Ariana que vinieron al mundo a enseñarme a renovar la ternura.
A mis excompañeros de Atlético Nacional, campeones de Copa y libertadores de la creencia y del trabajo en equipo, gracias amigos porque un balón nos unió para siempre.
A Andrés Escobar porque desde el cielo nos guía.
A mis maestros: Francisco Maturana, adalid del cambio del fútbol colombiano. A Hernán Darío Gómez, mi consejero permanente, un sabio popular, un amigo y confidente, A Hugo Gallego, gestor del sistema que impulsó la mayor transformación de nuestra historia deportiva.
A Francisco ‘el bogotano’ González, uno de mis primeros formadores en el juego, con su entrega, su bondad, su amor y su sabiduría me mostró el valor de ser un verdadero maestro.
A la Equidad Seguros, porque allí aprendí a ser entrenador, profesión que me ha permitido desarrollarme y mantener un constante compromiso con el cre-ser, desde el SER.
A todos esos sabios que permanentemente me hablan al oído, de los cuales vivo nutriéndome.
A Sharon y David por su paciencia, cariño y entrega para que este escrito fuera posible.
Gracias por estar ahí, espero devolverles algo a sus espíritus después de leer este libro.
POR FRANCISCO MATURANA
En Colombia, si pensamos en hablar o escribir sobre el buen futbol sin dejar de lado nuestra propia historia, Alexis García es una referencia obligada. Él ha hecho de la práctica un saber que, acompañado de su liderazgo como jugador de futbol, le han permitido construir esos tres pilares básicos y determinantes para ser un buen entrenador:
• Práctica.
• Sabiduría.
• Liderazgo.
Alexis tuvo claro, que más que jugadores de futbol son seres humanos los que juegan al futbol. Él fue distinguido como “El Maestro” y tenía la vocación. Tanto, que sus propios compañeros lo llamaban así por la admiración que le tenían y que, estoy seguro, aún le tienen.
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