¿Qué es la pasión? ¿Existe solo una en la vida? ¿Cómo se siente? ¿Cuánto dura? ¿Se acaba? ¿Y si no la siento por nada? ¿El amor y la pasión son lo mismo? ¿Y si a mi pareja ya no le gusta lo mismo que antes? ¿Qué se puede hacer cuando la pasión baja? ¿Está en mis manos volver a recuperarla?
Aquí encontrarás todas las respuestas que has estado buscando...
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¿Te ha pasado que empiezas una relación con alguien que te encanta, la pasión entre ustedes se desborda, no pueden dejar de verse y de tocarse, el sexo es maravilloso y aprovechan cada momento que tienen libre para un encuentro pasional?
¿Y te ha pasado que después, con el tiempo, cada vez los encuentros sexuales son menos? ¿La novedad con la que al principio vivían y que los hacía sentir una necesidad por conocer cada parte de su cuerpo se volvió una rutina diaria de trabajo, casi como ver a los amigos y la familia, dejando lo sexual solamente para una fracción pequeña de su tiempo juntos?
¿Te diste cuenta de cómo pasó? ¿Cómo fue que, poco a poco, uno de los dos o los dos empezaron a perder el interés por el sexo? ¿En qué momento comenzaste a llegar del trabajo o del largo día que tuviste tan solo pensando, primero, en darte un baño e irte a dormir mientras ves Netflix y, segundo, en que si tu pareja está acompañándote realmente da igual, mientras no se le ocurra llegar con calentura y molestarte en tu momento de paz?
El problema es que los resentimientos empiezan así. Tal vez uno se siente abandonado porque quiere sexo más seguido que el otro. O el otro se siente presionado porque quiere más tiempo entre cada encuentro sexual. Algunas parejas lo hablan muchas veces sin conseguir buenos resultados, porque la persona que no quiere sexo se siente culpable y lo intenta, pero no lo logra. Mientras que la que quiere más encuentros trata de entender a su pareja, cuando en el fondo la necesidad lo hace sentir que algo importante hace falta. Incluso dentro de otras parejas se culpan el uno al otro.
En terapia he recibido a hombres muy angustiados debido a que sus parejas los llaman enfermos sexuales porque quieren tener sexo más seguido que ellas. Algo que inevitablemente los lleva a preguntarse si de verdad están enfermos. Pero ni uno es culpable por querer menos sexo ni el otro es un enfermo sexual por quererlo más seguido. Lo que pasa es que no se están poniendo de acuerdo en la frecuencia.
Pero entonces, ¿qué fue lo que les pasó? ¿Por qué toda esa energía sexual se fue apagando? ¿Será que es momento de cambiar de pareja? ¿Será que, como has escuchado que la parte sexual es muy importante en una relación y en la tuya ya casi no la hay, algo debe de andar terriblemente mal entre ustedes?
La realidad es que la pasión no es algo que siempre esté en el mismo nivel. Sube y baja. A veces, como suele ser al principio de las relaciones, es muy alta, aunque otras veces, tal vez por estrés en el trabajo, por cansancio físico, por peleas o también por falsas creencias y una educación incorrecta sobre nuestra sexualidad, la pasión disminuye.
Pero te tengo buenas noticias: la pasión se puede recuperar y mantener en una relación. No necesitas cambiar de pareja cada vez que la pasión baje para volver a sentirla. O algunas veces sí será el caso, pero en la mayoría se puede volver a encontrar la pasión, lo que espero que se transmita a distintos aspectos de tu vida, como a tu trabajo u otras actividades.
Lo importante que quiero que sepas es que la pasión no solo está en lo sexual, sino que la puedes encontrar en todos los aspectos de tu vida. En las ganas que te dan de levantarte en la mañana a hacer algo en específico, o bien en la inclinación que sientes por viajar y descubrir nuevos lugares o quizá en la preferencia que tengas por un equipo deportivo. El caso es que entre más pasión sientas por las cosas que haces, más feliz serás. Y entre más feliz seas, mejor la relación con tu pareja, familia, hijos, amigos, etc.
Porque déjame contarte un secreto: mientras mayor sea la pasión en tu vida, tus encuentros sexuales con tu pareja serán mejores. Estarás de mejor humor y te sentirás más pleno. Y todo esto te hará ver más relajado en tu trabajo, menos estresado y con más energía para hacer alguno de tus pasatiempos favoritos. Incluso te hará sentir con muchas más ganas de regresar a casa después de un largo día de trabajo para convivir con tu pareja y, si se puede, tener un encuentro sexual.
De eso se trata Re-apasiónate. Basándome en mi propia búsqueda y las respuestas que he ido encontrando, te contaré un poco sobre mí y mis pasiones. Pero, además, te ayudaré a descubrir cuáles son las tuyas y cómo trabajar en ellas.
El libro está divido en dos partes: La leyenda de la pasión y Pasión a fuego lento en las relaciones de pareja.
En la primera me refiero a la pasión en la vida tanto en el trabajo como en las relaciones de pareja y en los pasatiempos. Te explicaré qué es la pasión, cómo diferenciarla de los gustos, del amor y del enamoramiento, si es necesaria o no y lo que puede pasar si no tenemos ninguna pasión o si la sentimos de manera intensa solo por una cosa o persona.
Al inicio de cada capítulo encontrarás la sección que llamé Historias de pasión, donde te contaré una historia sobre pasión para ejemplificar un poco el tema que trato, algunas mías y otras de conocidos o de clientes que han venido a consulta conmigo. Al final, siempre vas a encontrar un ejercicio para trabajar algo de lo que hablamos en la sección Re-apasiónate. Son ejercicios simples y sencillos que cualquiera puede realizar. Te van a ayudar a conocerte para ir encontrando tus pasiones y aprovecharlas.
La segunda parte del libro está dedicada a las relaciones de pareja. Al inicio de cada capítulo también te contaré una historia que ejemplifique el tema en Historias de pasión y, al final, encontrarás ejercicios en la sección Re-apasiónate, ya sea para trabajar con tu pareja o a solas. Porque en esa parte te voy a explicar qué hacer cuando la pasión baja, qué pasa si tu pareja cambió, cómo enfrentar peleas constantes, de qué manera trabajarlas y, lo más importante, te voy a enseñar cómo recuperar la pasión perdida.
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