SLOW FOOD, HISTORIAS DE UNA GASTRONOMÍA QUE ESTÁ CAMBIANDO EL MUNDO
Carlo Petrini
Traducción de Chiara Giordano y Javier Echalecu
Edición original: Cibo e libertà. Slow Food: storie
di gastronomia per la liberazione
Publicado por acuerdo con Giunti Editore S.p.A.
De esta edición
© Sonmo Playwright., S.L.U., 2020
Editorial Diente de León
Avda. Luis Salvador Cilimingras, s/n.
07170 Valldemossa (Islas Baleares)
www.editorialdientedeleon.com
Primera edición: octubre 2020
© 2013 SLOW FOOD EDITORE S.R.L.
Via Audisio, 5 - 12042 Bra
www.slowfoodeditore.it
© 2013 Giunti Editore S.p.A., Firenze - Milano
www.giunti.it
© De la traducción: Chiara Giordano y Javier Echalecu, 2020
Fotografía de Carlo Petrini: © Marcello Marengo
Fotografía de contracubierta: © UNISG
Ilustración de cubierta: Shutterstock.com
Diseño de cubierta: Jaime Cruz
ISBNeBook: 978-84-949135-6-3
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PREFACIO
I. GASTRONOMÍA LIBERADA
1. En el principio era el vino
2. Recorrer los campos
3. Milano Golosa
4. Ecogastronomía
5. BLJ
6. ¡A mí me gusta!
7. Vinos limpios
8. Esclavos
9. UNISG
10. ¡Menuda ciencia!
11. ¿Y ahora qué?
II. LIBERAR LA DIVERSIDAD
12. En busca del misionero
13. No somos libres en el libre mercado
14. La economía del desperdicio
15. Desparejar las cartas
16. Un Arca de 10.000 productos
17. Nueva diversidad, nueva biodiversidad
18. ¡Say cheese!
19. ¿Los últimos?
20. Los indígenas
21. Instrumentos
III. UNA RED LIBRE
22. Taksim
23. De Estambul a Río de Janeiro, de Tompkins Square a Túnez, del Valle de Susa a Seattle
24. 10.000 nodos en la red libre
25. Por ejemplo: una estrella verde en un campo rojo
26. De la campana de Nueva Orleans a los crop mobs de Detroit
27. Una noche en el Salone del Gusto y Terra Madre de 2012: suelos fértiles y agricultura europea
28. La PAC
29. Libre, pero libre de verdad
IV. GASTRONOMÍA PARA LA LIBERACIÓN
30. Sobre la liberación
31. Perú paradigmático
32. Volvamos a Brasil
33. En México
34. Colombia, la importancia de la tierra
35. Perspectivas para nuevas liberaciones, cruzando el Atlántico
36. Uganda, una mirada al futuro
37. 10.000 huertos en África
38. Contra la vergüenza del hambre y la malnutrición
39. Comida y libertad, porque la comida es libertad
AGRADECIMIENTOS
GLOSARIO
Comida y libertad . Qué título más atrevido. ¡Con lo que se ha abusado en el pasado y se sigue abusando hoy —de forma tan inoportuna cuando no totalmente contradictoria— de la palabra «libertad»! A mí, en cambio, no me da ningún miedo emplearla al lado de «comida»; no me da ningún reparo jugar con ella, tal y como voy a hacer en las siguientes páginas. Y es que si «miro atrás para ir adelante» —como recomendaba el abuelo de Tonino Guerra 1 —, veo que en el mundo de la gastronomía ya se han producido una serie de liberaciones, y que otras, beneficiosas, sorprendentes y necesarias, están aún por llegar.
«Comida» y «libertad» son dos palabras que, ahora más que nunca, se emplean juntas con orgullo. Me viene a la mente, por ejemplo, la cuestión de la dignidad del trabajo campesino y de la tierra, una lucha que comenzó hace siglos. La revolución mexicana de principios del siglo XX se apoyó en el grito de «¡Tierra y libertad!» y, aún hoy, muchos procesos de paz (como el de Colombia y otros que implican profundas transformaciones) se siguen desarrollando en nombre de la tierra. Sin embargo, hay algo en el panorama globalizado actual que sí que ha cambiado por completo, y es que ahora vivimos en una dimensión esquizofrénica: precisamente el mundo rural y el uso de la tierra (los dos elementos clave en la alimentación de los seres humanos) se enfrentan a un sistema en el que la comida ha perdido sus múltiples y complejos valores y se ha convertido en una mercancía que solo tiene sentido en función de su precio. Una mercancía sujeta a especulaciones de todo tipo y que, a pesar del aumento de su producción, ha terminado por agudizar los problemas de la mayoría de la población mundial en lugar de disminuirlos, llegando incluso a suscitar nuevas preocupaciones que antes no existían. No solo no han desaparecido el hambre y la malnutrición, por mencionar los dos problemas más clamorosos, sino que además se ha multiplicado la contaminación y empobrecimiento de los recursos. Salvo contadas excepciones, los campesinos siguen siendo el furgón de cola incluso cuando son propietarios de la tierra que cultivan. La batalla por la libertad ya no atañe solo a la tierra. Aquel grito revolucionario mexicano, «¡Tierra y libertad!», bien puede hoy convertirse en «¡Comida y libertad!». Un grito para una nueva época y nuevas batallas.
La comida puede ser un instrumento de liberación. Lo afirmo a la luz de una historia o, mejor, de una serie de historias que me tocan muy de cerca, puesto que a través de ellas se relata la aventura de Slow Food y Terra Madre (y también un poco, mucho en realidad, de mi propia vida). He intentado reconstruir el viaje basándome en mi experiencia, en las experiencias que he vivido y en las personas que he encontrado a lo largo del camino. Y al final ha resultado que los protagonistas de este libro son los demás: la gente de Slow Food y Terra Madre y otros que, desde fuera, sintonizaron de algún modo con nuestras ideas. Es un viaje que arranca en mi tierra, en la década de 1980, y que termina bosquejando algunas previsiones de largo alcance. Previsiones que abarcan el mundo entero tras haberlo recorrido de punta a punta.
Empezaremos hablando de liberaciones que ya han tenido lugar, en concreto de la que yo llamo gastronomía liberada 2 , con el fin de dotarla de la dignidad científica que se merece y de convertirla en un complejo —holístico— de ideas y sensibilidades, de relaciones y conexiones. Una nueva perspectiva intelectual y de la cultura material, construida a partir de muchas y muy pequeñas liberaciones, que hoy es capaz de emitir (¡de liberar!) una energía extraordinaria. Los instrumentos que emplea también necesitan de libertad. Es necesario liberar la diversidad para que pueda convertirse, cada vez más y mejor, en un extraordinario elemento creativo. Intentar que las nuevas redes que hoy mueven el mundo tengan las características de una red libre e insobornable, partiendo de la que hemos construido los compañeros de viaje de Slow Food y Terra Madre. Y todo esto en función de una planificación sin duda ambiciosa (alguno dirá que demasiado), pero que no se puede aplazar si lo que queremos, en última instancia, es alcanzar la liberación más importante de todas.
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