JC entra a clase sin siquiera pedir permiso al profesor River. Muy a diferencia de Loann, él si posee una gran educación y buen comportamiento con las personas mayores como maestros y trabajadores de la universidad, pero mi ex novio dista mucho de saber lo que es un “por favor” y “gracias”.
—Parece que tenemos al primer voluntario en la actividad de hoy —amenaza el profesor River.
Me siento muy derecha y cruzo las piernas con la esperanza de que Loann gire para verlas. No lo hace. Muy al contrario de eso, obtengo que JC me lance una mirada lasciva desde su asiento y que el profesor River se acerque a mí.
—Señorita Prinsloo —me regaña—. Me impresionaría más ver sus buenas calificaciones en mi taller.
Me acomodo en el asiento.
No lo hacía por usted, ridículo.
—Eso sonó tan gay y ten en cuenta que lo digo yo —susurra Larry en mi oído.
—Y parece que tenemos otro voluntario más —amenaza River.
Mierda, este tipo es la venganza hecha persona.
El profesor River inicia la clase con algún tipo de charla acerca de lo que tratará este taller. Todos puntos muy humanistas y con gran sentido de amor por la carrera. Me agradan. Pero lo que no me agrada en absoluto, es ver a Loann mirando cada diez minutos hacia el último pupitre de su fila. Y sé muy bien por qué lo hace.
Lilian Disney.
Lilian Disney, la clásica chica nerd de cabello castaño que lee libros y goza de una aparente sensibilidad y dulzura. Le tiene miedo a los “ratones”, no bebe, no fuma y viste con pantalones de mezclilla y suéteres rosados o de colores pasteles. Además de eso, es animalista, ecologista y muy fiel seguidora de las buenas y morales costumbres.
—¿Señorita Defne?
La voz de River me desconecta.
—¿Sí?
—¿Qué acabo de preguntarle?
Mierda.
—¿Podría repetirme la pregunta?
Sube una ceja y toma un poco de aire por su enorme nariz. Puedo ver su bigote canoso subir y bajar.
—Parece que tenemos otra voluntaria más.
Oh, maldita sea.
Te odio, Disney.
***
Veinte minutos antes de que culmine nuestra clase, el profesor nos hace escribir a todos en pequeños papeles nuestros nombres y apellidos. Estoy muy segura que esta una especie de sorteo para formar los grupos que nos acompañarán hasta el término del taller. Así que, en muestra de mi gran fe, he rodeado mi nombre de muchas cruces y elementos celestiales solo para atraer las buenas vibras a mi vida. Nada más y nada menos que pertenecer al mismo equipo que Loann.
Giro para enseñarle la gran obra a Larry cuando, sobre su pupitre, leo el nombre de JC.
—¿Por qué escribiste el nombre de JC en tus notas? —cuestiono.
—Verás, mi nombre irá junto al de JC muy estratégicamente doblados en cuatro. Cuando el profesor haga el sorteo y forme los grupos, tendrá dos nombres en un equipo. Por lo tanto, tengo al menos un chance de que elija dejarnos juntos para que formemos una familia feliz en el futuro, o arruinarme la vida y separarnos para siempre. De esta clase y de esta vida.
—Por Dios, sí, eres idiota —concluyo.
—No más que tus intentos fallidos por conquistar a Cooper.
—Ni siquiera lo he intentado.
Larry hace un gesto jocoso y luego imita mis palabras.
—Bien alumnos, dejen sus papeles sobre la mesa —indica el profesor.
Como primera de la fila, camino rápido hacia el escritorio del profesor River y dejo mi papel. Vuelvo a mi asiento y observo como Loann deja cuidadosamente el suyo. Mi vista se clava en sus manos grandes y delgados dedos que las hacen más atractivas.
—Manos grandes y dedos largos, voy a darle un punto por eso —comenta Larry desde atrás.
Sonrío con malicia y me imagino estas sobre mi cintura y recorriendo cada centímetro de mi… ¡¿qué?!
Me alarmo en cuanto leo mi nombre escrito en la pizarra.
Defne = Cerda.
Mis compañeros se burlan otra vez. Giro hacia la carpeta de Loann y lo veo sonreír con malicia. Ni siquiera se carcajea como un ser humano común y corriente, solo tiene una curvatura en la esquina de su boca.
—Esto no es motivo de burla, jóvenes. La señorita Defne tendrá como mascota encargada a un cerdo de un mes de nacido. Ella es la líder del equipo y su grupo estará conformado por cuatro personas. Cada pareja tendrá el animal por un tiempo de cuatro semanas y luego pasará a la siguiente pareja.
Mi inconformidad aumenta cuando veo el nombre de Lilian junto a la palabra: Ratón.
—¿Qué significa eso? —cuestiono.
—Significa que en este taller aprenderán a desarrollar fortaleza, coraje, desprendimiento, entereza y sobre todo vocación. Todo esto a través del cuidado y responsabilidad de un ser vivo. No puedo asignarles una persona —ríe, como si fuese un chiste genial y luego se acomoda la corbata—. Es por eso que elegí un animal doméstico.
—¿Y por qué el animal más sucio? —vuelvo a cuestionar.
—El cerdo es un animal muy limpio si lo trata con los cuidados suficientes. Además, usted, señorita Prinsloo, es de primer año de carrera. Es necesario darle una tarea un poco más difícil para que pueda comprender más a fondo el tema de esta clase —se acerca unos pasos hacia mí—. Y recuerde, no debe encariñarse con el animal.
¿Por qué me encariñaría con un cerdo?
River escribe el nombre del tercer equipo, encabezando la lista está JC con la palabra “Serpiente”.
Le queda bien.
—Todos los animales que estoy colocando a cada equipo serán recogidos de una granja. Les daré la dirección y deberán ir en grupo por este. En el caso de Collie…
—No se preocupe, sé dónde conseguir una de esas —se adelanta Javier.
—¿Tienes una serpiente en casa? —cuestiona River mientras revisa en sus impresos.
—El hermano de mi padre es aficionado a la crianza de serpientes, así que le pediré una de ellas. No será problema para mí.
—Necesito los datos de esta para tenerla en mi archivo, color, tipo y medida. Dime una cosa, ¿cuánto mide?
—¿Mi serpiente? —por el tono que escucho sé que dirá algo idiota. Lo presiento.
River asiente.
—Eso debe preguntárselo a Defne, ella sabe muy bien el grosor y la medida. Es una madre amorosa —responde, giro rápido y él me envía un beso volado. Deseo no haberlo hecho.
Todos ríen, el profesor tose un poco y finge no haber oído eso.
Maldita sea, ¿acaso no va a decirle la misma puta frase que a mí?
—Sus bromas fuera de este taller, Collie —es lo único que dice él.
Me indigno, pero no digo nada. Me las cobraré de todas formas.
—Jóvenes —dice River, caminando entre las columnas de carpetas—. Luego de realizar el sorteo subiré todos sus nombres y equipos al sistema. Por lo tanto, no pueden hacer ningún cambio ni reclamo cuando sus equipos aparezcan en la plataforma del taller. ¿Entendido?
Mierda.
Todos pronunciamos un cansado y extendido “Bien”.
***
—¡Debo agradecer a la vida, a mi madre que me trajo a este cruel mundo y al viejo Hitler que me unió con JC! —exclama Larry por los pasillos de Johnson Smith.
Es la cuarta vez que menciona que él y JC están en el mismo equipo.
—Ojalá JC no fuera heterosexual —mascullo.
—Ojalá Loann y tú estén en el mismo equipo.
—Imbécil —digo empujando su cuerpo lejos de mí. No logro moverlo ni un solo centímetro, contrario a eso, solo obtengo doblar un poco mi uña.
Llego a mi casillero, lo abro y arrojo mis libros. Cierro la puerta y le tiro un puntapié a la lata.
Odio a todo el puto mundo.
—Considera que al menos Loann y Disney están separados. No tendrás que verlos juntos ni intercambiando saliva todo el tiempo.
—Mierda, qué gran noticia. Deberías ser porrista Larry, tus ánimos harían que el mejor equipo se sienta mierda—le enseño el dedo de en medio—. Cierra la boca, por favor.
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