María Victoria Baratta
No esenciales
La infancia sacrificada
Prólogo de Pola Oloixarac
Baratta, María VictoriaNo esenciales : la infancia sacrificada / María Victoria Baratta. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Libros del Zorzal, 2021.Libro digital, EPUBArchivo Digital: descarga y onlineISBN 978-987-599-720-21. Derecho a la Educación. 2. Estado y Educación. 3. Pandemias. I. Título.CDD 370.982 |
Diseño de tapa: Osvaldo Gallese
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Buenos Aires, Argentina
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Impreso en Argentina / Printed in Argentina
Hecho el depósito que marca la ley 11723
Índice
Agradecimientos | 5
Puer sacer, o la doble destrucción de la educación | 8
Introducción | 15
Capítulo 1
Emergencia educativa | 25
Capítulo 2
Padres Organizados | 40
Capítulo 3
Los costos invisibilizados | 70
Capítulo 4
En pandemia, sí se puede ir a la escuela | 96
Capítulo 5
La infancia, última | 130
Reflexiones finales | 154
Agradecimientos
Gracias a Leopoldo Kulesz, por convocarme para hacer este libro, y a Pola Oloixarac, por su generosidad. Gracias a Federico Juega Sicardi y a Carolina Uribe por hacer magia de mis palabras.
Gracias a las madres y padres fundadores de Padres Organizados, Florencia Gutman, María José Navajas, Quimey Lillo, Gustavo Magda y Gonzalo Garcés, por el trabajo conjunto y el camino recorrido. Gracias a las más de cien agrupaciones de padres y madres que se formaron a lo largo del país y a todos los que alzaron la voz por los derechos de sus hijos. Gracias a mi amiga Analía Correa, por ayudarnos.
Gracias a los seguidores y usuarios de Twitter y a los periodistas que contribuyeron a amplificar el mensaje, y a todos los que, con valentía, firmaron la carta de Padres Organizados en septiembre, cuando el tema era casi tabú. Entre los firmantes, un recuerdo especial a la memoria de Federico Monjeau.
Quiero agradecer a todos los especialistas de diversas disciplinas que me ayudaron de manera desinteresada a entender un fenómeno tan complejo. En primer lugar, muchas gracias a Alejandro Alice, Juan Schmukler y Federico Vasen, por su atenta lectura y comentarios a las primeras versiones de algunos capítulos. Gracias a Guadalupe Rojo, Juan Pablo Aguad y Florencia López Boo, por el asesoramiento sobre primera infancia. Gracias a quienes, directa o indirectamente, me ayudaron a recopilar evidencia o a pensar en todas las aristas del tema que se incluyen en este libro: Alex Milberg, Adolfo Rubinstein, Mónica Marquina, Cristian Duré, Federico Tiberti, Melisa Espagnol, Diego Hammerschlag, Rolando Rivera, Mauro Infantino, Gustavo Noriega, Cecilia Veleda, Roy Hora, Eduardo Wolovelsky, Martín Tetaz, Marcelo Vigo Andrade, Daniel Nieto, Carlos Bueno, Federico Sisti, Ismael Escribano, Adriana Amado, Martín E. de Simone, Iván Stambulsky, Luciano Román, Julia Pomares, Eduardo Sacheri, Lucas Llach, Valentín Muro, Rocío Vicario, Brenda Austin, Iván Ordóñez, María Soledad Planes, Albertina Piterbarg, Edgardo Zablotsky, Rosario Campos, Alejandro Virué, Ariel Diaco, Laura Romero, Eugenia Santana Goitia, Sofía Wiñazki, Luca Sartorio, Valentín Muro, Juan Manuel Palacio, Nicolás Lorenti, Juan Cruz Dall’Asta, Sebastián Katz. Seguramente, me estoy olvidando de mucha gente. Les pido disculpas y les agradezco a ustedes también.
Gracias a quienes ofrecieron sus testimonios personales.
Gracias a mis amigos de siempre, de hace unos años y de la pandemia.
Gracias a mis tres maravillosas hermanas, a mi mamá —la mejor maestra jardinera del mundo—, a mi primera sobrina —que ya llega—, a mis cuñados. Gracias a mi papá, por todo lo que me enseñó.
Gracias a Fede, mi hombre noble, por el amor diario, los placeres compartidos y el sostén en este año tan difícil. Gracias a la familia de Fede, por ser mi familia.
No sé qué habré hecho tan bien en la vida como para merecerte, mi pequeña y fabulosa Amelia, pero gracias. Sos lo más importante para mí.
Este libro está dedicado a todos los niños
y adolescentes de la Argentina.
Puer sacer, o la doble destrucción
de la educación
Pola Oloixarac
El Estado Maternal
Hace un año, el covid-19 hacía su debut viral en las vidas humanas. Mientras las ciudades cerraban y el remedio medieval de la cuarentena parecía el único antídoto, muchos intelectuales celebraron lo que veían como la derrota del orden neoliberal. Leían en el virus la capacidad de hacer “lo que no pudieron los hombres” (derrocar el sistema, en palabras de “Bifo” Berardi), dando un golpe “a la Kill Bill al capitalismo” (Žižek). Para muchos, había tronado “la hora del Estado”, como unos cien años antes Leopoldo Lugones había cantado, entusiasta, el arribo auspicioso de “la hora de la espada” ante la ruina de la democracia liberal.
En Argentina, la Jefatura de Gabinete publicó El futuro después del covid, donde la antropóloga Rita Segato ponderaba el “Estado Maternal” de Alberto Fernández, que había dictado la cuarentena temprana en marzo y puesto el cuidado de las familias como prioridad.1 Aunque buscaba oponer maternal a patriarcal, elevándolo a un nuevo orden feminista, sin advertirlo Segato proponía un esquema psicológico que explicaría muchas acciones y perversiones posteriores del gobierno. En efecto, el Estado Maternal se verificó en la infantilización de la sociedad propulsada desde el Poder Ejecutivo y sus voceros, un manejo del biopoder que a la vez borró de su consideración a los niños verdaderos. Con el dictado de la cuarentena inicial, se cerraron las escuelas; a un año del cierre, cientos de miles de niños argentinos aún siguen sin clases, mientras otros asisten con protocolos absurdos. Este es el núcleo de No esenciales, de María Victoria Baratta: la crónica de un año desquiciado donde ese Estado Maternal arrasó con los derechos elementales de la infancia.
Uno de los efectos más interesantes de No esenciales es que parece una impresión 3d de la cultura actual. Toma forma por capas: es la voz de una intelectual disidente y una crónica de guerra en las trincheras contemporáneas (Twitter) por la educación, el bastión último del progresismo. Otra capa del libro es la desesperación sorda que lo recorre: las madres reales que, como María Victoria, debieron dejar de lado sus vidas profesionales para hacerse cargo de la educación de sus hijos,2 y el surgimiento de una comunidad civil de familias que interpela al poder político, Padres Organizados.
No esenciales es, también, un retrato de familia del campo intelectual argentino y dos estilos de supervivencia en el Estado Maternal: los que viven entre extasiados y temerosos del castigo de esa Madre Estatal fantasmática implícita, ante la cual solo se puede obedecer o callar, y las hijas e hijos pródigos rebeldes, disidentes, que buscaron defender, uno a uno, sus derechos y los de sus hijos.
María Victoria es una rebelde con causa: aunque forma parte del sistema científico local, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y técnicas (conicet), su libro es el testimonio de que tener discusión racional en torno a evidencia científica se ha convertido en una tarea imposible incluso dentro del sistema científico. La aventura de perseguir una idea hasta su conclusión lógica por medio de argumentos y evidencia se encuentra vedada a menos que se profese la misma ideología. Es decir, según qué relación se establezca con el Estado Maternal, que solo tolera la obediencia total al poder del Ejecutivo, o el murmullo bajo, disciplinado y discreto, a puertas cerradas, si es que llegan a surgir diferencias entre lo que piensa el individuo y lo que el Estado desea que piense.
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