Jacob Grimm Willhelm Grimm - Blancanieves y otros cuentos

Здесь есть возможность читать онлайн «Jacob Grimm Willhelm Grimm - Blancanieves y otros cuentos» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Blancanieves y otros cuentos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Blancanieves y otros cuentos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Érase una vez, en una tierra muy lejana, un duende, una princesa, un sapo, un dragón, un cazador, una bruja muy mala, unos enanitos, un príncipe, unos bandidos muy malos, un señor con mucha suerte, un señor con mala suerte, un pájaro de oro, una princesa durmiente, una rana encantada y unos hermanos que se querían muchísimo, un ayudante muy fiel, un reino qué proteger, un castillo que desencantar… Érase una vez, unos hermanos llamados Grimm que, gracias a una ardua recopilación, nos regalaron un mundo de fantasía que envolvía a todos estos personajes; personajes que no sólo ayudaron a desarrollar nuestra propia imaginación, si no que también nos enseñaron acerca de la felicidad, la lealtad, la valentía, la amistad , la hermandad y muchos otros valores que nos forman hoy en día.

Blancanieves y otros cuentos — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Blancanieves y otros cuentos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¡Ven, primito, ven aquí!

Los hombres depositaron el féretro en el suelo. El mozo se les acercó y levantó la tapa; contenía un cuerpo muerto. Tocó la cara, que estaba fría como hielo.

—Aguarda —dijo—. Voy a calentarte un poquito.

Y, volviéndose al fuego a calentarse la mano, la aplicó seguidamente en el rostro del cadáver; pero éste seguía frío. Lo saco entonces del ataúd, y sentó junto al fuego con el muerto sobre su regazo, y se puso a frotarle los brazos para reanimar la circulación. Como tampoco esto servía de nada, se le ocurrió que metiéndolo en la cama podría calentarlo mejor. Lo acostó, lo arropó bien y se echó a su lado.

Al cabo de un rato, el muerto empezó a calentarse y a moverse. Dijo entonces el mozo:

—¡Ves, primito, como te he hecho entrar en calor!

Pero el muerto se incorporó gritando:

—¡Te voy a estrangular!

—¿Con que será así? —exclamó el muchacho—. ¿Así me lo agradeces? Pues entonces vuelves a tu ataud.

Y, levantándolo, lo metió en la caja y cerró la tapa. En esto entraron de nuevo los seis hombres y se lo llevaron.

—No hay manera de sentir miedo —se dijo—. Está visto que no me enteraré de lo que es, aunque pasara aquí toda la vida.

Apareció luego otro hombre, más alto que los anteriores, y de terrible aspecto; pero era viejo y llevaba una gran barba blanca.

—¡Ah, joven tonto —exclamó—; pronto sabrás lo que es miedo, pues vas a morir! —¡Calma, calma! —replicó el mozo—. Yo también tengo algo que decir en este asunto.

—Deja que te agarre —dijo el ogro.

—Poco poco. Lo ves muy fácil pero soy tan fuerte como tú, o más. —Eso lo veremos —replicó el viejo—. Si lo eres, te dejaré marchar. —Ven conmigo, que haremos la prueba.

Y, a través de tenebrosos corredores, lo condujo a una fragua. Allí empuñó un hacha, y de un hachazo clavó en el suelo uno de los yunques.

—Yo puedo hacer eso y más —dijo el muchacho, dirigiéndose al otro yunque.

El viejo, con la barba blanca colgando, se colocó a su lado para verlo bien. Cogió el mozo el hacha, y de un hachazo partió el yunque, aprisionando de paso la barba del viejo.

—Ahora te tengo en mis manos —le dijo—; Serás tú quien va a morir.

Y, agarrando una barra de hierro, la emprendió con el viejo hasta que éste, gimoteando, le suplicó que no le pegara más; en cambio, le daría grandes riquezas. El chico, desclavó el hacha y lo soltó. Entonces el hombre lo acompañó nuevamente al palacio, y en una de las bodegas le mostró tres arcas llenas de oro.

—Una de ellas es para los pobres; la otra, para el Rey; y la tercera, para ti.

Dieron en aquel momento las doce, y el viejo desapareció, quedando el muchacho sumido en tinieblas.

—De algún modo saldré de aquí —se dijo.

Y, moviéndose a tientas, al cabo de un rato, dio con un camino que lo condujo a su aposento, donde se echó a dormir junto al fuego.

A la mañana siguiente compareció de nuevo el Rey y le dijo:

—Bien, supongo que ahora sabrás ya lo que es el miedo.

—No —replicó el muchacho—. ¿Qué es? Estuvo aquí mi primo muerto, y después vino un hombre barbudo, el cual me mostró los tesoros que hay en los sótanos; pero lo que es el miedo, nadie me ha dicho una palabra.

Dijo entonces el Rey:

—Has desencantado el palacio y te casarás con mi hija.

—Todo eso está muy bien —repuso él—. Pero yo sigo sin saber lo que es el miedo. Sacaron el oro y se celebró la boda. Pero el joven príncipe, a pesar de que quería mucho a su esposa y se sentía muy satisfecho, no cesaba de susurrar: “¡Si al menos supiese lo que es el miedo!”.

Al fin, aquellas murmuraciones acabaron por irritar a la princesa. Su camarera le dijo:

—Yo lo arreglaré. Voy a enseñarle lo que es el miedo.

Se dirigió al riachuelo que cruzaba el jardín y mandó que le llenaran un barreño de agua con muchos pececillos. Por la noche, mientras el joven dormía, su esposa, instruida por la camarera, le quitó bruscamente las ropas y le echó encima el cubo de agua fría con los peces, los cuales se pusieron a coletear sobre el cuerpo del muchacho.

Éste despertó de súbito y echó a gritar:

—¡Ah, qué miedo, qué miedo, mujercita mía! ¡Ahora sí que sé lo que es el miedo!

El lobo y las siete cabritas

Érase una vez una vieja cabra que tenía siete cabritas, a las que quería tan tiernamente como una madre puede querer a sus hijos.

Un día salió al bosque a buscar comida y llamó a sus pequeñuelas.

—Hijas mías —les dijo—, me voy al bosque; tengan mucho cuidado con el lobo, pues si entra en la casa, las devorará sin dejar ni un pelo. El muy bribón suele disfrazarse, pero lo reconocerán enseguida por su voz ronca y sus negras patas.

Las cabritas respondieron:

—Tendremos mucho cuidado, madrecita. Puedes ir tranquila.

Se despidió la vieja cabra con un balido y, confiada en la palabra de sus cabritas, emprendió su camino.

No había transcurrido mucho tiempo cuando llamaron a la puerta y una voz que decía:

—Abran, hijitas. Soy su madre; estoy de regreso y traigo regalos para ustedes. Pero las cabritas comprendieron, por lo rudo de la voz, que era el lobo.

—No te abriremos —exclamaron—. No eres nuestra madre. Ella tiene una voz suave y cariñosa, y la tuya es bronca. ¡Eres el lobo!

Entonces, el lobo fue a la tienda y se compró un buen trozo de yeso. Se lo comió para suavizarse la voz y volvió a llamar a la puerta de la casita:

—Abran hijitas —dijo—. Soy su madre y traigo un regalo para ustedes.

Pero el lobo había puesto una negra pata en la ventana y, al verla las cabritas, exclamaron:

—No, no te abriremos; nuestra madre no tiene las patas negras como tú. ¡Eres el lobo!

Corrió entonces el muy bribón a una panadería y le dijo al panadero:

—Me he lastimado un pie; úntamelo con un poco de pasta para que me sienta mejor.

Untada la pata, fue al encuentro del molinero:

—Échame harina blanca en el pie —dijo.

El molinero, comprendiendo que el lobo tramaba alguna tropelía, se negó desde el principio; pero la fiera lo amenazó: —Si no lo haces, te devoro.

El hombre, asustado, le blanqueó la pata. Sí, así es la gente.

Volvió entonces el rufián por tercera vez a la puerta y, llamando, dijo: —Abran, pequeñas; es su querida madrecita, que está de regreso y les traigo cosas buenas del bosque.

Las cabritas replicaron:

—Enséñanos la pata, queremos asegurarnos de que eres nuestra madre.

La fiera puso la pata en la ventana y, al ver ellas que era blanca, creyeron que eran verdad sus palabras y se apresuraron a abrir. Pero fue el lobo quien entró. ¡Qué sobresalto, Dios mío! ¡Y qué prisas por esconderse todas!

Una se metió debajo de la mesa, la otra en la cama, la tercera en el horno, la cuarta en la cocina, la quinta en el armario, la sexta debajo de la fregadera, y la más pequeña, en la caja del reloj. Pero el lobo fue descubriéndolas una tras otra y, sin gastar cumplidos, se las engulló a todas menos a la más pequeñita que, oculta en la caja del reloj, pudo escapar de sus garras

Lleno y satisfecho, el lobo se alejó a trote ligero y, llegado a un verde prado, se tumbó a dormir a la sombra de un árbol.

Al cabo de poco tiempo, la vieja cabra regresó a casa. ¡Santo Dios, lo que vio! La puerta, abierta de par en par; la mesa, las sillas y bancos, todo volcado y revuelto; la jofaina, rota en mil pedazos; las mantas y almohadas, por el suelo. Buscó a sus hijitas, pero no aparecieron por ninguna parte; llamó a todas por sus nombres, pero ninguna contestó. Hasta que, con una vocecita muy queda, dijo la más pequeña de las cabritas:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Blancanieves y otros cuentos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Blancanieves y otros cuentos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Blancanieves y otros cuentos»

Обсуждение, отзывы о книге «Blancanieves y otros cuentos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x