Por lo tanto, vamos a explicar los aspectos principales de esta herramienta conocida como dinero.
Qué creemos que es el dinero
El dinero es una de las primeras formas complejas de comunicación, de hecho, las primeras escrituras, las de los sumerios, fueron diseñadas para anotar deuda, ese fue el real motivo de crear la escritura. Por lo tanto, cuando estamos transaccionando con dinero estamos comunicando valor.
Si el dinero es una herramienta de intercambio, entonces quiere decir que tú puedes convertir el dinero en lo que desees, el dinero no es malo a menos que tú lo utilices para hacer maldades, el dinero no te vuelve avaro a menos que tú decidas volverte avaro por dinero, el dinero no cambia a la gente, a menos que la gente verdaderamente quiera cambiar.
Mira el poder que le hemos asignado al dinero que a una persona le dices que si sigue fumando se va a morir, sabe que se va a morir, siente que se va a morir, ve sus estudios y análisis, radiografías, médicos, todo le dice que se va a morir y no deja de fumar. El miedo más grande del ser humano no lo hace cambiar. Pero en cambio esa persona que nunca tuvo dinero sostiene con todas sus fuerzas que “el dinero te cambia”.
El dinero no tiene voluntad propia, por lo tanto, no puede alterar tu comportamiento. No se le pueden asignar responsabilidades que no posee. El dinero es importante solo en las áreas en las que tiene participación y en esas áreas es sumamente importante; ahora, en las áreas donde no tiene participación es completamente obsoleto. Se podría decir que el dinero mejora ciertas condiciones, pero, aunque no puede resolver todo, la pobreza resuelve aún menos. Si tienes un problema y además eres pobre entonces tienes dos problemas.
Por todo esto y por venir de la pobreza y conocerla la mayor parte de mi vida es que puedo entender por lo que estás pasando y puedo darte las estrategias que sí van a servirte para salir de ella, porque entiendo los pormenores de tu situación, esos que los ricos no entienden. Una vez una persona muy adinerada se quejaba de que su empleada le había reclamado que se había olvidado de pagarle una suma de dinero que él consideraba risueña, él estaba atendiendo un negocio sumamente importante y no había hecho tiempo de llevarle ese dinero con el que la empleada contaba, y sus palabras fueron: “¡me hace un escándalo por unos centavos!” Mi respuesta fue: “¿acaso no te das cuenta de que lo que para ti son centavos para ella significa el plato de comida de sus hijos de hoy? Quizás contaba con ese dinero y seguramente lo necesita”.
Su rostro cambió y no supo qué responderme. Es que es obvio que no lo entiende ni se puso a pensarlo porque no lo vivió y no comprende como sumas insignificantes de dinero para los demás no lo son, por eso te suenan tan irreales los libros que predican la riqueza porque no compartes nada de tu situación actual con ellos.
Incluso si miras algún video o curso de educación financiera o libertad económica, obviamente los instructores quieren mostrar autoridad y que nadie mencione la tan famosa frase: “estás enseñando sobre finanzas e inviertes 10 dólares” entonces ¿qué hacen? Para demostrar que son solventes te muestran cómo invierten miles de dólares, preocupados por mostrar a cierto tipo de gente que NO necesita aprender de finanzas que ellos tienen dinero para invertir, entonces su ego los pierde en demostrar cuán ricos son en lugar de enseñarte a ti que no eres rico a salir de la pobreza. Y tú los ves y te preguntas: “¿Cómo mierda voy a salir de la pobreza si para dejar de ser pobre tengo que dejar de ser pobre?” Es decir, te muestran que para alcanzar la libertad económica primero debes tener miles de dólares para invertir en las pendejadas que ellos te aconsejan y tú piensas: “si tuviera miles de dólares no estaría mirando tu video, estúpido…
Antes en entrar en la primera parte de este programa déjame aclararte que lo que sigue es lo más importante, te parecerá cliché, más de lo mismo, repetitivo, etc. Pero cambiar tu forma de pensar es sumamente necesario, grábate esto en la cabeza: si no cambias tu manera de pensar en cuanto a la riqueza y el dinero siempre serás pobre, no importa lo que hagas o cuánto trabajes o ahorres.
¿En serio no quieres ganar dinero?
Obviamente sí, por eso estás leyendo este libro, pero piensa en la gente hipócrita que dice que no le importa el dinero, que el dinero no hace la felicidad y toda esa sarta de idioteces.
¿Acaso no te gustaría que cuando llegue tu jefe a regañarte, a tratarte como basura, puedas mandarlo a la verga porque ya no necesitas de ese sueldo miserable que te paga para adueñarse de tu tiempo y denigrar tu orgullo?
¿En serio no te gustaría poder ir a los actos de la escuela de tus hijos que siempre te pierdes porque a esa hora toca trabajar?
¿En serio no te agradaría que cuando alguien cercano a ti tuviera un problema económico puedas asistirlo?
¿De verdad me dices que no te gustaría que, si alguno de tus seres queridos se enferma poder pagar la mejor atención médica, los mejores especialistas, comprarle la medicación que necesite o pagar la intervención quirúrgica?
Entonces ¿Qué mierda estás hablando de que el dinero no importa o no hace la felicidad?
Te lo voy a resumir para que dejes de ser tan estúpido o para que se lo lances a la cara al próximo infeliz que te diga esa frase patética que solo repiten los pobres y los fracasados: “el dinero no compra la felicidad”.
Imagina que a tu hija pequeña le da leucemia, tiene que hacerse un trasplante de médula ósea para poder salvarse y hay un médico que es el mejor del mundo haciendo ese tipo de operaciones en un hospital de Estados Unidos que cuenta con toda la tecnología para salvarla, pero adivina qué, no lo hace gratis, ni el médico ni el hospital. La operación cuesta 100 mil dólares o tu hija muere. El médico no le salvará la vida gratis, el médico no moverá el bisturí hasta que no vea el depósito en su cuenta y el hospital no autorizará la internación hasta que los 100 mil dólares no hayan sido pagados, entonces cuando digas como un idiota “El médico le salvó la vida” LAS PELOTAS, la vida se la salvó quien puso el dinero. Sin el dinero, ese médico al que tanto le agradeces le importaba un bledo. Y ahora tu hija está viva, si ver a tu hija viva después de un diagnóstico de leucemia no te hace feliz, entonces cierra este libro y vete al carajo.
La parte abstracta del dinero
El dinero es una energía, a la vez que es una idea en nuestra mente, al mismo tiempo también es una herramienta de cambio.
Una engería porque provocamos cambios y dirigimos eventos con el dinero.
Una idea en nuestra mente porque todos nos pusimos de acuerdo en que el dinero tiene valor y por eso lo tiene, porque en realidad el valor a un papel pintado se lo asignamos nosotros.
Y una herramienta de cambio porque comunicamos valor a través de él y por lo tanto adquirimos diferentes bienes expresados en unidades monetarias.
En la parte energética debes conocer que hay una coherencia a la hora de generar abundancia. Hay tres aspectos que debes considerar:
1-Lo que quieres ganar.
2-Lo que crees que vas a ganar.
3-Lo que crees que mereces ganar.
Tiene que estar alineado en tu mente lo que quieres ganar, lo que crees que vas a conseguir y lo que crees que mereces ganar. Si lo que tú sientes que mereces es diferentes a lo que quisieras ganar entonces hay una incoherencia en tu subconsciente y si, además, no crees que vayas a conseguir ninguna de esas dos cifras, peor aún. Debes armonizar estos tres conceptos para que sean uno.
En la herramienta de cambio, debes responderte: ¿Qué estás cambiando por dinero? ¿Lo estás cambiando por tu tiempo? Entonces más vale que sea mucho, porque el tiempo no tiene precio. El dinero no es solo una herramienta de cambio de transacciones o intercambios, sino que produce cambios por su condición de energía representada en papel o una cuenta, entonces ¿Qué cambios está provocando ese dinero? O ¿Qué cambios provocará ese dinero en tu vida o en la de alguien más?
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