Te voy a contar mi vida y más precisamente mi infancia y adolescencia para que entiendas que sé de lo que estoy hablando.
Si has leído alguno de mis libros anteriores sabrás de sobra que puedo ser cualquier cosa menos un mentiroso. Sinceramente no me importa en lo más mínimo lo que tú como lector pienses o creas de mí, por lo tanto, no tengo ninguna intención o necesidad de mentirte, lo que voy a contarte es la pura verdad.
Cuando era niño mi padre nos abandonó a mí y a mis tres hermanos, vivíamos en una casilla de madera y nuestra habitación era de dos metros cuadrados para cuatro chicos, no teníamos baño por lo que nos tocaba cagar y mear en un balde, y bañarnos en una fuente de plástico con agua calentada en una olla, apenas teníamos para vivir y mi madre tuvo que salir a trabajar día y noche para poder darnos de comer.
Al estar todo el día solo tuve de maestro a la calle, allí aprendí a robar, a drogarme, a ser rebelde y cientos de cosas más que solo retrasaron mis sueños, me tocó enfrentar una adicción que me tomó veinte años de mi vida salir de ella, perdiendo casi todo en el proceso y quedando en la ruina financiera, además de quedar con varias secuelas físicas que pagaré en lo que me quede de vida. A la edad de dieciocho años decidí suicidarme para acabar con todo de una vez y solo logré arrastrar a mi mejor amigo a que se suicidara en el fondo de la casa de mi madre, corté mis venas y perdí tanta sangre que me desvanecí, por suerte alguien me encontró y llamó a una ambulancia y terminé en el hospital, esa misma persona viajó conmigo acariciándome la pierna y hasta el día de hoy no supe quién era, y no conforme con eso cuando salí del hospital fui a dispararme en la cabeza, pero en ese preciso momento uno de mis amigos llegó y se abalanzó sobre mí y el disparo en lugar de dar en mi cabeza dio en mi pierna, la bala entró y salió entre los músculos sin tocar ninguna vena, arteria o hueso.
Mi vida estuvo marcada por la marginalidad, nunca fue fácil para mí conseguir nada, por eso quiero que te quites de tu mente el pensamiento de que necesitas tener padres ricos para alcanzar tu independencia financiera, de que debes contar con recursos o palancas, todo eso es mentira.
Tu tiempo y tu vida no te pertenece
La razón número uno por la cual la gente quiere o debería querer alcanzar la independencia financiera es para disponer de su propio tiempo y de su vida.
Si trabajas bajo relación de dependencia, es decir que tienes un jefe y cobras un salario, hay otra persona que decide por ti:
La ropa que vas ponerte.
La cantidad de dinero que vas ganar.
El tiempo del que eres dueño.
Los días de vacaciones que te vas a tomar.
Lo que vas a hacer en la tercera parte de tu día.
Si puedes usar cabello largo, corto, aretes, tatuajes.
En qué horarios y cuánto tiempo le debes dedicar a comer, ir al baño, fumar un cigarro o despejarte.
No disponer de tu tiempo es no disponer de tu vida, y este hecho genera una insatisfacción a largo plazo. Seguramente esta es tu situación actual como lo fue la mía, pero no te estreses, pronto cambiaremos nuestra situación socio-económica.
Camino a la independencia financiera
Si bien este libro apunta a la meritocracia, no se puede hablar de meritocracia en zonas del planeta donde un niño nace con desnutrición severa porque su misma madre la padecía, ese niño, cuyo cerebro ya está dañado de manera irreversible no puede hacer nada para sortear su desventura, y hablar de meritocracia en estas situaciones calamitosas y condiciones tan desfavorables para algunos, es poco menos que ridículo, pero salir de una pobreza moderada sí puedo asegurar que es posible.
Básicamente hay que cambiar dos cosas:
• Nuestra manera de pensar.
• Nuestros hábitos.
Y quiero dejar bien en claro que este libro va apuntado hacia herramientas concretas, no a elementos mágicos que nunca dan resultado, si queremos empezar a crear abundancia debemos dejar de lado las idioteces, ¿debo cambiar mi forma de pensar como pobre? Sí. ¿Solo cambiando mi forma de pensar me va a caer la bolsa de oro en la cabeza? No, no seas idiota, por eso si leíste un libro que te dice que la abundancia se genera por arte de magia a través de la atracción y el universo y las leyes y bla, bla, bla tienes la primera parte resuelta, ahora si el libro decía que con eso era suficiente ve y enciéndele fuego, hazte un favor. No existen resultados sin acción, esa es la ley primordial del universo. No existe creación sin movimiento ni materialización sin caos, los mismos átomos están en movimiento constante de electrones o sea que nada está quieto. Fíjate que la naturaleza que es la representación del universo, si el leopardo no persigue a la gacela no come y se muere de hambre. Simple.
Hay personas que viven resentidas con aquellos que tienen dinero. Los culpan directamente de su propia situación de pobreza. Sostienen que ellos son los verdaderos responsables y no su inutilidad o pereza. Pensar que tú eres pobre porque alguien más es rico es como creer que tú estás enfermo porque alguien más está sano. Una burrada. Estas personas permanecen sentadas, cruzadas de brazos y despotricando contra los que lograron cosas importantes. Piensan, además, que ellos consiguieron esos resultados sin esfuerzo alguno, solo les tocó en suerte. Viven atadas a pensamientos mágicos y esto les provoca conseguir justificar su ineficacia.
Se quejan de que estos ricos no hacen nada por los pobres, sin darse cuenta de que ellos hacen menos todavía. La idea no es mantenerse pobre para ayudar a los pobres, no se puede ayudar a los enfermos estando uno enfermo también. Para ayudar a los enfermos se tiene que estar sano, para ayudar a los pobres hay que ser rico.
Si tenemos la idea preestablecida de que el dinero es malo, nunca lograremos sortear estas distancias de resentimiento hacia quien obtiene lo que yo no.
El dinero es un medio de cambio para conseguir lo que quiero.
Mucha gente demoniza el dinero porque tiene en su mente una connotación negativa de lo que el dinero puede hacer en las manos equivocadas, y enseña a sus hijos nociones nefastas sobre el dinero, pero permíteme darte algunos aspectos del dinero que quizás esta gente no ha tenido en cuenta y que posiblemente el cambio de enfoque les permita dejar de sufrir:
El dinero es la recompensa a tu esfuerzo personal.
El dinero es el resultado de tu sacrificio.
El dinero es el símbolo de cientos de frustraciones, caídas, llantos y golpes que lograste soportar y tuviste el valor de levantarte y seguir adelante.
El dinero es lo que obtienes cuando pones a tu cerebro a trabajar y lo obligas a aprender.
El dinero es el galardón por no quedarte durmiendo e ir a trabajar.
El dinero es la condecoración por soportar a un jefe imbécil por la necesidad de alimentar a tu familia.
El dinero es el premio al valor, al coraje de hacer un trabajo que odias por la esperanza de encontrar uno mejor.
El dinero es el beneficio que se te da cuando logras atravesar miedos e ir en busca de tus sueños.
El dinero es la consecuencia directa de tu capacitación, preparación, voluntad y audacia.
El dinero no es malo, el dinero es un símbolo y el valor que le otorgues depende ti.
Imagina si no existiera el dinero ¿Cómo te pagaría tu empresa?
La gente alienta los sueños, pero desprecia el dinero y se creen espirituales o desapegados.
¿Cuál es tu sueño? ¿Ser abogado? Bueno, ser abogado cuesta dinero, los libros cuestan, viajar cuesta, los apuntes cuestan, así que, si ponderas los sueños, pero desprecias el dinero déjame decirte que tus ideas son una fantasía bonita e hipócrita en un mundo que solo existe en tu cerebro.
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