Conocí a Hylke cuando comencé a trabajar con mi equipo de liderazgo en Microsoft. Siendo nuevo en la organización, deduje a gran velocidad que el equipo no se sentía empoderado, ni enfocaba su energía al interior de la empresa y que operaba de manera no tan óptima por temor a cometer errores o a ser ridiculizado. Así las cosas, iniciamos juntos un “estudio sobre el miedo” aprovechando una herramienta de evaluación de Circumplex para determinar el nivel de actividad dinámica, pasiva y constructiva tanto en mis organizaciones corporativas como de campo. Como resultado, logramos establecer la base de aquellas características culturales significativamente pasivo-agresivas que empequeñecían los comportamientos constructivos a nivel empresarial. Y lo que es más importante, cambiamos la narrativa al identificar el “miedo” como el desafío crucial de nuestro liderazgo en un entorno corporativo poco productivo. Después de determinar cuáles eran nuestros cocodrilos, establecimos un camino para domesticarlos, creando entre todos una hoja de ruta que nos mostrara cómo ser “intrépidos” y enfocar la energía que malgastábamos en nuestras preocupaciones empresariales internas en librar magníficos combates externos frente a nuestros competidores. Con el apoyo de Hylke, delineamos el camino hacia la autenticidad y el crecimiento personal necesario para remodelar la cultura de nuestro equipo y así liderar el camino para otros equipos dentro de Microsoft.
Herbert McCabe, citado en Why Go to Church, afirmó que “la raíz de todo pecado es el miedo: el profundo miedo de que no somos nada; la compulsión de hacer algo útil de nosotros mismos; de construir una imagen autohalagadora a la cual admirar; de creer en nosotros mismos, en nuestro ser fantasioso”. Las posiciones que mantenemos, así como la capacidad para influir en nuestra existencia diaria, nos llevan a refinar nuestra imagen externa. Siendo sinceros, a menudo lideramos desde ese lugar y somos incapaces de distinguir la diferencia entre “lo que hacemos” y “quiénes somos”. Domando tus cocodrilos nos proporciona un camino enfocado en nuestro verdadero ser y en el concepto que tenemos sobre liderazgo: solo desde nuestro ser auténtico y transparente podemos transformar el mundo que nos rodea. Con porciones iguales de inspiración (por qué enfrentamos nuestros miedos), dirección (en qué debemos centrarnos) e instrucción (cómo establecemos un entorno auténtico para nosotros y nuestros equipos), Domando tus cocodrilos nos brinda la rara oportunidad de vernos a nosotros mismos y de liberarnos a nosotros mismos como líderes en un contexto seguro. Solo desde esta base podremos adoptar y desplegar por completo la multitud de herramientas y metodologías de liderazgo disponibles en esta y otras publicaciones.
Fierce, Fearless & Forgiving es la narración personal que Hylke me ayudó a desarrollar con el conocimiento de cómo domar mis cocodrilos y liderar a una organización mundial icónica y compleja durante su etapa más transformadora. Te invito a leer, registrar y revisar todos los aspectos de este importante libro a medida que buscas operar con autenticidad y liderar equipos valientes.
Toni Townes-Whitley
Vicepresidente Corporativo
de la industria mundial de Microsoft Corporation
Enero 2018
Introducción
“La vida de cada hombre representa un camino hacia sí mismo”.
—Hermann Hesse
¿Liderazgo auténtico o prestado?
¿Quién soy, en verdad? Esta puede ser la pregunta más importante que hagamos. Piensa en esto: ¿a quién miras primero cuando ves una foto en la que aparecen algunos de tus familiares y amigos junto contigo? Sí, admítelo, te miras a ti mismo. Estamos diseñados para mirarnos a nosotros mismos. Queremos conocernos a nosotros mismos.
Cuanto más nos conocemos, más entendemos qué es aquello que nos hace grandes y cuáles son esos bloqueos mentales que hemos ido instalando a lo largo de nuestro camino. Y entre más nos conocemos, más adaptables y valientes nos volvemos a medida que aprendemos a confiar en nosotros mismos sin importar lo que pase a nuestro alrededor. Nuestro verdadero yo no está atado a las circunstancias. “Conócete a ti mismo” es una frase que estaba inscrita sobre la puerta del oráculo en Delfos y se convirtió en el lema que les ayudó a miles de personas en la antigua Grecia a enfrentar sus mayores desafíos.
¿Qué sucede cuando ignoramos la pregunta: quién soy yo? De forma inconsciente, podemos dirigir nuestra vida a partir de un conjunto de ideas prestadas sobre quiénes somos, como por ejemplo: “Debería actuar a la fija, ser amado, productivo, especial y tener el control de mi vida”. Es posible que hayamos recogido estas creencias de nuestra familia, de amigos y colegas, de nuestra cultura o de otras fuentes de condicionamiento. Y por un tiempo, todas esas ideas prestadas nos ayudan a llevar una vida plena… hasta que no nos funcionan más, pues la fijación en cualquier idea tiende a convertirse en una limitación. El apego a la seguridad es generador de temor; un enfoque en ser querido conlleva a traicionar nuestros propios ideales; la necesidad de sobresalir terminará por ejercer una presión excesiva sobre nosotros y sobre los demás; la obsesión por ejercer control conduce al aislamiento y la rigidez; y la necesidad de ser especial tiende a causar arrogancia, así como a la tendencia a hacer juicios de nosotros mismos y de los demás. La pregunta es: ¿en verdad queremos guiarnos a nosotros mismos y a quienes nos interesan basándonos en un conjunto de ideas prestadas? O por el contrario: ¿deseamos vivir y liderar desde una posición que refleje quiénes somos realmente y sin importar lo que otros nos hayan enseñado?
Vivir basados en ideas prestadas parece ser un hecho inevitable. Al comienzo de nuestra vida, aprendemos un conjunto de valores perteneciente a nuestros cuidadores primarios; luego, vamos a la escuela y aprendemos sobre cómo encajar en el mundo externo; después, obtenemos un trabajo en el cual estamos influenciados por la cultura de nuestra organización. Y al mismo tiempo, la publicidad siempre está enseñándonos cómo llevar nuestra vida a cada paso del camino. Si no somos conscientes de esto, terminaremos por pasarnos viviendo siempre de acuerdo con las ideas que en realidad son de los demás. Esa es una mala noticia.
LIDERAZGO DE CRECIMIENTO
—TRANSFORMANDO LOS COCODRILOS EN BÚHOS
Sin embargo, también hay muchas buenas noticias. En lugar de vivir de valores prestados, tenemos la opción de abordar tanto la vida como el liderazgo desde un punto de vista diferente, como una gran aventura que nos llevará a aprender sobre quiénes somos realmente y a vivir desde esa perspectiva cada vez más auténtica. A esto lo llamamos ser líderes de crecimiento. Los líderes de crecimiento abordan cada momento como una oportunidad para el autodescubrimiento, la contribución y la excelencia. La palabra “liderazgo” proviene del término inglés “leith”, que significa “morir”. Cuando nos comprometemos con el liderazgo de crecimiento, estamos dispuestos a dejar morir —a dejar ir— aquellas partes que no corresponden a nosotros y que hacen parte de ese nosotros prestado que somos para disponernos a crecer más y convertirnos en quienes en verdad somos todos los días y así servir desde ese lugar lo mejor que podamos.
¿Por qué nos aferramos a nuestro ser prestado, como por ejemplo, a ser perfectos, amados, los mejores, en control de todo y especiales, incluso cuando todos esos conceptos nos limitan? Exploraremos esta pregunta a profundidad, pero en resumen, todas estas dinámicas internas que son tan limitantes están basadas en el miedo. Parte de nuestro Sistema nervioso, el factor primitivo reptiliano, es un gran productor de miedo y nos genera estos pensamientos y comportamientos inhibidores que llamaremos nuestros “cocodrilos”. Desde esta perspectiva, crecer en nuestro ser auténtico es desaprender el miedo —domesticar nuestros cocodrilos internos y ponerlos bajo el dominio de las partes más sabias de nosotros mismos a las cuales llamaremos nuestros “búhos”.
Читать дальше