Marisa queda con sus amigos del colegio cada tres o cuatro años. Con algunos de ellos intercambia mensajes con más frecuencia. Esas reuniones son muy divertidas, pero hay momentos en que Marisa se pone muy tensa porque se ve incapaz de decir que su posición personal sobre algunos temas, por ejemplo la política, ha cambiado, y cuando surgen calla porque le da miedo revelar lo que piensa en la actualidad.
Este derecho también es aplicable al día a día. Siempre puedes cambiar de opinión. Si ayer quedaste para jugar hoy al tenis con tu amigo y se te han complicado las cosas, no es necesario que te mueras en el intento de mantener a toda costa tu compromiso. Puedes llamarle y posponer la cita.
7. Podemos sentirnos mal y pedir ayuda
No siempre es posible estar feliz y contento. Es inevitable pasar por baches en que nuestro estado de ánimo, por múltiples razones, se resiente, y sentirnos tristes, apáticos, ansiosos, preocupados, doloridos, inquietos o atormentados. Una vez más, esto demuestra lo que somos, seres humanos. Y cuando estamos así, no necesitamos disimular o esconder estos sentimientos. Es más, podemos pedir ayuda o apoyo. Esto también es ser asertivo. Expresar lo que sentimos en ese momento no nos hace débiles, nos hace personas. Y pedir ayuda nos acerca más a los demás.
Alberto tiene problemas en su trabajo. Las cosas no van bien y lleva ya un tiempo preocupado y triste, pero tanto en casa como con sus amigos, disimula y finge que todo va perfecto. Se sentiría mejor si lo compartiera con su mujer y sus mejores amigos, y aceptara la ayuda que sin duda le ofrecerían.
8. Un poco de locura no está mal
Aunque creamos firmemente que la mejor forma de vivir se basa en el pensamiento lógico y la razón, a veces un poco de locura es justo lo que necesitamos. Tenemos derecho a actuar fuera de la lógica.
El pensamiento racional es el mejor consejero, pero no tenemos que ser sus esclavos. En ocasiones podemos ser impulsivos y tomar decisiones basándonos en lo que nos apetece o deseamos, más que en lo que nos conviene.
Está claro que un polo de color gris es más combinable con el resto de tu ropa y que te lo puedes poner tanto en un contexto formal como lúdico, pero el mismo polo en color pistacho ha movido algo en tu interior. ¿Y por qué no?
9. No te enfades, reclama
Como consumidores, tenemos derecho a reclamar cuando el servicio que hemos recibido no está a la altura de lo que hemos pagado. El servicio incluye tanto el producto, da igual si es una cena en un restaurante, como un juego de destornilladores o el trato personal del empleado que nos atendió, que como mínimo debe ser neutro o educado. Muchas personas no son asertivas al reclamar en este contexto de consumidor porque consideran que actuar de esta forma es poco elegante, demasiado centrado en lo material o incluso grosero, y acostumbran a solucionar estas situaciones tachando de su lista el establecimiento donde recibieron el mal servicio.
Reclamar es correcto y casi siempre es la mejor de las soluciones. No solo nos permite expresarnos y recuperar lo que no hemos recibido, sino que además facilita a la otra persona que rectifique o repare su error. Te sorprenderá comprobar que en la mayoría de las ocasiones el desenlace es óptimo.
Juana y su marido son clientes habituales de una arrocería cerca de su casa. Les gusta mucho y se sienten muy bien atendidos. El domingo pasado, sin embargo, todo fue un desastre: el arroz estaba duro, el servicio fue muy lento y se equivocaron en la cuenta. Ahora deben tomar una decisión ¿enfadarse y no volver, o reclamar y expresar su descontento?
10. Ser asertivo es un derecho, no una obligación
Aprender a ser asertivo es un gran objetivo y hará que nuestra vidas y nuestras relaciones mejoren mucho. Pero no te conviertas en un paladín de la asertividad. No dividas tu vida en un antes y un después. Míralo de la siguiente forma: antes de saber ser asertivo, actuabas pasiva o agresivamente; ahora que tu repertorio es mucho más amplio, también sabes ser asertivo. Y eso es lo que predominantemente vas a ser. Pero la persona hábil en términos sociales es aquella que decide con inteligencia y agilidad qué es lo que más le conviene para cada situación.
Carmen tiene un hermano un tanto peculiar. Es muy sensible al rechazo y suspicaz. En esta ocasión le pide a Carmen que recoja a su hijo del colegio. A Carmen no le va muy bien. Podría decir no asertivamente, pero haciendo un análisis de costos/beneficios, decide aceptar el encargo. Carmen no es esclava de su asertividad.
Tabla de evaluación de consciencia de derechos asertivos
Instrucciones: En una escala en que 0 significa nada y 10 completamente, decide cuánto crees en cada uno de los siguientes derechos.
1 La única persona cualificada para juzgarme a mí mismo soy yo.
2 Tengo derecho a actuar por encima de los roles sociales.
3 Tengo derecho a decir no lo entiendo o no lo sé.
4 Tengo derecho a decir no me importa o no me interesa.
5 Tengo derecho a equivocarme.
6 Tengo derecho a cambiar de opinión.
7 Tengo derecho a sentirme mal y a pedir ayuda.
8 Tengo derecho a actuar sin lógica.
9 Tengo derecho a reclamar.
10 Tengo derecho a elegir cuándo ser asertivo.
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