La complejidad de este pasaje se hace evidente con las palabras, “esto, para la mente que tenga sabiduría” (Apocalipsis 13:18; 17:9), dando a entender tanto la dificultad para comprender como la necesidad de tener discernimiento espiritual. Esto recuerda las humildes palabras del profeta Daniel al rey Nabucodonosor: “Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón” (Daniel 2:30).
Una Doble Existencia
La Biblia revela que la bestia tiene siete cabezas (Apocalipsis 17:3, 9), pero el Anticristo es identificado como el “octavo.” Sin embargo, al afirmar que sólo hay siete cabezas, implica que ¡una de las cabezas tiene una doble existencia! También dice que “es de entre los siete” (Apocalipsis 17:11), es decir, que una de las siete cabezas está siendo designada dos veces… ¡Una de las cabezas tiene doble existencia!
Así pues, la bestia es identificada con una de las siete cabezas. ¿Cuál es su significado? El ángel enviado al apóstol Juan revela la clave al definir las cabezas de la siguiente manera: “Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo” (Apocalipsis 17:9-10). Sin embargo, esta revelación lleva a otras preguntas: ¿Qué significan los siete montes y los siete reyes?
Siete Montes son Siete Reinos
En el tiempo del regreso de Jesús, un ángel anunciará que “los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 11:15), lo cual es muy significativo al tratar de determinar el significado de los montes. Es importante recordar que la gigantesca estatua que el rey Nabucodonosor soñó y en la que era adorado, estaba compuesta por varias secciones que representaban los imperios (reinos) gentiles, desde el tiempo de Daniel hasta la segunda venida de Jesús: Babilonia, Media-Persia, Grecia y Roma.
Pero “en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos” (Daniel 2:44); es decir, en su segunda venida, el Señor Jesucristo destruye todos estos imperios o reinos mundiales de la historia.2 En ese tiempo, estos cuatro imperios estarán todos unificados como uno solo bajo la autoridad del Anticristo.
El reino de Jesucristo es descrito como un “monte que llenó la tierra” (Daniel 2:35). Dado que el reino que vendrá después de los otros reinos es descrito como un “monte,” estos deben ser vistos de la misma manera, como montes alegóricos en las demás partes de la Biblia. Por ejemplo, “en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes” (Isaías 2:2), es decir, de las naciones o reinos de alrededor; “yo estoy contra ti, oh monte destruidor, … y te reduciré a monte quemado” (Jeremías 51:25), refiriéndose al reino de Babilonia; “¿Quién eres tú, oh gran monte?” (Zacarías 4:7), refiriéndose al imperio o reino que se oponía a la construcción del segundo Templo.
“Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.”
Daniel 2:37-45
En este pasaje clave, se encuentra una sucesión de cinco reinos, siendo el último descrito como un “monte.” Por lo tanto, los otros cuatro reinos pueden ser también descritos igual. Estos montes o reinos son a los que hace referencia el Apocalipsis, pues “las siete cabezas son siete montes [o reinos], sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes” (Apocalipsis 17:9-10). La Gran Ramera o Babilonia la Grande, la cual es el origen de todas las falsas religiones, es descrita en este mismo pasaje sentada sobre las cabezas de la bestia. En otro pasaje, versículos más adelante, dice que “donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas” (Apocalipsis 17:15), haciendo referencia a la multitud de reinos (naciones) alrededor del mundo, los cuales deben ser dispersados a través del tiempo porque el origen (la madre) de las falsas religiones se ha extendido por varios siglos desde la Torre de Babel.
Hay otra conexión muy interesante al respecto que muestra que la bestia es creada a la imagen de Satanás, pues lo describe como “un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas” (Apocalipsis 12:3), en tanto que el Anticristo es descrito como “una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas” (Apocalipsis 13:1). Las diademas o coronas representan gobierno y, según Jesús, Satanás es “el príncipe de este mundo” (Juan 12:31).3 Este principado requiere de los reinos de este mundo, lo cual Satanás no negó cuando tentó a Jesús en el desierto (Lucas 4:5-8).
Si estas coronas requieren de un gobierno y Satanás gobierna los reinos (naciones) de este mundo, y, dado que las coronas se encuentran sobre las siete cabezas, entonces las cabezas deben representar reinos. Esta es la mayor evidencia de que las siete cabezas, representadas como montes, son realmente siete reinos o naciones del mundo.
Siete Reinos Mundiales
La frase, “y son siete reyes” (Apocalipsis 17:10), anticipa una identificación estricta de los siete montes con los siete reyes. Los montes, por tanto, son poderes imperiales de gobierno. Un rey y su reino son vistos por lo general como uno solo; se levantan o caen juntos, pues no hay reyes sin un reino ni súbditos que le sirvan. Estos siete reyes no son identificados con ningún imperio anterior o diferente a los representados por los siete montes.
La Biblia menciona algo importante respecto a estos siete montes o reinos: “Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo” (Apocalipsis 17:10). Aquí se observa que hay un orden de existencia de estos siete reinos: cinco del pasado, uno actual y otro futuro; pero para poder identificarlos, es necesario tener un punto de referencia desde el cual poder ubicarlos apropiadamente en la historia y en el tiempo. Este punto de referencia se encuentra en por lo menos tres pasajes que mencionan el tiempo profético en el que se hallaba el apóstol Juan cuando recibió esta visión y la registró en el libro del Apocalipsis:
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