Existen muchas hipótesis de cómo deberían ser las cosas; estas van y vienen y lo único que quedan son datos desapareados y hechos realizados. Algo así sucede con las ideas nobles, que traídas a la mesa se amalgaman y nacen formas bellas. Con el tiempo se reprograman o se reacomodan, dando lugar a formas nuevas. Hay un medio de conciliación y también de lo etéreo, que no permite que todo siga igual, el aire. Su esencia es la de permitir el paso de lo inmaterial a lo visible (tangible) y que excita nuestros sentidos y los moviliza y los movilizaría aún más si no existirían dichos impedimentos con las “reacciones químicas”, o sea con las ideologías estandarizadas en los humanos.
Las ideas siempre estarán de paso, algunas interferirán en el desarrollo y serán toxicas (tal cual sucede en el interior del organismo) por analfabetismo, incompatibilidades o por simple desconocimiento de causas y efectos. Otras estarán latentes, solapadas, para fusionarse con ideas del mismo género en un salto cualitativo, atravesando transversalmente a otras y materializadas en hechos u objetos tangibles, pero transitorios también. Las ideas son como un sexto sentido, conectadas sin interrupciones con el exterior y el ambiente que nos rodea, se lo refina, por una continua retroalimentación en forma contigua con los otros sentidos, y no solamente de una manera consciente.
No pretendas abrazar y aferrarte con ahínco a una porción de la realidad, y como quien dice, tener “la vaca atada” y defender lo endeble, creyendo que hay una única manera para hacer las cosas. Muéstrate receptivo a todo lo que se te brinda, esa es la forma natural de evolucionar en conjunto, con el ambiente. No pretendas controlar las ideas en un ciento por ciento, para eso está el subconsciente que es el gran reservorio de los sentidos e irán tomando forma, siempre y cuando lo nutramos correctamente, le brindemos lo mejor a nuestros sentidos.
Durante años, siglos y milenios, las ideas naufragaron en océanos inconmensurables (con las coerciones incluidas), supusieron erróneamente, sumaron puntos, avanzaron diez casilleros y retrocedieron otros tantos, porque la razón humana (máximo exponente de la evolución) tiene la capacidad de predecir lo predecible, la perogrullada y el destino en manos de los chantas. Hay muchas cosas que escapan a la razón, porque la capacidad de procesamiento no es la adecuada. Además, la razón se hizo para sobrevivir e ir adaptándose a los cambios, no para vivir suponiendo. Son errores previsibles, como eslabones valiosos en esta espiral de crecimiento. Como las teorías extravagantes y una en particular del siglo XVI o XVII, en el campo de la geología, en la que sostenían que la petrificación o calcificación de los animales se debía a que debajo de la capa de la tierra (suelo), habrían de encontrarse sustancias que corrían como fluidos, desconociendo la “mineralización” de las sustancias orgánicas.
Existe la falacia y por ende, embusteros que siguen (y seguirán) haciendo el cuento a la gente y manipulando la mente, como si estuviéramos en el siglo III antes de Cristo, y la información de punta manejada por unas pocas personas. Es tan fácil engañar, manipular la mente, hacer sentir culpable al otro o que está en falta y sus actos son impuros tanto como para ir al infierno. No quiero ser tan cruel con lo que digo, porque siempre hay que contextualizar la situación y porque entiendo que el ser humano no es muy distinto de aquello que la historia, ya con sus hechos consumados y aberrantes refleja. Entiendo que mientras seamos humanos seguiremos cayendo, como ángeles que somos, en los mismos infiernos.
“Solo necesitamos poner en marcha nuevos modelos de producción, consumo, organización y desarrollo tecnológico, que permita al mismo tiempo proveer el bienestar común, pero sin malgastar los recursos naturales ni provocar la contaminación ambiental, que suele correr parejo con el mal concebido progreso”. Isidoro Carlevari
Atenuado quizás, si a la consciencia la ponemos al servicio nuestro primero y luego de la sociedad en su conjunto, para el tan ansiado bienestar bio-psico-social-espiritual. Entiendo que la consciencia, al igual que la economía, es orgánica y seguirá sufriendo cambios, en la lucha incesante por la adaptación.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.