Coordinada por el doctor Fernando Cortés, siguió la mesa “A diez años de la medición multidimensional de la pobreza: fortalezas y limitaciones”, la cual discutió los alcances y límites de la medición de la pobreza a diez años de su existencia (2008-2018). Los ponentes consideraron que, si bien se trató de un gran avance, ha habido uso y abuso del índice de pobreza y sus componentes en la orientación de la política social y en la evaluación y apoyos financieros de los programas sociales. Ante esto, su propuesta fue ampliar el concepto de pobreza para que la de naturaleza crónica quede incluida.
En la mesa “Un debate renovado e innovador de las ciencias sociales. Perspectivas sociológicas”, a cargo de la doctora Ligia Tavera y el doctor Nelson Arteaga, se partió de la tesis de que en nuestra institución, desde sus orígenes, la sociología ha jugado un papel central en la construcción de las ciencias sociales. Es decir, que existe un desarrollo significativo de aproximaciones que operan desde la interdisciplinariedad y multidisciplinariedad, garantizando una mayor capacidad de comprensión de las dinámicas sociales complejas. Así, los enfoques relacionales y la emergencia de procesos y eventos sociales como espacios de inflexión de la vida social tienen un peso relevante en las miradas sociológicas de los investigadores de la Flacso México.
La cuarta mesa, “Las ciencias sociales y el futuro de la política democrática”, coordinada por el doctor Francisco Valdés, se propuso debatir innovaciones cuya fuente son disciplinas como la teoría y la filosofía política, la ciencia política y la sociología política, las cuales contribuyen a identificar y comprender la naturaleza de las actividades políticas democráticas en contraposición a otras formas de hacer política que se colocan contra o al margen de los principios y valores que hoy se reconocen como fundamentales para la democracia como sistema de gobierno.
Finalmente, la quinta mesa, “Debate renovado de las ciencias políticas y las políticas públicas”, coordinada por el doctor Rodrigo Salazar-Elena, analizó desde la ciencia política y las políticas públicas y bajo perspectivas convencionales y/o dominantes, temas y problemas no superados como el impacto de la globalización, los procesos políticos y el voto de castigo en América Latina, los órdenes políticos multinivel, el cohecho en México, las decisiones de los políticos y las políticas, y los efectos de los medios de comunicación en las agendas públicas y sus dinámicas, con el propósito de identificar y proponer ángulos alternativos que permitan una mayor comprensión de esos temas y problemas.
Con estas cinco mesas cerró la primera etapa de este proyecto académico-institucional y se comenzó a construir la segunda, a la que se dará impulso mediante una convocatoria de investigación abierta respecto a la necesidad de abonar en torno al conocimiento, comprensión y solución de los problemas públicos latinoamericanos.
Dra. Gloria Del Castillo Alemán
Directora General, Flacso México
A modo de preámbulo
Antecedentes de la medición de la pobreza multidimensional del Coneval
Entre los años 2002 y 2009 la medición oficial en México empleó el método de líneas de pobreza. El ingreso corriente total neto de transferencias se contrastó con el valor de la canasta de alimentos elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal). Con el ingreso como recurso y la línea de pobreza como umbral se estimó la incidencia, profundidad y desigualdad de la pobreza.
Esta medición fue reemplazada el 10 de diciembre de 2009, día en que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer un nuevo método, cuya principal característica es ser multidimensional, así como su aplicación a los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (enigh) levantada en el tercer trimestre de 2008, enriquecida con la adición del módulo de condiciones socioeconómicas (mcs) (Coneval, 2019).
La antigua medición, habitualmente calificada como “unidimensional”,[1] pertenece a la clase de enfoques que sitúa la estimación de la pobreza en el ámbito del bienestar. La idea central que comparten estos enfoques es que el bienestar de una persona depende de su consumo y empleó el ingreso como un indicador indirecto de aquel. Probablemente esta sería una buena aproximación para dar cuenta del bienestar individual en una economía total y absolutamente mercantilizada; pero es bien sabido que la oferta de bienes y servicios no se provee en su totalidad por el mercado, como es, por ejemplo, el caso de la educación, la protección social, la salud, la vivienda de interés social, etcétera; en estos casos, la medición por ingreso no da cuenta de algunas de las dimensiones de la pobreza.
La aproximación multidimensional, derivada de la Ley General de Desarrollo Social (lgds), establece que la pobreza debe definirse en el plano de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales conocidos con la sigla desca. Según esta perspectiva conceptual, el Estado debe garantizar la plena satisfacción de los desca a toda persona por el solo hecho de ser miembro de la sociedad. La justificación es de corte netamente legal, pues la exigencia se basa en el respeto a los convenios internacionales suscritos por el país o en cumplimiento de la Carta Magna, en el caso particular de que los incluya. En México estos derechos están garantizados en el artículo primero constitucional.
Esta perspectiva, si bien encuentra su soporte conceptual en el discurso jurídico, tiene consecuencias evidentes sobre la vida social. En efecto, el pleno respeto de los derechos lleva a que los habitantes del país puedan gozar de una vida digna, plenamente integrada a la sociedad.
En el discurso jurídico, los desca deben satisfacer una serie de características que están exhaustivamente enumeradas en el artículo primero constitucional; sin embargo, para nuestros propósitos que se limitan al campo de la medición, destacan cuatro: i) universalidad: se extienden a todo el género humano, en todo tiempo y lugar; ii) inherencia: los derechos son innatos a todos los seres humanos; iii) indisolubilidad: son un conjunto inseparable de derechos, y iv) indivisibilidad: no tienen jerarquía entre sí.
Marco general para la medición de la pobreza del Coneval
La medición oficial de la pobreza del Coneval debe respetar las disposiciones legales contenidas en la lgds, de la cual se desprenden algunas disposiciones particularmente importantes para esta exposición: i) vínculo entre programas sociales y medición de la pobreza; ii) que la pobreza debe ser definida en el espacio del bienestar y de los derechos económicos, sociales y culturales; iii) la lista de las dimensiones que deben considerarse; iv) el nivel geográfico a que deben ser representativas las mediciones, y v) las fuentes de información y la periodicidad.
Ahora bien, la relevancia de estas disposiciones deriva de que:
i) En México hay muchos programas sociales que tienen como fin reducir la pobreza, pero si esta se entiende solo en términos monetarios, como hasta diciembre de 2009, los programas dedicados a disminuir la deserción escolar, a mejorar las condiciones del entorno en que vive la población o a proveer de servicios a la vivienda, no serían considerados en las acciones de gobierno que disminuyen la pobreza. La medición multidimensional les permite seleccionar entre las distintas dimensiones aquellas más apropiadas para evaluar los resultados de sus acciones.
ii) La diferenciación de dos ámbitos conceptuales, el del bienestar y el de los derechos sociales, convoca a generar una medición que considere a ambos.
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