Con sabiduría y preparación cuidadosa, el ministro fiel debe ser capaz de señalarle a aquellos que están frente a él que la salvación sólo puede ser encontrada en Jesucristo. Debe llevarlos hacia una cruz sangrienta y hacia una tumba vacía. Debe predicarles la buena noticia del evangelio. Y el objetivo de este libro es aclarar cuál es la manera correcta para hacer eso, y en ese sentido, Brian Croft y Phil Newton han logrado su cometido. Esta pequeña obra es pastoralmente rica, teológicamente fiel, y prácticamente útil. Es un libro que debería ser usado en institutos bíblicos y en seminarios, y debería estar en el librero de cada ministro que, como dijo John Baxter, predica como un hombre mortal que le habla a hombres mortales. Brian y Phil nos muestran cómo podemos ministrar a los que están heridos, a medida que les señalamos la victoria que tenemos en Cristo. Durante los tiempos de aflicción y tristeza, las personas necesitan escuchar acerca de Dios. Necesitan escuchar el evangelio. Los funerales nos proveen de una rara oportunidad para hablarles de la verdad bíblica a muchas personas que nunca han leído la Biblia, que difícilmente asisten a la iglesia, o que hacen todo lo posible por evitar los asuntos espirituales. No debemos perdernos esta gran oportunidad que se nos ha dado como pastores y evangelistas. Este libro es un maravilloso regalo para el cuerpo de Cristo, que nos ayudará a honrar fielmente ambos llamados. Espero que tenga una amplia distribución. Me alegra poder darle mi más sincera recomendación. Daniel L. Akin, presidente del Southeastern Baptist Theological Seminary, en Wake Forest, Carolina del Norte
INTRODUCCIÓN
Capítulo 1: PLANEACIÓN (PHIL NEWTON)
Capítulo 2: PREPARACIÓN (BRIAN CROFT)
Capítulo 3: PREDICACIÓN (PHIL NEWTON)
Capítulo 4: EJECUCIÓN (BRIAN CROFT)
Agradecimientos
Apéndice 1: Ejemplos de sermones fúnebres (Phil Newton)
Apéndice 2: Ejemplos de elegías apropiadas (Brian Croft)
Apéndice 3: Ejemplos de música apropiada (Phil Newton con Jim Carnes)
Apéndice 4: Ejemplos de la estructura de un servicio funerario (Brian Croft)

EN OCASIONES LAS COSAS GRANDES vienen en paquetes pequeños. Sin duda alguna, este libro es un ejemplo de eso. Los ministros tienen dos oportunidades únicas para compartir el evangelio: cuando hay una boda, y cuando hay un funeral. La primera es casi siempre un momento feliz en el que se reúnen familiares y amigos. Sin embargo, la segunda oportunidad es un momento que tiene una mezcla de emociones y sentimientos diferentes. Evidentemente, la tristeza es algo que siempre está presente. El evangelio tiene un lugar apropiado en cada una de esas oportunidades, pero resulta ser mucho más necesario cuando somos confrontados con la muerte de alguien más y con la realidad de nuestra propia mortalidad. Las personas necesitan escuchar que hay esperanza en Cristo, que la muerte no es el final, que el pecado no tiene la última palabra. Con sabiduría y preparación cuidadosa, el ministro fiel debe ser capaz de señalarle a aquellos que están frente a él que la salvación sólo puede ser encontrada en Jesucristo. Debe llevarlos hacia una cruz sangrienta y hacia una tumba vacía. Debe predicarles la buena noticia del evangelio.
Y el objetivo de este libro es aclarar cuál es la manera correcta para hacer eso, y en ese sentido, Brian Croft y Phil Newton han logrado su cometido. Esta pequeña obra es pastoralmente rica, teológicamente fiel, y prácticamente útil. Es un libro que debería ser usado en institutos bíblicos y en seminarios, y debería estar en el librero de cada ministro que, como dijo John Baxter, predica como un hombre mortal que le habla a hombres mortales. Brian y Phil nos muestran cómo podemos ministrar a los que están heridos, a medida que les señalamos la victoria que tenemos en Cristo. Durante los tiempos de aflicción y tristeza, las personas necesitan escuchar acerca de Dios. Necesitan escuchar el evangelio.
Los funerales nos proveen de una rara oportunidad para hablarles de la verdad bíblica a muchas personas que nunca han leído la Biblia, que difícilmente asisten a la iglesia, o que hacen todo lo posible por evitar los asuntos espirituales. No debemos perdernos esta gran oportunidad que se nos ha dado como pastores y evangelistas. Este libro es un maravilloso regalo para el cuerpo de Cristo, que nos ayudará a honrar fielmente ambos llamados. Espero que tenga una amplia distribución. Me alegra poder darle mi más sincera recomendación.
Daniel L. Akin, presidente del Southeastern Baptist Theological Seminary, en Wake Forest, Carolina del Norte
¿Qué significa el término “centrado en el evangelio”? Es un término que actualmente escuchamos casi de manera incesante, pero eso no quiere decir que debemos suponer que todo el mundo sabe qué significa. Aquí tenemos una definición provisional: Centrarse en el evangelio es asegurarnos de que el fundamento de nuestra esperanza está arraigado en el plan misericordioso de Dios, a través del cual redime a los pecadores, quebrantando a Su propio Hijo en nuestro lugar, sobre una cruz; y proclamando el triunfo de Cristo en contra de la muerte a través de Su resurrección, y anunciando la promesa futura de nuestra propia resurrección cuando Cristo regrese .
En el contexto de un funeral, es muy importante estar centrados en el evangelio. Muchos pastores piensan que están siendo fieles al evangelio de Jesucristo, cuando en realidad no es así. Por esa razón decidimos escribir este breve libro. Existe una necesidad apremiante, no sólo de un libro que trate los asuntos prácticos relacionados con la organización de un servicio fúnebre, sino también de una guía que ofrezca una clara comprensión de lo que es el evangelio y su adecuada aplicación en el contexto de la muerte. Lamentablemente, es muy fácil confundir el claro mensaje del evangelio, incluso en el contexto de un funeral.
Los pastores frecuentemente oscurecen el evangelio cuando ofrecen los consuelos del cielo a las personas, sin explicar claramente cuál es la manera de recibir el cielo. El evangelio es distorsionado cuando el pastor predica acerca de la gloria eterna del difunto, sin que haya una clara evidencia de que esa persona fue transformada por el evangelio. El evangelio es presentado de manera contradictoria cuando el hombre encargado de organizar y dirigir el servicio fúnebre es una persona impaciente, sin amor, y sin interés por las almas de los familiares que han sufrido una pérdida. Como pastores, ambos compartimos la carga de ver el evangelio proclamado con claridad y sabiduría cuando se celebran los funerales. Nosotros hemos asistido a demasiados funerales en los que el evangelio ni siquiera es mencionado, y si fue mencionado, no fue presentado como el centro y la fuente de nuestra esperanza en Cristo. Lamentablemente, el evangelio de Jesucristo ha dejado de ser el propósito principal de los servicios funerarios, pero ahí es donde debería descansar nuestra verdadera esperanza. Centrarse en el evangelio es hacer que el evangelio de Jesucristo sea el propósito principal y el núcleo del funeral. Nosotros planificamos, preparamos, predicamos, y ejecutamos los funerales centrados en el evangelio de la misma manera en la que buscaríamos a Cristo y nuestra esperanza de salvación en Él, como el eje central de nuestras reuniones, nuestros hogares, nuestros matrimonios y todas las demás áreas de nuestras vidas. Los funerales plantean situaciones y desafíos únicos que pueden hacer que un pastor no esté seguro de cómo magnificar a Cristo entre la neblina de los detalles y las exigencias.
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