22 [«Elleine in greate rage saied vnto hym, that it had been better for hym, he had never fallen out with her, and so it came to passe, for the same Jhon Chaundeler confessed before his death, that after the same hower that she had saied so unto hym, he never eate any meate that digested in hym, but ever it came up againe as soone as it was done, by whiche meanes he consumed, and wasted awaie to his death»]. White, 1579, A5v. Robin Briggs asoció las tensiones propias de las divisiones de bienes de parientes muertos con el surgimiento de acusaciones de brujería. R. Briggs: Witches and Neighbors: The Social and Cultural Context of European Witchcraft , Londres, Penguin Books, 1996, p. 245.
23 Gibson, 2000, pp. 8-9. Desde luego, existieron excepciones. Es posible hallar textos posteriores a 1590 donde los documentos jurídicos continuaban dando forma a los relatos, como The Wonderfull Discoverie of Witches , de Thomas Potts, y The wonderfull discoverie of Elizabeth Sawyer, a witch , de Henry Goodcole. El texto de Potts también es excepcional en cuanto a la pertenencia social de las víctimas, puesto que, a pesar de haber sido publicado en la segunda década del siglo XVII, la mayoría no pertenecía a un estrato social superior al de los acusados. Estas salvedades llevaron a Marion Gibson a recomendar evitar clasificaciones cronológicas inflexibles. Gibson, 1999, pp. 115-116.
24 El caso fue retratado en el panfleto The Most strange and admirable discoverie of the three witches of Warboys . Sobre los acontecimientos de 1593, véase P. Almond: The Witches of Warboys. An Extraordinary Story of Sorcery, Sadism and Satanic Possession , Londres / Nueva York, I.B. Tauris, 2008. Otro caso donde un miembro de la baja nobleza rural fue víctima de maleficia fue narrado en el libelo Witches Apprehended . Los ejemplos se multiplican si se toman en consideración los panfletos dedicados a analizar casos de posesiones diabólicas. Sharpe, 1996, p. 55. Para una recopilación de aquellos, véase P. Almond: Demonic Possession and Exorcism in Early Modern England: Contemporary Texts and Their Cultural Contexts , Cambridge, Cambridge University Press, 2007.
25 Gibson, 1999, p. 7.
26 Gibson, 2000, p. 3. R. Hutton: The Witch. A History of Fear, from Ancient Times to the Present , Nueva Haven / Londres, Yale University Press, 2018, p. 183.
27 Briggs, 1996, p. 254.
28 Gibson, 2000, p. 5
29 No desconocemos que esta precaución debe ejercerse con cualquier clase de documento histórico. En palabras de Chartier: «ningún texto, ni siquiera el más aparentemente documental, ni siquiera el más “objetivo” (por ejemplo, un cuadro estadístico creado por una administración), tiene una relación transparente con la realidad que capta». R. Chartier: El mundo como representación. Estudios sobre historia cultural , Barcelona, Gedisa, 1992, p. 40. El particular hincapié que Gibson hace en relación con los panfletos tiene que ver con que historiadores como Keith Thomas, Alan Macfarlane y James Sharpe los habrían utilizado como testimonios directos y fidedignos acerca de lo ocurrido. Gibson, 1999, p. 4. Véase también Millar, 2017, pp. 13 y 16-17.
30 Rosen, 1991, p. 333. D. Purkiss: The Witch in History. Early Modern and twenti-eth-century representations , Londres / Nueva York, Routledge, 1996, p. 92.
31 En efecto, autores y editores podían sacrificar veracidad en su historia en favor de una mayor cuota de sensacionalismo y entretenimiento. Gibson, 2006, p. 874. Si bien muchas veces permanecían en el anonimato, su identidad era conocida por los editores, quienes podrían recomendar al autor en caso de recibir consultas de clientes para contactar al responsable de un determinado panfleto para ofrecerles un nuevo trabajo.
32 Rosen, 1991, p. 213. John Throckmorton fue un cabal ejemplo de defensa del honor familiar a través del encargo de la publicación de un panfleto cuya intención esencial era probar que los Samuel eran culpables del sufrimiento de sus hijas, de la muerte de Lady Cromwell y, en consecuencia, de que la ejecución de la familia de hechiceros había sido más que merecida. Almond, 2008, p. 7. También los jueces intervinientes en procesos judiciales con mucha exposición y resoluciones polémicas podían recurrir a escritores para justificar y publicitar sus acciones, limpiar su imagen o reforzar su prestigio. El caso paradigmático fue el extenso libelo publicado por Thomas Potts en 1613, como resultado del encargo realizado por Edward Bromley y James Altham, los jueces del Northern Circuit que decidieron el destino de las brujas de Lancashire. P. Almond: The Lancashire Witches. A Chronicle of Sorcery and Death on Pendle Hill , Londres / Nueva York, I.B. Tauris, 2012, p. 5.
33 Purkiss, 1996, pp. 61-62. Como señaló Barbara Shapiro: «un reporte de noticias podría contar una batalla, pero probablemente no una guerra completa. Podría relatar un crimen, pero no examinar la naturaleza del asesinato o la traición». Shapiro, 2000, p. 86.
34 Véase N. Cohn: Europe’s Inner Demons: The Demonization of Christians in Medieval Christendom , Chicago, The University of Chicago Press, 2000 (1973), pp. 144-181.
35 C. Ginzburg: The Night Battles. Witchcraft & Agrarian Cults in the Sixteenth and Seventeenth Centuries , Londres, Routledge & Kegan Paul, 2011 (1983). C. Ginzburg: Historia nocturna. Un desciframiento del aquelarre , Barcelona, Muchnik, 1991.
36 Purkiss, 2000, pp. 166-181. Gibson, 1999, pp. 20-21.
37 Sharpe, 1996, p. 78. Gibson, 1999, pp. 26-7. Gaskill, 2007, p. 291. C. Holmes: «Popular culture? Witches, Magistrates, and Divines in Early Modern England», en S. L. Kaplan (ed.): Understanding Popular Culture. Europe from the Middle Ages to the Nineteenth Century , Berlín, De Gruyter, 1984, p. 97.
38 N. García Canclini: Hybrid Cultures. Strategies for Entering and Leaving Modernity , Mineápolis, University of Minnesota Press, 1995, p. 189.
39 Véase L. Roper: Oedipus and the Devil: Witchcraft, Religion and Sexuality in Early Modern Europe , Londres, Routledge, 1994, pp. 200-251.
40 Burke, 1979, pp. 77-87. Si bien resulta complejo distinguir en las narraciones sobre brujería qué ideas provienen de los acusados y cuáles de sus interrogadores, la tarea se facilita si se contrasta esos documentos con otros de origen popular como baladas, relatos míticos, obras de teatro e ilustraciones, tarea realizada por Darren Oldridge: The Devil in Tudor and Stuart England , Gloucestershire, The History Press, 2010 (2000), pp. 78-113.
41 Gramsci utiliza específicamente el término Estado , que aquí evitaremos por entenderlo poco apropiado para el periodo estudiado en este libro. A. Gramsci: Cuadernos de la cárcel , t. 1, Puebla, Universidad Autónoma de Puebla, 1999, pp. 151-152.
42 Millar, 2017, pp. 2-3.
43 Sharpe, 1996, p. 75. Oldridge, 2010, p. 79. N. Johnstone: The Devil and Demonism in Early Modern England , Cambridge, Cambridge University Press, 2006, p. 7.
44 A true and just Recorde . La apariencia completamente negra era una clara alusión a la maldad de la entidad a la que se estaba haciendo referencia. E. Wilby: Cunning Folk and Familiar Spirits. Shamanistic Visionary Traditions in Early Modern British Witchcraft and Magic , Sussex, Sussex Academic Press, 2010, p. 62.
45 [«In the shape of a Boy, the one halfe of his Coate blacke, and the other browne»]. T. Potts: The Wonderfull Discoverie of Witches , Londres, 1613, B2v-B3.
46 [«First, the sayd Anne Whittle, alias Chattox, sayth, that about foureteene yeares past she entered, through the wicked perswasions and counsell of Elizabeth Southerns, alias Demdike, and was seduced to condescent & agree to become subject unto that divelish abhominable profession of Witchcraft»]. Potts, 1613, B4. Las trece personas juzgadas por brujería en Lancashire fueron: Jane y John Bulcock, Elizabeth «Dembdike» Sowtherns; su hija, Elizabeth Device; sus nietos, James y Alizon Device; Katherine «Mould-heeles» Hewyth; Alice Nutter; Margaret Pearson; Jannet Preston; Anne «Chattox» Whittle; su hija Anne Redfearne; y Isabel Robey. A excepción de Dembdike, que murió en prisión, y de Margaret Pearson, que fue hallada culpable de un crimen no capital (matar a un animal por medio de magia nociva), todas las personas mencionadas fueron condenadas a la horca. Aclaramos, también, que Jannet Preston fue juzgada el 27 de julio en York, a diferencia del resto de los reos que comparecieron en Lancaster entre el 18 y el 19 de agosto. No incluimos en las cifras a las tres brujas de Samlesbury (Ellen Bierley, Jennet Bierley y Jane Southworth), juzgadas junto a las de Lancashire, aunque por un episodio no conectado con el de aquellas. Las tres fueron halladas inocentes. La gran cantidad de juzgados y condenados a muerte fue inusual en la historia inglesa, tanto que esas cifras fueron superadas únicamente por las arrojadas durante las persecuciones llevadas a cabo entre 1645-1647. Almond, 2012, pp. 12-13.
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