Como era hija única, es probable que Susie y su madre hayan tenido una vida doméstica relativamente solitaria, pues su padre tenía un trabajo que le requería viajar.
R. B. trabajó en la industria bodeguera como supervisor y vendedor viajero en diferentes momentos de su carrera y finalmente fue contratado por Messers. Cook and Son, una gran compañía almacenera que distribuía productos de seda, lino, lana y algodón, ubicada en el área de St. Paul’s Courtyard en la ciudad de Londres. 27Durante gran parte de la juventud de Susie, su padre trabajó como vendedor viajero, comercializando telas, ropa y accesorios. Viajaba por las vías férreas en expansión a lo largo y ancho del país, visitando a los distribuidores con muestras de los productos de su empresa. 28
Susie era una niña de ocho años cuando comenzó la década de 1840 y tenía diecisiete cuando terminó. Para ella, su familia, y mucha gente de Londres, esos años fueron tiempos de altibajos. Durante ellos, se celebró la boda de Victoria y Alberto, pero también estuvieron caracterizados por una recesión económica considerable, que desencadenó un aumento del desempleo y el mayor índice de delincuencia del siglo. 29El revés financiero que asoló a la nación también llegó a sentirse en la puerta de los Thompson.
A comienzos de la década, R. B. era socio de otros dos almacenistas mayoristas. Esa sociedad se disolvió el 24 de agosto de 1840. En mayo del 1842, R. B. no logró cumplir las demandas de sus acreedores. En octubre de 1842, el periódico comercial The Morning Advertiser enlistó bajo el encabezado «Avisos legales de hoy. Tribunal de quiebras» a «Robert Bennett Thompson de Wood-street, almacenista; auditoría y dividendo a las doce». 30Sin duda, esto trastocó a la familia Thompson. Aun cuando la bancarrota, las deudas y el desempleo eran realidades generalizadas y temidas en la Inglaterra del siglo XIX, se veían con malos ojos. Si bien Thompson logró eludir las casas de caridad 31, que eran una de las peores posibilidades ligadas a tales crisis financieras, esta incapacidad temporal de cumplir con sus obligaciones debe haber sido una carga difícil de llevar para él.
Por aquel entonces, Susie tenía apenas diez años, edad suficientemente alta para que sintiera el golpe emocional que recibió su familia, pero suficientemente baja para que sus padres y otros familiares la protegieran del impacto pleno de los problemas financieros de su padre. Susie nunca mencionó los problemas económicos de su papá en sus escritos posteriores, ni tampoco se han conservado cartas que revelen su sentir durante esos tiempos difíciles. Resulta inusual, ya que Susie escribió de forma prolífera más tarde en su vida, que rara vez se refiriera a sus padres y su niñez. Quizá esa reticencia se debió a la idea victoriana de lo que era correcto o a la tristeza o incomodidad que sentía al pensar en esos tiempos tan difíciles.
La década de 1850 trajo tiempos mejores para Londres, pues el tránsito ferroviario veloz generó una «cultura nacional» que permitió que los diarios londinenses se leyeran a la hora del desayuno en todas las aldeas y ciudades de Inglaterra. Gracias a la velocidad aumentada de los barcos a vapor que cruzaban el Atlántico, se desarrolló una cultura más internacional en Inglaterra. 32Quizá el monumento más visible de la «supremacía británica» fue la Gran Exposición que se inauguró en el parque Hyde Park, ubicado en Londres, en mayo de 1851 y continuó hasta octubre de ese mismo año. 33
Es casi seguro que R. B., su esposa Susannah y su hija Susie fueron parte de los seis millones de personas que asistieron a la Exposición. En 1851, Charles Spurgeon vivía al norte de Londres y en el mes de junio viajó en tren desde Cambridge para visitar la Gran Exposición. 34Durante seis meses, se exhibieron las últimas invenciones y avances tecnológicos de todo el mundo. Luego del cierre de la Exposición, su estructura central, el Crystal Palace, fue desmantelado, reconstruido y reinaugurado en el sur de Londres en 1854. 35Construido con metal y vidrio, era una maravilla arquitectónica única que además cumplía el sueño del príncipe Alberto. La enorme estructura, que acogió más de 100.000 puestos y tenía una longitud tres veces mayor a la Catedral de San Pablo, era «un triunfo de la ingeniería y el diseño». 36En 1854, el Crystal Palace tendría un rol clave para la relación incipiente de Susie y Charles.
La familia de Susie vivió principalmente en el área de Falcon Square, ubicada en el centro de Londres, durante gran parte de la década de 1850. Las condiciones financieras de R. B. estaban mejorando, por lo que pudo contratar a una empleada doméstica para su hogar. A excepción de los tiempos en que estuvo en París, Susie vivió con sus padres hasta que se casó, en 1856. Sin embargo, durante dos años y medio, la familia Thompson volvió a vivir en la ribera sur del Támesis, en St. Ann’s Terrace 7, Brixton Road, el hogar de la tía de Susie, Mary, y su esposo, Henry Kilvington. 37
Lo más probable es que los Thompson se unieron a la familia Kilvington para ayudarlos debido al deterioro de la salud y posterior muerte de Mary. Los Kilvington aún tenían niños en su hogar, y, sin duda, Susie y su madre deben haber sido de ayuda.
La segunda hija de Henry y Mary,que también se llamaba Susannah, era prima de Susie y una amiga muy querida para ella. Cuando los Thompson vivieron con los Kilvington, Susannah, la prima de Susie, ya se había casado. Su matrimonio con William Olney, hijo de Thomas y Unity Olney, que eran miembros incondicionales de la iglesia New Park Street Chapel, terminaría siendo el nexo clave entre Susie, la familia Olney y, a la postre, Charles Spurgeon.
Susie era particularmente cercana a Susannah y William. Una vez, le pidió consejos a William por una lucha espiritual. Escribe sobre esa ocasión refiriéndose a él como el «segundo hijo del padre Olney» y su primo político. Lo describe como «un obrero activo en la escuela dominical de New Park Street, un verdadero sr. Gran-Corazón y consolador de los peregrinos jóvenes». 38
La relación cercana de Susie y su prima Susannah solía introducirla en los círculos sociales de la familia de Thomas Olney, que la recibía habitualmente en su casa, pues era «una joven favorita muy privilegiada del Sr. y la Sra. Olney». 39El amor de los Olney por la New Park Street Chapel (NPSC) y la familia Thompson hizo que Susie y sus padres asistieran ocasionalmente a la NPSC. Aunque Susie aún no era cristiana, estaba rodeada de influencias piadosas.
El Rev. James Smith pastoreó la NPSC durante nueve años (1841-1850). Era el último de una serie de predicadores bautistas destacados que se remontaba al siglo XVII e incluía a Benjamin Keach y John Gill. 40Smith se ganó el respeto de los Thompson y también el de Susie, que lo describió como «un predicador pintoresco y tosco, pero bien versado en el arte bendita de traer almas a Cristo». Sin embargo, en ese momento de su vida, Susie era inconversa y estaba insegura. Veía cómo Smith bautizaba nuevos creyentes «preguntándose con anhelo lloroso si alguna vez podría confesar así [su] fe en el Señor Jesús». 41
Thomas y Unity, junto a sus hijos, fueron importantes para el desarrollo espiritual de la joven Susie. Aunque tenemos poca información sobre Susie antes de su matrimonio con Charles, emerge la imagen de una niña y una joven influenciada por gente piadosa.
En su biografía The Life of Susannah Spurgeon [ La vida de Susannah Spurgeon ], escrita en 1903, Charles Ray afirma: «Las visitas de la joven a la New Park Street Chapel sin duda eran más frecuentes que lo que habrían sido debido a que los ancianos Olney le tenían mucho afecto y solían invitarla a visitarlos». 42
Sin embargo, hasta los veintiún años, Susie aún no había profesado su fe en Cristo. En sus escritos, manifestaba con frecuencia que sentía convicción por sus pecados. Tal vez, su sensación de culpa le nublaba los ojos para que no viera la gracia de Cristo, obstaculizando así su confesión. Muchos años después de su conversión, Susie seguía lamentándose por sus «dudas» y «debilidades». En sus últimos años, seguía considerándose «tan olvidadiza, tan indigna, tan inexcusable», pero para aquel entonces ya entendía la bondad de Dios y buscaba en Él la ayuda para vencer sus pecados. 43
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