Juan Jesús Moreno Calderín - Por cuentos como el tuyo nunca quise ser princesa

Es sexo y que a otra cosa no te arrastre porque como

viene se va... y todo se queda hecho un desastre.

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Uno que venía a mimarte y tú que con el “hola, ¿qué

tal?”, sacas el bazooka para fulminarme.

Me hiciste sentir bicho...pero...

¡Haya paz que soy bonito!

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Respírame al oído que estoy muerta de ganas por estar

contigo

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Quiero reírme contigo toda la noche, ganarme tus ojos,

tus ganas, la piel erizada sobre las sábanas...contar tus

lunares uno a uno y antes que te quedes dormida...

salir de la cama desnudo y hacerte el desayuno.

Te dejaré dormir un ratito antes de volver a molestarte...

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Él sonríe con todo a pesar de todo...porque aunque hoy

esté solo...sabe que no se iba a conformar con

cualquiera.

Él no lo es.

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Es como si cada vez que saliera agarrara el paraguas,

como si se pusiera, por más sol irradiara, las botas de

agua...y se abrigara en exceso como si desde un tiempo

atrás el frío hubiera calado sus huesos.

Dolió tanto esa vez que solo el calor de alguien que

incendie su mente volverá a valer la confianza.

Así que no le vayas con motos, flores y mentiras, la

inteligencia y la sinceridad es el único combustible que

prende sus ganas.

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Tiene ese punto de gata... que calladita hace sus cosas,

a su bola, a su aire, a su tiempo, majestuosa y elegante,

bien vestida, va moviendo la cola y rompiendo

cervicales en los restaurantes.

Seis vidas bien vividas, viajando, riendo con sus

amigas, segura, disfrutona, juguetona y constante, de

esas que caen siempre de pie y soluciona sus cosas en el

último instante.

Y ya sabes...cada gatita se deja querer en su tiempo y a

su manera, es cariñosa y a la vez distante…y en esta

última vida ella está sintiendo que quiere enamorarse.

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Te voy a provocar risas, ganas y orgasmos, hasta que

me digas...

¡Para¡ ¡ya me tienes!...¡Tengo hambreeeee!

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Hay personas que sabes que si llegaran de cualquier

manera te reventarían las ganas, los planes, las

formas...la cama.

¡Lo sabes!...cambiaría todo tu mundo. ¿Reset?

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Llevamos nuestras ganas hasta callejones con belleza de

antaño, a lugares que huelen a días de besos largos, a

miradas de complicidad y sonrisas inocentes ajenas al

paso de las horas.

Aparcamos nuestro anticuado corazón de vespa cerca de

las escalinatas donde sentados en compañía nos

alimentan las buenas conversaciones, las risas tontas, el

calor de la cercanía, el cortejo de conquistar anclando

las pupilas en esos labios que son límite del siguiente

universo que deseamos, con todo...descubrir al besar.

Y dan las tantas un día sí y otro también, lanzando

mensajes temblorosos cuando sentimos la cercanía de

la piel, haciendo nuestro cada lugar y rincón, cada

palabra y emoción, cada suspiro y deseo que dejamos

volar como aviones de papel.

Nos vamos sin querer irnos y sólo pensamos en volver

mañana porque aunque arranquemos el motor de

nuestra moto a la despedida del callejón...el único ruido

que podemos escuchar es el del incesante bombeo

exaltado que se escapa de nuestro corazón.

Ojalá hoy hubiera más de esto.

Ojalá alguien del mismo universo.

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