Título original: Ara sí, t’estimo tal com ets
© Carolina Moreno Romero y Conxita Luna Tarrés, 2021
© de la traducción: Neret Edicions, 2021
© de las ilustraciones: Blanca Gimeno Capmany
© de la edición: Neret Edicions
Ilustración de portada: Blanca Gimeno Capmany
Primera edición: julio 2021
ISBN: 978-84-123475-6-2
Depósito Legal: B 13771-2021
CAROLINA MORENO ROMERO
CONXITA LUNA TARRÉS
AHORA SÍ,
TE QUIERO TAL COMO ERES
Para Carmencita,
que seguirá siendo la princesa, allá donde esté.
«Aceptar la espina para amar la rosa»
Aina Sastre
PRÓLOGOS
Sumando voces para aceptar la espina para amar la rosa
Anna Forés
Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación y Licenciada en Pedagogía por la Universitat de Barcelona. Directora del postgrado de Neuroeducación de la Universitat de Barcelona.
Tenéis entre las manos un texto escrito desde el corazón, desde la alquimia de las emociones de la vida y para la vida. Habla de sentimientos, de vivir las relaciones maternofiliales y paternofiliales y, especialmente, habla de acompañar en mayúsculas. Es un grito susurrado al oído. Este oxímoron guarda un doble mensaje aparentemente antagónico: gritar en el sentido de soltar, de transformar el dolor en belleza; y susurrar, porque todos los libros parten de la intimidad del escritor y quien los lee participa de una complicidad presente en cada fragmento del libro. Son textos susurrados entre Carolina y Lluna, a la vez que entre ellas y las que habitan el mundo de las circunstancias de las carolinas y las lunas.
En estas páginas encontraréis ternura, sinceridad, complicidad y valentía, tal como la describe Gloria Fuertes. También hallaréis diálogos que permiten reconstruir desde dentro. Reconstruir la vida a partir de un diagnóstico que siempre llega fuera de lugar, fuera de tiempo o fuera de lo que teníamos previsto.
Los laberintos y las ventanas finales resumen las ideas clave para poder acompañar y ser acompañado. Ahora es tu momento para encontrar calma y llegar a querer la rosa.
El valor de la unión
Juan Carrión
Presidente de la Federación Española de Enfermedades Raras y de su Fundación
La historia de Carolina y su hija Irai es la historia de más de tres millones de personas que conviven con una enfermedad poco frecuente o están en busca de diagnóstico en España; la de quienes han esperado años para poner nombre a la patología, la de quienes sueñan con lograr una cura y la de quienes, a pesar de todo, ponen todo su empeño e ilusión en lograr un futuro mejor para sus familias y las que vendrán.
La historia de Carolina y Luna es la historia de padres y madres que hicieron frente a la incertidumbre de la enfermedad, a la falta de información sobre la misma, al desconocimiento incluso de los expertos, a los mismos sentimientos de soledad y a la misma preocupación sobre el origen, la evolución, el pronóstico y los cuidados de la enfermedad.
Frente a ello, reconoce la propia Carolina que, cuando escribe a Luna, «una parte de mi cuerpo se vuelve más ligera, más fácil de soportar». Y éste es uno de los mayores valores que tienen quienes conviven con una enfermedad poco frecuente: el valor de la unión, a pesar de que existen más de 6.000 enfermedades raras identificadas, a pesar de que cada una cursa con una sintomatología diferente, a pesar de que somos pocos y muchos a la vez.
Este mismo valor fue el que motivó a familias de 7 asociaciones de pacientes a unirse hace ya más de dos décadas y constituir la Federación a la que ahora represento. Dos décadas han pasado desde entonces. Dos décadas de trabajo y de avances. Dos décadas que han supuesto un antes y un después.
Un cambio que, ojalá, pudiera haber vivido la familia de Carolina en su momento y por el que hoy la familia FEDER, que suma más de 385 organizaciones en la actualidad, continúa trabajando para mejorar el presente. Para ello, el tejido asociativo ha logrado impulsar servicios únicos para el colectivo, como el de Información y Orientación o de Atención Psicológica con los que contamos desde FEDER, pero también terapéuticos o centros especializados con los que cuenta nuestro tejido asociativo.
Unidos, nos hemos convertido en un altavoz que representa a todas las familias y asociaciones. Gracias a ello, nos hemos posicionado como un interlocutor legitimado ante la administración autonómica, nacional e incluso internacional. Fruto de todo ello, en esta trayectoria hemos asistido a la creación de un marco normativo cada vez más capacitado para responder a nuestras necesidades.
Y, todo ello, lo hacemos también con la mirada en el futuro, en quienes vendrán después. Por eso, la familia FEDER trabaja de manera incansable en la investigación, en el desarrollo de nuevas herramientas que permitan diagnósticos más rápidos y medicamentos más eficaces. De hecho, en los últimos años hemos avanzado mucho y hemos conseguido impulsar la investigación.
Esto se traduce en el descubrimiento de más más de 3.000 genes vinculados a enfermedades raras o el desarrollo de 200 nuevas terapias para estas patologías. Sin embargo, actualmente se estima que esta investigación se ha centrado sólo en el 20% de las enfermedades raras que existen.
Pero no nos rendimos: el 60% del tejido asociativo impulsa de forma directa la investigación, el 31% de las entidades realiza divulgación, el 38% de ellas identifica necesidades, diseña proyectos e identifica pacientes y el 25% capta fondos para investigar.
Desde FEDER, desde nuestra Fundación, vamos a seguir aquí, al lado de las familias, para minimizar el impacto que la enfermedad narra tan bien Carolina a través de estas páginas.
Y para sumar a su historia a una protagonista más: la esperanza.
1.
Mi hija no es como la esperaba
De Carolina
A Lluna
Lunes, 6 de octubre de 2014
Aún no puedo cerrar los ojos, no sin antes vaciar todo lo que acabamos de vivir, todo lo que acabamos de sentir. Y te escribo a ti, Lluna, porque eres mi compañera de viaje y esto que hemos vivido hoy, sin duda, nos ha hecho personas distintas... Es curioso cómo, en cuestión de milésimas de segundo, tu vida puede pasarte por delante. Y lo es, también, sentir que ese instante será un momento catalizador que hará que esta funcione a otro ritmo, con otras normas.
Esta tarde teníamos hora con uno de los neurólogos más renombrados de la zona. Cuando hemos entrado por la puerta de su despacho me temblaban las piernas, he sentido frío en las manos y he notado cómo la sangre se me escurría del rostro a los pies. He sentido el miedo apoderándose de mí y la ansiedad aumentando por segundos. Esperaba encontrar un poco de calma en la mirada de mi compañero, pero no la he encontrado. Él evitaba mirarme y he sentido que también le invadía un sinfín de emociones. He respirado profundamente. He estrechado las manos con fuerza para apoderarme de un coraje que me estaba costando encontrar y, entonces, he mirado al médico. Permanecía sentado, ajeno a todo nuestro sufrimiento, escribiendo a mano algunas notas, absorto. En este punto, el miedo ha crecido más y más, me he sentido pequeña como el cuerpo que acunaba entre los brazos, y me he hundido en sus ojos. He mirado a mi pequeña con ganas de contagiarme de su calma. Calma… He intentado acompasar mi respiración a su respiración pausada. Respirar… He intentado memorizar cada detalle de sus facciones dulces y suaves. Memorizar… Me concentraba en memorizar cuando un movimiento de cabeza del médico me ha devuelto al presente. Se ha levantado y nos ha saludado con un enérgico apretón de manos que transmitía seguridad.
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