VOCABULARIO
DE INFORMACIÓN
Y DOCUMENTACIÓN
AUTOMATIZADA
Educació. Materials 66
Luis M. Corbalán SánchezCarlos B. Amat
VOCABULARIO
DE INFORMACIÓN
Y DOCUMENTACIÓN
AUTOMATIZADA
Col·lecció: Educació. Materials
Director de la col·lecció: Guillermo Quintás Alonso
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© Els autors, 2003
© D’aquesta edició: Universitat de València, 2003
Producció editorial: Maite Simon
Fotocomposició i maquetació: Inmaculada Mesa
Coberta:
Disseny: Pere Fuster (Borràs i Talens Assessors SL)
Fotografia cedida pels autors
Tractament gràfic: Celso Hernández de la Figuera
Correcció: Isidre Martínez Marzo
ISBN: 978-84-370-9380-2
Edició digital
Índice
INTRODUCCIÓN
TÉRMINOS SISTEMATIZADOS
1. Ámbitos de la documentación
2. Documentos
3. Tecnología
4. Sistemas GED. Reconocimiento de caracteres. Sistemas multimedia
5. Archivos y bibliotecas
6. Técnicas y tareas
7. Otros
8. Aspectos normativos en gestión de la información
DEFINICIONES
EQUIVALENCIAS INGLÉS-ESPAÑOL
FUENTES
Introducción
Todas las actividades humanas implican un uso particular del lenguaje y el desarrollo de vocabularios propios. Cuando estas actividades alcanzan el rango de disciplinas, los términos de uso común varían de significado, los conceptos emergentes sugieren términos nuevos y la interrelación entre unas y otras áreas de conocimiento confiere matices y acepciones exclusivos a las palabras y expresiones que soportan la transmisión de ideas. Precisamente, la normalización de esta transmisión en forma de enseñanzas regladas obliga al acuerdo, si no se hubiera producido con anterioridad, de forma que los conceptos se trasladen de forma inequívoca y se empleen de forma normalizada.
Ya se han cumplido 30 años de la firma del contrato entre la UNESCO y la Deutschen Gesellschaft für Dokumentation que supuso la aparición, seis años más tarde, de la Terminology of Documentation , un diccionario multilingüe de presentación sistemática que comprendía 1.200 términos con sus definiciones en inglés. 1 De la misma época data la primera incursión de José Martínez de Sousa en la lexicografía afín a las disciplinas de la información y la documentación, que alcanzó su cuarta edición en 1995. Su posterior Diccionario de bibliología y ciencias afines se concentra o se extiende a la «terminología relativa a la archivística, bibliofilia, bibliografía, bibliología, biblioteconomía, codicología, documentología, ecdótica, epigrafía, hermenéutica, incunabulogía, informática, lexicografía, paleografía, papirología, tipografía, etc.» Nada parece escapar a las 961 páginas de esta obra impresionante. 2 La Federación Internacional de Documentación, a través del actual Centro Nacional de Información y documentación (CINDOC) publicó en 1989 un breve Diccionario de información y documentación , 3 un año después de que se hubiera vertido al español el glosario de la American Library Association, 4 una obra que no parece haber merecido nuevas actualizaciones ni siquiera en su edición original. Los años 90 han visto desfilar una serie de intentos meritorios y válidos, pero probablemente limitados. Entre el Diccionario de acrónimos de información y documentación publicado en 1994 por el CSIC 5 y las repetidas entregas de la empresa Estudio de Técnicas Documentales, 6 se sitúan una serie de obras de alcance temático especializado, 7 o con mayor énfasis en las equivalencias idiomáticas que en el trabajo conceptual, como los vocabularios de Lozano 8 y Benito, 9 o con orientación y aprovechamiento tangenciales, como los copiosos Dictionary of Information Technology ... 10 y Wöterbuch der Informationstechnik ..., 11 de Vollnhans. Cabe destacar, sin embargo, a pesar de su limitada cobertura, el Glosario sobre organización y representación del conocimiento ..., 12 de Barité, no disponible ya en su versión electrónica.
Entretanto, los trabajos de normalización en información y documentación habían alcanzado a la terminología y así, desde 1983 a 1987, la International Standards Organization emitió diversas entregas de la norma 5127. A partir de 1992, esta norma comenzó a vertirse al español como norma UNE 50-113-92. Sólo 4 de las 11 entregas previstas se han publicado y adaptado. 13 El conjunto de normas UNE, y no sólo las dedicadas al vocabulario, constituyen una fuente de primera importancia para la recopilación de conceptos y términos de las diversas disciplinas que configuran el estado de conocimiento de los especialistas en información y, como se verá a continuación, se han empleado mucho como base para este vocabulario.
De las obras mencionadas se echa en falta la adecuada representación de los conceptos, la sistematización de los términos, el equilibrio y el nivel de actualización y ajuste con la realidad del conocimiento que poco a poco se desarrolla. Sin un seguimiento atento de la literatura en biblioteconomía, documentación y otras áreas, no se puede alcanzar un reflejo puntual y actualizado de los conceptos. Sin un esquema clasificatorio sólido, las definiciones y los términos no se pueden relacionar, de forma que compendien áreas de actividad o de conocimiento especializado concretos.
Organización de la obra
Tras esta introducción, una parte sistemática organiza los términos del vocabulario. El esquema clasificatorio empleado parte de seis grandes categorías: 1) operaciones documentales; 2) ámbitos de actividad informativa; 3) tipos de servicios; 4) herramientas y técnicas; 5) documentos, y 6) conceptos generales. Algunas de estas categorías se desglosan en series más específicas y, en ocasiones, existe un tercer nivel jerárquico bajo el cual se listan alfabéticamente los términos. Por ejemplo: operaciones documentales > análisis documental > indización.
El cuerpo de la obra está constituido por la relación alfabética de los términos, sus equivalencias, sus definiciones y las correspondientes referencias a las fuentes. Existen reenvíos desde acrónimos y siglas a términos completos.
Se ha incluido una lista de equivalencias desde los términos ingleses hasta los castellanos. Las fuentes de citan al inicio de esta sección.
La obra se cierra con la relación de fuentes empleadas para la selección y extracción de los términos y la redacción de las definiciones. Se trata en todos los casos de obras no estructuradas o semiestructuradas, publicadas en España y en formato impreso preferentemente. La selección de estas obras se ha guiado por su accesibilidad, aunque se ha incluido referencias a recursos electrónicos como fuente de algunos conceptos. Se observará que las normas españolas ocupan un lugar destacado entre las fuentes empleadas. Es de estricta justicia reconocer la labor del Comité Técnico 50 (Documentación) de AENOR, cuyo trabajo debería tener continuidad. Por otro lado, el adjetivo que cierra el título, automatizada , no es un mero estrambote: buena parte de las entradas se inscriben en los epígrafes de tratamiento automático de la información, documentos electrónicos, automatización de procesos bibliotecarios, información distribuida y comunicación automatizada y otros de similar contenido.
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