El sur del mundo se oscureció nuevamente. Predomina la fuerza del mal, la faraona negra del submundo infernal vuelve a reinar, a sacrificar humanos pensantes, cruza diabólica y engendro de la oscuridad más oscura. “Son las que deberían estar, pero no están con todos los que son” en ese lugar guardado, engendro bífido con el ángel oscuro. Fruto de los seres quemantes del Dante ardiendo en llamas rojas infernales, encarnación propia nefasta del pecado completo. Pobres criaturas del sur, serán juzgados por su bondad y su inocencia. Ella solo cría los cuervos exactos, alimañas que dejarán la tierra fértil convertida en desierto.
Oscuridad que avanza en este cono sur del mundo, fruto del pecunio ambicioso y mal habido, es el Dios de los buenos que se ha olvidado y ha convertido la vid en la aridez del suelo. Beberás polvo y comerás tierra, pero ya no serás el que fuiste antes. Deambularás y pedirás perdón, aprenderás que de la nada, nada se aprende, serás el faquir sin ejercer. Deambularás cual no viviente y anhelarás la muerte eterna, pero no será concedido porque quemarán tu cuerpo restante en las llamas de Dante. Empezarás las lecturas blancas que purificarán tu futuro mental.
Dimensión gris desconocida, oculta en ese mundo aún no comprendido, liberadas por acciones negativas, sumatorias reactivas en ese subconsciente oculto. Larvas de la oscuridad, apuntan con ese rayo mental, que se ocultan sin llegar a ser conscientes, generadas por ese sentimiento reactivo extremo de impotencia, energía no controlada, transformada en sensaciones sentidas, avisan que la ola que se avecina será fuerte al golpear en ese mal espiritual. Es la ira energética cual rayo cósmico con su luz interior, penetrante, que verá situaciones no deseadas, por aquellas que fueron provocadas por la acción del mal. Rayos mentales fulminantes, no manejados y escondidos. Por debajo de lo profundo de esos sentimientos sentidos, presumirás que se acerca, que pronto ocurrirá. ¡Corre, alma culpable, corre sin final!Destruye en tu corrida la presunción no controlada de esa reacción desconocida nunca racionalizada.
Como si fuera un cuento de historias, aquellas que narran el todo o casi la nada, lo que viviste es la vida que no se cansa de caminar, sinuosos, rectos caminos de andares. Aquellos infinitos y extenuantes cuentos de vida son los que ya no están, lo que busco y extraño, vivencias de placeres y tristezas, domingos de Elisa y Rex, años que fenecían y comenzaban en lo de Celia, calores de verano y de afectos que con su andar fueron caminando y se esfumaban con sus historias de vida, evolución del tiempo inexorable, felicidad plasmada de momentos cuasi eternos los que quedan, son el pasado de los recuerdos que harán tu historia sin fin.
Luna, la nena de color, que cambió la vida de Plein Air. Ella, muy oscura y pequeña, cabía en el hueco de la mano, recién venida poco antes que se consumiera como las llamas a Juana; abandonada por habitantes del mundo de los malos. Muy pequeña, casi irreconocible, con gran dificultad al respirar. Cara de tristeza que transmitía sufrir, recién nacida, de poca vida, con su cuerpo maltratado, impresionaba poca esperanza de existencia.
Y el amor ganó.
Ella tuvo ganas de vivir, aún pequeña hoy con su pequeño físico, inundó la nueva vida de Plein Air. Corre, gruñe, juega, con esa inyección de vida, que solo florece en el verde nuevo, con sus atisbos de colores en la primavera
que acaba de nacer.
Dimensión que gira en busca del pasar, títulos sublimes, algunos, y sufrientes otros, gira, brilla iluminado, como rey de creyentes. Baja con sus rayos iluminados del equinoccio formando su deidad serpentaria con su iluminar. La oscuridad se ilumina con esos hilos de plata que van gestando números de que el tiempo pasa, turbulentos algunos, para encontrar su paz, paréntesis que envolverá tus años del pasar.
Cuántos equinoccios caminaron formando esa deidad soñada, que nunca dio su paz buscada. Nuevas generaciones pasaron, tormentosos tiempos volvieron iluminando su serpiente eterna sin aparecer el sosiego de su deidad. Es la dimensión del tiempo que gira, que marca su andar, es la luz de turno que siempre ilumina con su rayo estelar, es la eternidad del tiempo a la que viste pasar, son los años viejos cansados de ese andar, será la oscuridad brillante que te signará tu futuro temporal, que acaba de comenzar.
Observar que te sentís observado por ángeles alados en ese cuarto de encierro, cual Greta eligió cobijarse en pleno podio de su cima, transmiten esas paredes blancas, con su cielo celeste tenue como techo, con la música compaginada, que fluye de tu caja musical.
Sentir, tus ángeles de Miguel que te observan con calidez; atrás de ti los de Bonadeo, con el trinar melódico de las aves para brindarte lo profundo de tu fosa musical viviente. Sentimientos que se sienten en esa paz conjugada con el verde vivo del frondoso parque, sublime, silencioso, que al teclear en ese fluir de palabras escritas, va naciendo el conjunto descriptivo del ambiente creado por ese anhelado cuarto de Greta, que en su encierro hizo fluir la leyenda y afianzó su existencia con más inexistencia. Rodeado de sus ángeles alados que inspiran constantemente el teclear sin parar, fluyen esas melodías de palabras que transmiten tu paz dominical.
Renovación de aromas en este décimo mes del año, donde su primavera naciente se adentra en su floración mágica cambiante.
Es el azarero y sus jazmines los que predominan en este octubre de flores y perfumes a naranjos florecientes, que inundan a Plein Air, impregnados de ese perfume cítrico con su pequeña flor naciente. Y Los jazmines multicolores danzan su vals con su brisa nocturna para adentrarse en su verde jovial al compás de su música primaveral.
Es la vida que camina alegre en su pasar, mirando su espejo de agua que reflejan el esplendor de la estación preferida en su andante caminar.
Son los aromas de Plein Air con sus colores, su presencia de clivias, calas, las colgantes glicinas, sus azaleas rosadas, que brindan el marco del perfume de octubre y saludan espléndidas, todas en su brillante alfombra verde tan joven, cobijan a las flores de su bella primavera.
Espiritualidad sentida dentro de la concepción religiosa humana. Existió, existe, la creencia de un ser superior. Cada uno quiso hacer valer su verdad del existente, aun utilizando la fuerza de la violencia. En su nombre, se han cometido masacres, tan infundadas que aún persisten los dueños de la verdad. Pobres de espíritus son los pobres de mente, sin saber que la verdad verdadera de tu creencia, fueras lo que fueses, es solo fe de tu sentir. Tanta teología y metodología de adorar al superior. Fundamentalismos, son los que sobran, causantes de guerras perennes infundadas, agresiones, discusiones, en nombre de sus creencias. Finalizarán en ese fuego de la verdad, donde arderán la maldad, juzgados por ese ojo supremo, falta de amor, para ser partícipes, todos, de esa fraternidad de los que tienen fe y respetan los distintos sentires de su raza viviente. Eso será lo perenne de la condición humana, solo es cuestión de tiempo y verás la luz verdaderamente buscada que saldrá de su oscuridad brillante.
LA IGNORANCIA DE PRESUMIR SABER
Ocurre en todos los aspectos de la vida, a veces leído, o no, el que inclina la justicia creada por ese ser, hacia uno u otro lado. Personaje nefasto que en su interior embadurnado, muchas veces por embrollos, de incapacidades muy deseadas y no logradas, situaciones de vida asociadas a su vocabulario de expendios, incompetentes de deslizar la pluma para ser creativo, solo opina sobre lo creado, a veces con autoridad literaria. Muchas veces lo desconocen trastabillantes abecedarios que no pueden emitir vocabularios nacientes, intento de seres gestantes que no gestan nada, muchos críticos del vacío, porque nada es lo que sale de sus plumas no deslizadas, incompetentes de hacer nacer un sol nuevo, seres que abundan y son los más. Empecé a reconocerlos, a darles el valor literario que realmente tienen, la nada, no saben crear. A veces son buenos copistas de lo ya existente; no contestan, no existen para el gestante literario que en su esfuerzo hace nacer lo nuevo, muchas veces fruto de hacer vislumbrar la luz que asoma y brilla como un pimpollo naciente.
Читать дальше