Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, vino el interés de las grandes potencias así como de las grandes corporaciones por tratar de identificar las principales variables que generarían los cambios del futuro, motivados sobre todo por el temor a una nueva confrontación mundial producto de la Guerra Fría.
Así, en Francia, un importante grupo de intelectuales preocupados por la reconstrucción de su país comenzaron a establecer las bases de lo que posteriormente se convertiría en la disciplina científica de la prospectiva. Los filósofos Gastón Berger, mediante su revista Prospective (1957) y su Centro Internacional de Prospectiva, y Bertrand de Jouvenel, a través de la Sociedad Futuribles, son considerados los padres de la prospectiva, al haber sido los primeros en identificar los conceptos básicos de una ciencia que estudiara seriamente el futuro, fundada con un enfoque netamente «voluntarista», es decir, basado en el concepto clave de que el futuro predeterminado no existe. Ni siquiera la temprana muerte de Gastón Berger en un accidente automovilístico (1960) pudo detener el crecimiento de la prospectiva en Francia y después en el resto del mundo.
En Estados Unidos, dos corrientes comenzaron a aparecer inmediatamente después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Por un lado, un grupo de empresarios apoyó la creación del Instituto de Investigaciones de la Universidad de Stanford (SRI, por sus siglas en inglés) en Menlo Park (California) con el propósito de desarrollar pronósticos sobre el futuro. Por otro lado, un grupo de pensadores y militares, apoyados por la Fundación Ford, formaron la Rand Corporation (1948), enfocados principalmente en la defensa del territorio norteamericano ante el peligro de una guerra nuclear. Ambos grupos se constituyeron en los think-tanks más importantes de la Guerra Fría.
Posteriormente, un grupo importante de pensadores sobre el futuro se desprende de la Rand, liderados por Herman Kahn, Max Cantor y Oscar Ruebhausen, y forman en 1961 el Hudson Institute, donde desarrollaron una serie de técnicas de pronóstico tecnológico y no tecnológico, que aplicaron para diseñar escenarios para el año 2000, sentando las bases del forecasting norteamericano, que en aquel momento aún se llamaba «futurología», o también «futurística», de enfoque netamente determinista. Un hito importante que no debe olvidarse es el papel jugado en los años sesenta por la New School for Social Research fundada en 1919 en Nueva York, donde en 1966 se dictó el primer curso universitario dedicado enteramente al futuro, siendo el profesor responsable nada menos que Alvin Toffler.
Mientras tanto, en el Reino Unido los filósofos anglosajones intentaron encontrar una tercera vía entre el forecasting americano determinista y la prospectiva francesa, netamente voluntarista. En 1968 se crea la revista Futures y se inicia un proceso serio de discusión académica, donde juega un papel fundamental la Science Policy Research Unit (SPRU) de la Universidad de Sussex fundada en 1966. Inicialmente, el análisis del futuro tuvo poco apoyo gubernamental en el Reino Unido, aunque eso tímidamente cambió con el establecimiento del Central Policy Review Staff a principios de los años setenta (Georghiou et al. 2008). Los primeros trabajos ingleses estuvieron ligados con un análisis crítico del estudio Los límites del crecimiento del Club de Roma (1972), en los cuales se refutaba el enfoque catastrofista del estudio al no haber evaluado el potencial de la ciencia y tecnología como medios para mejorar significativamente la calidad de vida de la población mundial. Así va naciendo, poco a poco, el enfoque del Technology foresight , primero con una fuerte presencia de la tecnología como principal fuerza generadora de futuro, y que en los siguientes años fue incorporando una concepción mucho más holística de la construcción del futuro, transformándose en lo que hoy conocemos simplemente como foresight .
Este proceso de desarrollo del marco conceptual no se ha detenido hasta el presente. Así como de la prospectiva científica clásica se desprendió la prospectiva estratégica —enfoque desarrollado por Michel Godet desde 1987 y que ha tenido mucha repercusión en el posterior empleo de la prospectiva como herramienta de planeamiento en el mundo entero— del foresight clásico se han desarrollado enfoques mucho más específicos, como el foresight regional o territorial, y el corporate foresight o foresight empresarial. Justamente, el espíritu de este manual es concentrarse en el corporate foresight para ayudar a las empresas, independientemente de su tamaño o sector, a emplear el análisis de futuros para reforzar su capacidad de planeamiento, y por ende mejorar su competitividad.
No podemos dejar de mencionar en este breve resumen de la evolución del pensamiento sobre el futuro, el enfoque de la previsión humana y social desarrollado por Eleonora Barbieri Masini, de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, que ayuda a mejorar nuestro conocimiento sobre la realidad en transformación y proporciona indicadores para la acción.
De todas las escuelas de pensamiento sobre el futuro, vamos a proponer el uso del foresight como el marco conceptual que más puede ayudar a las empresas a incorporar el análisis del futuro en sus procesos de planeamiento.
1.2 El foresight (prospectiva anglosajona)
Durante los últimos treinta años se ha tratado de acuñar una definición simple pero completa de lo que significa el enfoque anglosajón del foresight . Trataremos de hacer una síntesis de ellas, haciendo especial hincapié en la evolución de los conceptos.
La primera definición sobre technology foresight la establecieron Martin e Irvine en Foresight in Science (1984):
Technology foresight es un proceso que busca mirar hacia el futuro de más largo plazo de la ciencia, tecnología, economía y sociedad, con el objeto de identificar las áreas de investigación estratégica y las tecnologías genéricas emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos y sociales.
Como puede observarse desde el primer momento, el foresight pensó en abordar el estudio del futuro desde un enfoque holístico, aunque el resultado mismo de las investigaciones intentasen descubrir las tecnologías críticas que generan el cambio.
Posteriormente, y con el crecimiento de las fuerzas sociales que intentan establecer, con toda justicia, derecho, responsabilidad y oportunidad, límites al libre desarrollo y avance de la ciencia y tecnología desde los campos de la ética y la moral, Georghiou (1996) define al technology foresight como: «[…] un medio sistemático de evaluación de aquellos desarrollos científicos y tecnológicos que podrían tener un fuerte impacto en la competitividad industrial, creación de riqueza y calidad de vida».
Más actualmente, con ocasión de la gran difusión del foresight en el ámbito mundial y su empleo en el diseño de políticas públicas, tanto a nivel de los gobiernos nacionales (centrales) como de los gobiernos subnacionales (regionales y locales), se viene empleando la definición que se proporcionó mediante el proyecto Foresight for Regional Development Network (Foren) de la Unión Europea:
[…] foresight es un proceso sistemático y participativo de recolección de inteligencia futura para la construcción de visiones de mediano y largo plazo con el objetivo de mejorar la toma de decisiones del presente y movilizar acciones conjuntas (Foren 2001).
A pesar de su aparente simplicidad, esta definición es mucho más completa que las anteriores y resume claramente la contribución social del foresight , y en especial su empleo en los procesos de planeamiento y toma de decisiones en las empresas.
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