Augusto Rodríguez - El hombre que amaba los hospitales

Здесь есть возможность читать онлайн «Augusto Rodríguez - El hombre que amaba los hospitales» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El hombre que amaba los hospitales: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El hombre que amaba los hospitales»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

"La locura, el sexo, el desamor, las frustraciones, la violencia y, por supuesto, la enfermedad, son el velo que cubre las vidas de los personajes de estos relatos. Con su prosa, Augusto Rodríguez abre ligeramente la persiana para que podamos asomarnos a la soledad con la que pervertidos, desahuciados, amas de casa y escritores, entre otros, se consumen en su cotidianidad.
En «El hombre que amaba los hospitales», el trance hipnótico de la repetición maquinal de la rutina contamina todo: el tiempo, las acciones, el lenguaje, la vida misma, y nos obliga a pensar en la manera en que la monotonía nos invade y lo difícil que es escapar de ella."

El hombre que amaba los hospitales — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El hombre que amaba los hospitales», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

V. LA VISTA

Belén y Manuel visitan varios médicos de su confianza, conocidos, recomendados. Los médicos dieron varios diagnósticos. El último médico les dijo que el golpe en la cabeza que sufrió Manuel generó un extraño síndrome o enfermedad progresiva en su cuerpo que poco a poco lo irá consumiendo. Posiblemente en el futuro podría perder parte de los sentidos, los más afectados serían la vista y el oído.

Manuel escuchaba y no decía nada. Pensaba en su futuro, se imaginaba ciego y sordo, se veía como el anciano que no tiene dientes ni cabello, infeliz, solitario, moribundo, que aparecía en sus sueños. Belén cayó en estado de estrés único. Llamaba por teléfono a doctores, pedía nuevas consultas, diagnósticos, exámenes, pruebas. No podía creer ni aceptar el diagnóstico que le habían dado a Manuel.

Manuel estaba tranquilo, sereno, tomaba las cosas con calma. A pesar de que Belén seguía intranquila, nerviosa, estresada, él le pidió que se calmara y sugirió que regresaran a la casa de la playa. Ella aceptó y el día siguiente partieron de nuevo.

Belén manejó todo el viaje. Manuel se limitaba a cambiar los discos de Sabina, de Silvio, de Serrat que ponía en la radio como música de fondo. El viaje fue breve. También esta vez la carretera seguía casi vacía. Mucha gente ya no viajaba a la playa, prefería viajar al extranjero o al interior del país. Dejaron la escasa ropa que llevaron y salieron a caminar a la playa. El mar seguía violento.

—Cuando esté ciego y sordo, ¿me querrás?

—Sí.

—¿Estás segura?

—Sí.

—¿Todavía quieres tener un hijo conmigo?

—Sí.

—Ya es hora.

—Sí.

—Silencio.

Se besaron brevemente. No volvieron a decir nada y siguieron caminando. Regresaron a la casa vacía, ahora habitada por ellos, y se desnudaron. Hicieron el amor durante varias horas, pero esta vez había una adrenalina que los aceleraba más, que los apuraba, que los incendiaba por dentro. Se besaban como si uno de los dos estuviera moribundo. Se besaban como si fuera el fin del mundo. Durante varios días, comieron algo ligero para recuperar las energías, hicieron el amor y durmieron. Sucesivamente.

Una mañana, después de desayunar, Manuel salió a caminar por la playa. Llevó un cuaderno azul para anotar algunas ideas o imágenes del recorrido. Después de caminar un rato, Manuel se sentó frente al mar con la certeza de que en el futuro nunca más lo podría ver ni oír. El mar seguía violento, pero a ratos se volvía manso, engañoso, dubitativo. Manuel escribía en su cuaderno azul todo lo que veía. A ratos borradores de relatos y poemas sobre el mar o simplemente describía el proceso de creación de una ola.

Observaba el mar con paciencia, con calma, con tranquilidad, como quien mira a un mago e intenta descubrir el truco o la carta escondida en la manga o en el bolsillo de la camiseta. Pensaba que el mar era un gran universo paralelo, testigo de la historia. Recordaba la frase de Sartre: «El hombre, esa pasión inútil». Miraba al mar como quien mira un monstruo solitario, a un dios derrotado, un planeta destruido.

El mar era para él un mundo que no terminó de construirse por culpa de unos dioses perezosos, una fiesta universal donde todos los muertos bailaban al ritmo y al compás de las olas. La imagen del mar como una fiesta era lo que más lo conmovía, lo acercaba a una cierta verdad inconfesable y lo hacía reflexionar. El mar es la gran fiesta de la derrota de los hombres, pensó. En el interior del mar le pareció ver las imágenes de sus sueños: siendo un niño solitario perdido en una calle, un hombre casado con hijos y como un anciano que no tiene dientes ni cabello. Se veía infeliz, solitario, moribundo, pero el mar, como un gran animal, devoraba todas sus imágenes. A lo lejos, el mar era una gran fiesta que se perdía en su horizonte, en su memoria. Pensaba en Belén.

Конец ознакомительного фрагмента.

Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El hombre que amaba los hospitales»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El hombre que amaba los hospitales» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


José Vicente Rodríguez Rodríguez - Los papiros de la madre Teresa de Jesús
José Vicente Rodríguez Rodríguez
Antonio Linares Rodríguez - Para que no gane el olvido
Antonio Linares Rodríguez
Ignacio Rodríguez de Rivera - La ciencia de los sentimientos
Ignacio Rodríguez de Rivera
María del Pino Rodríguez García - Los secretos de Lilva
María del Pino Rodríguez García
Juan Carlos Ramírez Rodríguez - Hombres, masculinidades, emociones
Juan Carlos Ramírez Rodríguez
Francisco J. Rodríguez Hernández - Una economía que fue aplicada
Francisco J. Rodríguez Hernández
Solange Rodríguez Pappe - La primera vez que vi un fantasma
Solange Rodríguez Pappe
María Paz Rodríguez - Los Tigres
María Paz Rodríguez
Отзывы о книге «El hombre que amaba los hospitales»

Обсуждение, отзывы о книге «El hombre que amaba los hospitales» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x