Marx. Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Anales franco alemanes. 1970. Barcelona. Ed. Martínez-Roca, p 103
Verdad como coherencia y consistencia
La manifestación de la verdad en un juicio ha de serlo en relación con todos los demás juicios verdaderos en la unidad del Todo, lo que le hace consistente al no entrar en contradicción con ellos. Cada uno no deja de ser una verdad parcial, un aspecto o momento de la verdad del Todo. Aparece, pues un nuevo sentido de la verdad, la verdad como coherencia.
Verdad fenomenológica
Husserl considera que la verdad encierra cuatro aspectos:
La plena concordancia entre lo mentado (significado) y lo dado estado de hecho
La forma de un acto de conocimiento: acto empírico y contingente de evidencia proceso cognitivo
El objeto dado en tanto que es mentado (significado) objeto que hace posible la evidencia
La justeza de la intención, como justeza del juicio intención significativa
Como el acto de significar no es, o no es primariamente, un acto empírico, y lo significado, o mentado, no es necesariamente una cosa, la correspondencia en cuestión queda confinada a una región «pura». Se trata de una relación ideal y esencial, que reinstaura una intuición de esencia de un "yo trascendental", en un idealismo fenomenológico-trascendental.
La evidencia no es otra cosa que la «vivencia» de la verdad.
Husserl, E. Investigaciones Lógicas. 1976. Madrid. Revista de Occidente. p. 162
Heidegger considera que la verdad no es primariamente adecuación del intelecto y se adhiere al sentido primitivo griego de la verdad como desvelamiento del ser. Pero eso se produce en la existencia en su estado de autenticidad.
Pues la verdad solo se hace patente en la medida en que el juicio hace presente la cosa y permite expresarla como es en la situación radical de una conformidad con el modo de estar abierto el hombre (Dasein), un comportamiento respecto a un horizonte y un proyecto en el mundo, una libertad que posee al hombre y por eso es ex-sistencia y tiene historia. El diálogo entre el Ser y el hombre es la historia, donde se produce la aparición o el ocultamiento de la verdad. El ocultamiento es lo contrario de la aletheia; el ocultamiento puede parecer un estado natural al hombre por el uso de los entes que le sirven y le conducen al error. De vez en cuando el hombre se decide a desvelar al ente en cuanto tal y se propone la cuestión del ser y de la verdad. Es entonces cuando aparece la Filosofía.
Vitalismo
Nietzsche considera que lo verdadero es todo lo que contribuye a fomentar la vida de la especie y falso lo que es un obstáculo para su desarrollo.
Ortega y Gasset considera la verdad como «la coincidencia del hombre consigo mismo», la idea que el hombre tiene en su vivir racional que le permite saber a qué atenerse: Razón vital o Raciovitalismo.
El atractivo que sobre nosotros tienen las filosofías pretéritas es del mismo tipo. Su claro y sencillo esquematismo, su ingenua ilusión de haber descubierto toda la verdad......./.. Lo que ellos interpretaban como límites del universo, tras lo cual no había nada más, era sólo la línea curva con que su perspectiva cerraba su paisaje. Toda filosofía que quiera curarse de ese inveterado primitivismo, de esa pertinaz utopía, necesita corregir ese error, evitando que lo que es blando y dilatable horizonte se anquilose en mundo.
Ahora bien: la reducción o conversión del mundo a horizonte no resta lo más mínimo de realidad a aquél; simplemente lo refiere al sujeto viviente, cuyo mundo es, lo dota de una dimensión vital, lo localiza en la corriente de la vida, que va de pueblo en pueblo, de generación en generación, de individuo en individuo, apoderándose de la realidad universal.
Ortega y Gasset. El tema de nuestro tiempo. Capítulo X: la doctrina del punto de vista. Obras completas. vol III. 1966. Madrid. Revista de Occidente. pp. 197-203
Verdad como pragmatismo
William James considera que es verdadero aquello que muestra conformidad con nuestra creencia, porque es "expeditivo" en orden a sus consecuencias prácticas, es decir "satisfacción". Tal cosa ocurre cuando la investigación llega a un destino, en cuanto que es "verificada". En este sentido verdadero es lo "útil" que merece ser conservado. Pero no ha de entenderse esto de modo material:
Cuando los pragmatistas hablan de verdad se refieren exclusivamente a algo acerca de las ideas, es decir, a su practicabilidad o posibilidad de funcionamiento, en tanto que cuando los antipragmatistas hablan de verdad quieren decir frecuentemente algo acerca de los objetos.
James, W. The Meaning of Truth. 1909. Prefacio
Verdad como hermenéutica, diálogo y consenso
Ya desde la antigüedad así es estudiada la verdad contenida en la comprensión de los textos. Pero en el siglo XIX la hermenéutica adquiere un nueva dimensión a partir del sentido del conocimiento que introduce Schleiermacher quien propone un sistema circular que conocemos como el círculo hermenéutico. Cada intérprete necesita introducirse en la dimensión social y la dimensión individual del autor para comprenderlo.
Dilthey distingue dos ámbitos de conocimiento y de verdad; las ciencias del espíritu y el sentido de la verdad histórica.
Para Dilthey la hermenéutica permite comprender mejor a un autor que el propio autor se entendía a sí mismo; y a una época histórica mejor de lo que pudieron comprenderla quienes vivieron en ella, pues la hermenéutica se basa en la conciencia histórica, que conduce al fondo de la vida.
Gadamer considera que la tradición y el prejuicio son elementos fundamentales del conocimiento y de la interpretación de los datos. La hermenéutica es “la condición para hacerse las preguntas y las cuestiones acerca del conocimiento y la verdad”.
Para Ricoeur la comprensión necesita de la mediación de la interpretación. La fenomenología hermenéutica sustituye el mundo natural del cuerpo y de la cosa por el mundo cultural del lenguaje. De este modo la hermenéutica es capaz de poner en cuestión la dicotomía científica entre comprensión y explicación, así como la dicotomía Ciencias de la Naturaleza-Ciencias del Espíritu.
Esto hace posible el desarrollo de una hermenéutica crítica y sobre las condiciones de ésta, lo que nos lleva a la autorreflexión que propone Habermas y la necesidad del diálogo para la crítica de las ideologías.
Tanto la hermenéutica de Gadamer como la de Habermas se oponen a la idea de razón instrumental y a las tesis positivistas de una supuesta objetividad y neutralidad del conocimiento positivo de las Ciencias Naturales.
Habermas propone una hermenéutica en función de las nociones de comprensión, comunicación y diálogo.
El diálogo es entonces un procedimiento de prueba y contrastación en la comunicación en cuanto ausencia o deformación de la comunicación para el esclarecimiento o legitimación de la verdad.
Hay un lugar común que pone todas las expectativas de progreso colectivo en el desarrollo de un conocimiento entendido a partir del modelo de la exactitud tecnológica. Pero lo cierto es que la mayor parte de nuestros actuales debates no giran en torno a datos e informaciones sino sobre su sentido y pertinencia, es decir, acerca de cómo debemos interpretarlos, sobre lo que es deseable, justo, legítimo o conveniente.
Daniel Inerarity.La sociedad de los intérpretes. El País. 16 nov. 2010
La verdad como interés
Siguiendo a Husserl, llamamos objetivista a una actitud que refiere ingenuamente los enunciados teóricos a estados de cosas. Esta actitud considera las relaciones entre magnitudes empíricas, que son representadas en enunciados teóricos, como algo que existe en sí; y a la vez se sustrae al marco trascendental, solamente dentro del cual se constituye el sentido de semejantes enunciados. No bien se entiende que estos enunciados son relativos al sistema de referencia previamente puesto con ellos, la ilusión objetivista se desmorona y deja franco el paso a la mirada hacia un interés que guía al conocimiento.
Читать дальше