Si bien disfrutas recibiendo placer, incluso si te lleva al orgasmo, lo que realmente te deleita es ser la causa del placer de los demás. Te apasiona y te motiva saber que puedes proporcionarle satisfacción a alguien. Disfrutas ideando formas nuevas y creativas de complacer a tu(s) pareja(s).
Adorador del cuerpo / genitales / vulva / pene (Has elegido “siempre” o “con frecuencia” para todas, o gran parte, de las preguntas 1, 3, 5, y 7 y has respondido “siempre” para la pregunta 9, mientras que has escogido “nunca”, “raramente” o “a veces” como respuesta para todas, o gran parte, de las preguntas 2, 4, 6, y 8, cualquiera sea la respuesta de la pregunta 10).
Al igual que con un Complaciente, el placer de tu(s) pareja(s) es primordial para ti. Sin embargo, aún hay más. ADORAS y te deleitas en hacer que el(los) cuerpo(s) de tu(s) pareja(s) vibren con energía sexual. Te encanta mirar, probar, tocar y oler. Puedes pasar largas horas, posiblemente un día entero, complaciéndolos y haciéndolos gemir. Cuando fantaseas o te masturbas a menudo imaginas nuevas formas de excitarlos. Para algunos, su propio placer está tan directamente relacionado con el placer que provoca a otros, que alcanzar su propio orgasmo puede ser una ocurrencia tardía.
Específico de la persona: a veces aparecen personas en nuestras vidas que provocan que nuestro comportamiento cambie. Puede que te hayas etiquetado como un Amante Almohadón, o uno Equilibrado, y cuando aparece una nueva pareja, te conviertes en un Complaciente, un Adorador o una Persona Almohada. A veces, se trata de nosotros mismos en la aventura de descubrir nuevas facetas de nuestra personalidad. Otras veces, puede estar relacionado con el olor o con las feromonas de esa persona, los sonidos que emite, su sabor o la forma en que nos sentimos emocionalmente con respecto a ella.
Quisiera añadir los roles de Demi-princesa, Demi-amante-almohadón, Demi-complaciente y Demi-adorador. He creado estos calificativos basándome en el término «demi-sexual». Describen individuos que requieren una fuerte conexión romántica antes de formar pareja con alguien. Dentro de las relaciones en las que se sienten menos conectados, pueden hallarse en cualquier otra parte del espectro.
***El término Princesa-almohada se acuñó como un insulto para la lesbiana que no tiene interés en la reciprocidad sexual, una «femme de piedra». Sin embargo, ha cambiado desde entonces. Con independencia de su género, cualquiera puede ser una Persona-almohada. Además, aunque originalmente tenía la intención de ser un mote negativo, he hablado con individuos y leído blogs sobre personas que disfrutan de la gente-almohada. Sin embargo, puede ocurrir que, si una persona ha experimentado un trauma, posiblemente no se sienta segura de participar en ciertos actos. Es importante hablar con tus compañeros o compañeras sexuales y conocer sus experiencias y necesidades. Quiero enfatizar que hay que priorizar el cuidado de los demás y aprender a dispensar esos cuidados es tarea ineludible de todos aquellos que están involucrados en una relación. ***
CAPÍTULO 2:
Entiende Tus Sexualidades
Ya hemos hablado de los distintos roles que puedes desempeñar durante una experiencia sexual (desde el punto de vista de dar y recibir). Esta sección habla de lo que te estimula. Por ejemplo, hay personas demi-sexuales que requieren un vínculo emocional para excitarse. Están quienes disfrutan de los juegos de poder y otros cuyo enfoque sexual está en determinadas partes del cuerpo, como los pies. Para algunos la atracción se relaciona directamente con ciertas identidades sexuales y para otros dichos factores son irrelevantes. Todos tenemos cosas que nos encienden la pasión y otras que la apagan. Aunque la palabra «sexualidad» se refiere comúnmente a la orientación sexual, elijo incorporar todo lo que se enumera en este párrafo, incluida la tendencia a dar y/o recibir, como parte de la sexualidad de una persona.
Hay aspectos de nuestra sexualidad, como las identidades que nos atraen, que con frecuencia están determinados antes de nacer. Con esto quiero decir que generalmente nacemos con una orientación sexual y, finalmente, cuando empezamos a sentirnos atraídos hacia los demás, es cuando descubrimos la naturaleza de esa orientación sexual. Otras partes de nuestra sexualidad pueden verse influidas por las experiencias que hemos vivido, tanto positivas como negativas. A medida que leas acerca de las diferentes identidades y experiencias expuestas aquí, abre tu mente a la diversidad y evita desvalorizar las preferencias de otros. Con independencia de que te guste, o de que lo entiendas o no, no hay excusa válida para despreciar el estilo de vida de otras personas. Puede que incluso descubras que formas parte de ciertas comunidades de las que jamás habías oído hablar. He elegido resaltar algunas de las identidades sexuales que caen fuera de la norma, porque las que ya están normalizadas son ampliamente conocidas. Te animo a que explores algunas identidades poco conocidas, o sin determinar, a medida que avanzas con la lectura de este libro.
La(s) Identidad(es) Sexual(es) de tus Amantes
La orientación sexual determina hacia quién sientes atracción. Generalmente se adquiere antes de nacer1 y se hace evidente en cuanto comenzamos a experimentar atracción hacia los demás. Hay personas que tienen claras sus tendencias desde una edad muy temprana, mientras que otras crecen y forman familias antes de reconocer plenamente su sexualidad. La orientación sexual puede convertirse en un viaje con múltiples paradas hasta que el individuo encuentra la identidad que mejor se ajusta a su personalidad. Aprender acerca de las diferentes sexualidades no cambia la tuya, pero puede suceder que te des cuenta de que tu sexualidad no es lo que pensabas que era. Es posible que te hayas considerado bastante convencional en el terreno sexual hasta que descubres que tienes tendencias traviesas. Dicha revelación no significa que te «hayas convertido» en un ser distinto.
Si un hombre cis flirtea con una lesbiana, ella sigue siendo lesbiana. Si alguien que no pertenece al género o al sexo por el que sientes atracción flirtea contigo, tu sexualidad permanecerá inalterada. Esto es causa de preocupación para algunos individuos cis-heterosexuales y ha conducido a la ira y a la violencia. La sexualidad no es un resfriado que puedas pillar. La defensa de tu sexualidad jamás debería ser una excusa para la violencia contra otra persona.
A pesar de la expectativa heteronormativa de que los individuos queer deben «descubrir» su sexualidad, mientras que la gente heterosexual sencillamente existe, lo cierto es que se trata de un descubrimiento para todos. Sin embargo, dado que la norma social es heterosexual, puede resultarte difícil reconocer tu identidad si tienes tendencias queer porque no te verás representado en la sociedad. También sucede que mucha gente asume una identidad heterosexual, lo cual con frecuencia induce a aquellos que no se identifican como heterosexuales a tener que anunciar su sexualidad, o anunciar «que han salido del armario», para poder ser vistos. Existe una mayor marginación de aquellos que no se identifican con ninguno de los componentes del par binario gay-lesbiana / heterosexual. Mientras utilizaba una aplicación de citas para mujeres que buscan mujeres, contacté con una lesbiana bifóbica. Se sentía atraída hacia mí, pero no paraba de ignorar la manera en que yo me identifico y me aplicaba sus propias etiquetas. Se la pasaba hablando sobre mi identidad y empecé a sentir que mi orientación sexual era el único tema de discusión. Incluso dentro de la comunidad queer, existe bifobia y una aversión o desconfianza hacia aquellos que se sienten atraídos por más de un género o sexo. A aquellos que no encuentran su lugar en el par binario a veces se los considera insaciables o confundidos, lo cual anula sus experiencias en el terreno de la atracción y del amor.
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