María Acosta - Las Sombras
Здесь есть возможность читать онлайн «María Acosta - Las Sombras» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: foreign_contemporary, foreign_detective, Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Las Sombras
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Las Sombras: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las Sombras»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Las Sombras — читать онлайн ознакомительный отрывок
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las Sombras», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
-Nos cogió en la segunda subida del tripi, realmente fue una pasada por nuestra parte âdijo Teresa al comisario Soler.
-Sigue ¿cómo llegasteis a Chueca y qué pasó allÃ?â¦TodavÃa no me explico como fuisteis capaces de lanzaros a una aventura tan incierta y peligrosa.
-La culpa la tuvieron los ácidos âapunta Teresa âyo no lo habÃa comido, lo reservé para más tarde y luego me olvidé de él, me di cuenta de que todo aquello era real por eso mismo.
SofÃa es especialista en meter la pata, de buena nos hemos librado en el bar. Realmente el tÃo se pasó llamándola heavy de mierda pero luego ella remató la jugada llamándole cabrón y colocándole un mini de cerveza por sombrero. Menos mal que se armó un barullo de mucho cuidado y nos pudimos escaquear antes de que llegase la pasma. Ponemos rumbo a Chueca, siempre a la búsqueda de un bar abierto. Está chapado todo. LuÃs y Ricardo se paran a mear en una esquina:
-¡Tanta cerveza y priba es la hostia!
-¡Mira tronco, allá hay otro tipo igual que nosotros! âdice Ricardo.
-Es un dibujo en la pared âdice SofÃa.
-¡Que va! Es un tipo âdigo yo.
-No parece que se mueva âobserva LuÃs mirando de reojo.
-Yo creo que es un dibujo âinsiste SofÃa.
-¡Ya está! No podÃa aguantar más.
-Ya habéis acabado, ¿no?, vamos a ver aquello de cerca, parece muy real âdigo.
La confusión sobre lo que estamos viendo es debido a que aquel rincón se encuentra mal iluminado y a que nosotros estamos relativamente lejos como para distinguir lo que significa aquella sombra. Curiosos, nos acercamos. SofÃa tenÃa razón, es un dibujo:
-¡Está chachi dibujado! âdice LuÃs âdesde lejos parece un tÃo, ¿verdad?
-SÃ, está dabuten, parece que está trepando, ¿no? âdice Ricardo acoplándose a la sombra y colocando manos y piernas en la misma posición que en la pared âdesde allá y con esta piedra que tiene delante parecÃa que estaba meando. ¿Sabes dónde me gustarÃa estar ahora?
-No âcontesta LuÃs.
-En Coruña, en la playa de Riazor. Allà he visto un dibujo como este.
Nada más pronunciar estas palabras desapareció. No habÃa bebido tanto como para tener visiones y, si ni siquiera me habÃa tomado el ácido, no podÃa ser una alucinación producida por él. Realmente Ricardo se habÃa volatilizado. El resto de la banda se estaba riendo pues creÃan que todo era una broma del cachondo de Ricardo:
-Este tipo está colgado, ahora va y se abre âdice SofÃa.
-Vamos a jugar unos chinos mientras se decide a venir, estará en algún bar; ¿qué nos jugamos? âpregunta LuÃs.
-¿Quién paga la próxima ronda si encontramos un sitio abierto?
-Guay.
Cuando están a punto de comenzar la tercera partida aparece por la esquina opuesta a la que nos encontramos, tan campante, como si no hubiera ocurrido nada, y yo estoy segura de que hace un momento lo vi esfumarse delante de mis narices:
-¡Pasa tronco! âgrita LuÃs.
-¡Eh!
-¡Joder tÃo! ¿Dónde te habÃas metido? âpregunta SofÃa mientras le ofrece un cigarrillo de esos sin filtro que fuma ella.
-Me ha debido pegar un subidón increÃble porque cuando me he dado cuenta me encontraba en una tasca gallega que hay cerca de aquà y que no conocÃa.
-¿Una tasca gallega? âse extraña LuÃs.
-SÃ, ¿qué flipe, no?, por allà a la izquierda, la primera calle que cruza.
-No recuerdo ver ninguna por la zona que me dices âdigo yo.
-Pues yo me acabo de beber un vino allÃ, además un Ulla, y tenÃan tapas de cocina, chachi que sà âinsiste Ricardo.
-Pues vamos allá; unos vinitos vendrán de putamadre-dice SofÃa impaciente como siempre en estos casos, cuando hay papeo y priba de por medio. Yo no me lo acabo de creer, pero no cuento a nadie mis sospechas. Asà que guiados por Ricardo vamos en busca de la taberna:
-¡Estaba aquÃ! âdice.
-Pues ya ves que esto es un solar abandonado âdigo yo, casi convencida de que no Ãbamos a encontrar el lugar donde él habÃa estado hace un momento.
-Me habré equivocado de calle, a lo mejor es la siguienteâ¦Tampoco. Tengo que dar con el bar, seguro que está por aquà cerca, sólo tardé un par de minutos en llegar a donde estabais vosotros.
Damos vueltas por las calles próximas pero nada. Ricardo no se lo explica, mi teorÃa, aunque parezca increÃble, es que esa sombra, de alguna manera, es capaz de que la gente viaje en el espacio con sólo desearlo. Los otros no se enteraban de nada con el moco que tenÃan; al final decidimos ir a dormirla cada uno a su queli quedando para comer al dÃa siguiente en nuestra casa, mañana les contarÃa lo que habÃa visto y ya con calma investigarÃamos lo ocurrido.
-Me costó trabajo convencerlos, ¿se imagina, comisario?
-Desde luego.
-Además esa noche tuve un sueño bien extraño: estaba en mi cama durmiendo, en un momento dado me despertaba pero en un sofá y vestida con una túnica de seda blanca; a mi alrededor se encontraba más gente en el mismo estado que yo, me levanté sorprendida. Vi claridad al fondo de un pasillo que se encontraba a la espalda del sofá en que habÃa aparecido. Lo seguà y me topé con una escalera de caracol que descendÃa al piso de abajo; aquello parecÃa un laboratorio, tubos de ensayo y artilugios de todo tipo llenaban la habitación. En una silla estaba doblada perfectamente mi ropa, asà que me cambié y salÃ. Estaba en Riazor, enfrente de mà se encontraba la playa, comencé a caminar y al doblar la esquina me hallé de repente en la plaza de Chueca, en Madrid. Pensé que en lo que habÃa soñado podÃa estar la clave de lo ocurrido anoche, si dormidos podemos viajar en el tiempo y en el espacio ¿no serÃa posible que alguien hubiese descubierto un sistema sencillo de trasladarse más allá de lo que se llama comúnmente realidad? Siempre me han interesado cantidad estos temas, ¿a usted no, comisario Soler?
-La verdad es que mi trabajo no me deja mucho tiempo para soñar. Continúa.
-Eso es imposible âdice Ricardo âestarÃas alucinando, tronca.
-No me comà el tripi, estoy completamente segura: desapareciste por la pared, esta noche os lo mostraré.
-Bueno, no ocurrirá nada; pero no veo la razón para negarle ese capricho a Teresa âdice SofÃa apoyándome, aunque no está, en absoluto, convencida.
-Vale, te haremos caso pero me da la impresión de que te patinan las neuronas âreplica Ricardo.
LuÃs no dice nada, está a la expectativa como siempre, es escéptico por naturaleza y no toma partido en ningún caso. Dejamos de hablar del tema y pasamos la tarde jugando al parchÃs y cosas asÃ. Alrededor de las diez salimos.
Una sombra nos muestra un asesinato
Es sábado. La zona está a tope de gente. Nos metemos en un bar a comer unas tapas, parecemos sardinas en lata, en él ya no cabe nadie más y a pesar de todo una pandilla de cinco ha entrado al mismo tiempo que nosotros. Decidimos esperar unas tres horas para hacer el experimento, ahora hay demasiada gente, ya procuraremos no privar demasiado.
Encontramos a unos cuantos colegas de rule con los que nos bebemos unas litronas, estamos deseando que llegue el momento de ir a ver la sombra; hemos pasado varias veces por allà y, aunque mis compañeros no creen que ocurra nada, también están intrigados por lo que pueda pasar. La música resuena en las calles cada vez que se abre la puerta de un pub, intoxicación etÃlica al por mayor, risas, canutos, alcohol, descontrol, algo de coca en los lavabos, caballo, hashish se oye en las esquinas de Chueca, rÃos de gente de bar en bar, siempre los mismos, ruido. Sobre las dos de la madrugada, más o menos, nos dirigimos hacia la sombra:
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Las Sombras»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las Sombras» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Las Sombras» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.