Joan Johnston - La novia huída

Здесь есть возможность читать онлайн «Joan Johnston - La novia huída» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La novia huída: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La novia huída»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Con tres hermanos mandones y sobreprotectores vigilándola permanentemente, Tate Whitelaw encontraba imposible convertirse en mujer. Todavía pensaban en ella como una niñita. Por lo tanto Tate dejó la propiedad familiar para caer directamente en los brazos viriles de Adam Philips. ¡Ella le demostraría a todo el mundo que era una adulta con todas las de la ley!
Lo último que el endurecido ranchero Adam Philips quería era socorrer una damisela en apuros. ¡Ya había tenido bastante de mujeres perdidas! Pero sus instintos protectores prevalecieron. Pronto se encontró consolando a Tate en sus brazos… y en su cama. Y cuando los hermanos de ella aparecieron, escopetas en mano, verse atrapado le pareció, repentinamente, una buena idea…

La novia huída — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La novia huída», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¡Por supuesto! -dijo Tate, aceptando su abrazo. Tate se llevó otra agradable sorpresa cuando empezaron a bailar. Buck lo hacía muy bien y la sometió a varias complicadas variantes del baile que la dejaron sin aliento para cuando la música dejó de sonar.

– ¡Ha sido maravilloso! -dijo, jadeando.

– ¡Te apetece algo de beber? -preguntó Buck.

– Sólo una soda, por favor.

Tras ocupar una de las mesas que rodeaban la pista de baile, Buck fue a la barra a por las bebidas.

Tate estaba marcando el compás de la siguiente canción con el pie y disfrutando del baile de las parejas cuando creyó reconocer a alguien. Siguió a la pareja con la vista hasta que se volvieron. Al verlos se quedó sin aliento. ¡Era Adam! Estaba bailando con una pelirroja preciosa.

Cuando pasaron cerca de la mesa de Tate, Adam sonrió y dijo:

– ¡Hola! ¿Lo estás pasando bien?

Antes de que pudiera contestar, la pareja ya se había alejado bailando y Tate se quedó con el sonido de la risa de la mujer en los oídos.

¿Quién sería?, se preguntó, sintiéndose enferma. Teniendo una mujer tan hermosa por compañía, no era extraño que Adam no se hubiera molestado en tratar de conquistarla.

– ¿Qué ha llamado tu atención? -preguntó Buck cuando volvió con las bebidas, fijándose en la expresión de Tate.

– Adam está aquí -contestó ella, haciendo un gesto con la cabeza en dirección a la pareja-. Con una pelirroja.

Para sorpresa de Tate, Buck frunció el ceño y maldijo entre dientes.

– ¿Qué sucede? -preguntó Tate.

– Nada que pueda remediarse.

– Esa es la clase de comentario que puede despertar con toda garantía la curiosidad de cualquier mujer -dijo Tate-. Vamos, suéltalo.

Buck sonrió.

– De acuerdo -suspiró profundamente y continuó-: Esa mujer que está bailando con Adam es mi ex-mujer.

– ¡Bromeas!

– Me temo que no.

Tate se fijó en la expresión de Buck mientras contemplaba a la mujer pelirroja. Sus sentimientos eran dolorosamente transparentes.

– Sigues enamorado de ella.

Buck hizo una mueca.

– Pero no me sirve de nada.

– Supongo que Adam sabe lo que sientes.

– Me pidió permiso antes de pedirle a Velma que saliera con él la primera vez.

– ¿Y se lo diste? -preguntó Tate, incrédula.

– Ya no es mi esposa. Puede salir con quien le plazca.

Tate dio un bufido.

– Mientras tú sufres en noble silencio. ¡Hombres!

Estaba tan distraída hablando con Buck que no se fijó en que la música había parado. No le hizo ninguna gracia ver que Adam y Velma se habían acercado a su mesa.

– ¿Os importa que nos sentemos? -preguntó Adam.

Tate se mordió el labio para no decir algo censurable. Enlazó su brazo con el de Buck, sonrió de oreja a oreja y dijo:

– ¡Por supuesto! Nos encanta tener compañía, ¿verdad, Buck?

Era difícil saber cuál estaba más sorprendido por su actuación, si Buck o Adam. Lo que no esperaba Tate fue el brillo que iluminó los ojos verdes de Velma cuando ella enlazó su brazo con el de Buck. «Vaya, vaya, vaya», pensó. «Puede que aquí haya bastante más salsa de la que parece».

Adam hizo las presentaciones y, tras sentarse, llamó a una camarera para pedir unas bebidas.

– No esperaba verte aquí -le dijo Tate a Adam.

– Me gusta bailar y Velma es una gran pareja.

Tate supuso para qué otra cosa sería una buena pareja. Se había fijado en que la pelirroja tenía muy buen sentido del ritmo.

Buck permaneció en silencio, completamente rígido. ¿Sería Adam tan insensible como para no percibir las vibraciones que había entre el vaquero y su ex-esposa?

Pero Adam sabía muy bien cuánto amaba todavía Buck Magnesson a su ex-esposa. Ese era el motivo por el que había ido con Velma al baile esa tarde. Adam sabía que estando Velma allí, Buck no pasaría mucho tiempo pensando en Tate.

Había más de una forma de despellejar a un gato, pensó con satisfacción. Sabía que Tate se habría rebelado contra un ultimátum, de manera que no había protestado al enterarse de su cita con Buck. Simplemente había buscado una manera más sutil de conseguir lo que quería.

Llevar a Velma al baile le pareció la respuesta al problema. Estaba bastante seguro de que Velma seguía tan enamorada de Buck como él de ella. No le importaba jugar a hacer de Cupido, sobre todo si eso significaba separar a Tate de su viril y joven vaquero.

– ¿Qué tal si cambiamos de pareja? -preguntó Adam, levantándose de la silla y tomando la mano de Tate.

Antes de que ésta pudiera protestar, Buck dijo:

– Me parece bien -y tomó a Velma de la mano y se dirigió a la pista de baile.

Tate no sabía qué pensar de la treta de Adam.

– Eso me ha parecido un truco bastante rastrero -dijo cuando la otra pareja se alejó.

– Quería bailar contigo.

– ¿Seguro que no estás haciendo de casamentero?

Adam sonrió.

– ¿Tú también lo has notado?

– Creo que Buck aún la ama.

– Yo estoy seguro.

– ¿Entonces por qué has traído a Velma aquí esta noche?

– Creo que es evidente.

– Para mí no.

– Disfruto con su compañía.

– Oh.

Adam sonrió.

– Y sabía que Buck estaría aquí contigo.

Entonces obligó a Tate a hacer unos giros que impidieron que hiciera ningún comentario. Para cuando volvió a estar entre sus brazos, la canción había terminado y Adam la empujó con suavidad hacia la mesa, donde Buck y Velma estaban sentados frente a frente, discutiendo a voces.

– ¿Buck? -Tate no quería intervenir, pero tampoco estaba segura de si debía dejarlo a solas con Velma.

– Vámonos de aquí -dijo Buck, saltando del asiento y dando la espalda a Velma-. Buenas noches, Adam. Nos vemos mañana.

Mientras se alejaban, Tate oyó que Velma decía:

– Me gustaría volver a casa, Adam. ¿Te parece bien?

Tate no estaba segura de a dónde pensaba llevarla Buck cuando entraron en el coche. Pero por su sombría expresión, no parecía tener intenciones románticas hacia ella.

– ¿Quieres hablar de ello? -preguntó tras un rato de silencio.

Buck la miró rápidamente y luego volvió a fijar su atención en la carretera.

– No quiero aburrirte con mis problemas.

– Sé escuchar.

Buck suspiró y dijo:

– Velma y yo nos hicimos novios en el colegio. Nos casamos en cuanto nos graduamos. Pero Velma empezó a sentir pronto que se había perdido algo y tuvo una aventura.

Tate se mordió el labio para no emitir ningún juicio. Se alegró cuando Buck continuó hablando.

– Me enteré y me enfrenté a ella. Me pidió el divorcio y se lo concedí.

– ¿Por qué?

– Por orgullo. ¡Por estúpido orgullo!

– ¿Y ahora te arrepientes?

– Mi vida sin ella es bastante desastrosa.

– ¿Y por qué no haces algo al respecto?

– No sirve de nada. Velma no cree que pueda llegar a perdonarla por lo que hizo.

– ¿Y puedes?

– Buck tardó unos segundos en contestar.

– Creo que sí.

– ¿No estás seguro?

– Si lo estuviera, la tendría de vuelta en casa y en mi cama con más rapidez que un rayo.

Tate pensaba que estaban conduciendo sin rumbo fijo, pero de pronto se dio cuenta que estaban frente a la puerta de la casa de Adam. Vio la camioneta de éste aparcada. De manera que había vuelto a casa. Y había luz en el cuarto de estar.

Bajó de la camioneta y Buck se reunió con ella en el porche. Le pasó una mano por la cintura y se apartaron de la luz.

– ¿Puedo darte un beso de despedida, Tate?

Por un instante, Tate contuvo el aliento. Aquello se parecía tanto a la escena que tuvo lugar unos días atrás, la noche que se fue de su casa… La diferencia era que allí no estaban sus hermanos para protegerla del hombre malo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La novia huída»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La novia huída» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La novia huída»

Обсуждение, отзывы о книге «La novia huída» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x