• Пожаловаться

Lucy Gordon: Ganar una Esposa

Здесь есть возможность читать онлайн «Lucy Gordon: Ganar una Esposa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Lucy Gordon Ganar una Esposa

Ganar una Esposa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ganar una Esposa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Había perdido su tierra… ¡pero había ganado una esposa! Rinaldo Farnese y su hermano Gino acababan de descubrir que una inglesa llamada Alexandra había heredado parte de sus propiedades. Parecía haber sólo una solución para no perder la tierra: lanzarían una moneda al aire y el ganador se casaría con Alexandra. Gino era un hombre encantador, pero sólo salían chispas cuando Alex y Rinaldo se miraban… Él parecía odiarla, pero tampoco podía negar la atracción que había entre ellos.

Lucy Gordon: другие книги автора


Кто написал Ganar una Esposa? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Ganar una Esposa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ganar una Esposa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Qué has hecho estos días?

– Pues… conducir de un lado a otro.

– ¿Durante una semana?

– ¿Tengo que darte explicaciones?

– Si yo me fuera durante una semana, tendría muchas explicaciones que dar.

– Sí, bueno, déjalo. ¿Cuándo se fue Alex? -preguntó Rinaldo, evidentemente para cambiar de tema.

– Un día después que tú. Estoy esperando que llame su abogado, pero no he tenido noticias.

– Sabremos de ella cuando le interese. Está jugando con nosotros, Gino.

Ése era el mantra que se había repetido a sí mismo insistentemente durante una semana. Alex estaba jugando con ellos, por eso había hecho bien en marcharse.

Desde el día de funeral supo que no podía ser débil con aquella mujer. Y cuando la conoció un poco mejor, supo que aquel era trabajo para un hombre, no para un crío como Gino.

El antagonismo que había entre ellos fue un alivio, un respiro, pero Alex había sido inteligente, ofreciéndole simpatía y comprensión… que eran como agua en el desierto para un hombre sediento. La sensación había sido tan agradable que casi perdió la cabeza, pero escapó a tiempo.

De modo que había ganado.

Ahora, sin embargo, se encontraba solo, y su victoria estaba escapándosele entre los dedos.

– Yo no creo que estuviera jugando -dijo Gino.

– Entonces, ¿por qué está de vuelta en Inglaterra ahora, planeando su boda?

Su hermano no contestó. Pero la casa estaba tan vacía sin ella… Era como si le faltase el alma.

Rinaldo y él se quedaron un rato en la terraza, tomando un vaso de whisky.

– Hace tiempo que quería preguntarte una cosa -dijo Gino entonces.

– Dime.

– El día que papá murió, tú llegaste antes que yo al hospital… y cuando llegué ya era demasiado tarde. ¿Qué te dijo?

– Nada. Estaba inconsciente.

– Lo sé, pero… ¿no recuperó la conciencia ni durante un minuto?

– Si fuera así, te lo habría dicho.

– Resulta tan difícil de creer que se fuera sin decir nada… -suspiró Gino-. Ya sabes lo hablador que era.

Rinaldo cerró los ojos y en su recuerdo apareció la imagen de su padre, cubierto de vendas, con aquel terrible aparato de ventilación artificial.

Como a Gino, le resultaba imposible creer que un hombre tan lleno de vida como su padre estuviera allí, inerte. Había pensado que en cualquier momento abriría los ojos, que lo reconocería y empezaría a hablar.

Como le había pasado tantas veces, intentó recordar algo, no sabía qué. Pero, como siempre, algo se le escapaba, algo que parecía estar en el fondo de su mente y que no podía recordar.

Le había pasado lo mismo un día con Alex, en el granero. El fugaz momento de simpatía hizo que una puerta empezara a abrirse, pero no lo suficiente. Y ya no se abriría, porque ella se había ido.

– Ojalá pudiera decirte algo. A mí también me resulta difícil creer que se fue sin despedirse, pero no nos queda más remedio que aceptarlo. Venga, Vámonos a dormir, es tarde.

La casa estuvo en completo silencio durante una hora más o menos. Y entonces Gino se despertó, sobresaltado, con la sensación de que ocurría algo.

Nervioso, salió al pasillo, donde encontró a Rinaldo en calzoncillos.

– Hay un ladrón abajo -dijo su hermano en voz baja.

Descalzos, bajaron la escalera en silencio. Podían ver parte del salón iluminado por la luz de la luna. El resto estaba a oscuras, pero dentro oyeron pasos y luego un golpe, como si alguien hubiera tirado una silla.

– ¡Ahora!

Rinaldo se movió con rapidez, sin encender la luz. No podía ver al intruso, pero intuyó su posición y se lanzó sobre él.

Un segundo antes de que Gino encendiera la luz, oyó un golpe, seguido del grito de su hermano:

– ¡Tú!

Desde su posición en el suelo, Alex lo fulminó con la mirada.

– ¡Apártate de mí!

– ¿Qué demonios estás haciendo aquí?

– He vuelto.

– Sabía que no te olvidarías de nosotros -sonrió Gino, entusiasmado.

– Cuando me fui no sabía qué iba a pasar. Ahora lo sé… y he venido para quedarme.

– ¿Y qué ha dicho tu prometido inglés? -preguntó Rinaldo, llevándose una mano a la cabeza-. ¿Le digo a Teresa que prepare una habitación para él? A lo mejor te gustaría casarte en Belluna.

– ¡Deja de decir tonterías! -le espetó Alex.

– ¿Perdona?

– David y yo hemos roto.

– ¿Lo has dejado? -exclamó Gino.

– No, él me ha dejado a mí. La noche de la fiesta descubrí que David había vetado que entrase en la empresa como socia y que se había prometido con su secretaria.

– ¡Será cerdo!

– Así que volví a Inglaterra para decirle un par de cosas.

– Espero que lo hicieras con estilo -sonrió Rinaldo.

– Naturalmente, lo hice delante de todo el mundo. Y no te puedo contar cómo disfruté. Además, mi abogado exigirá una compensación económica por «daños morales». Luego puse mi apartamento en venta y después de eso, sólo me quedaba volver aquí.

– Podrías habernos avisado que venías… como una persona civilizada, ¿no?

– Ser civilizada no es tan divertido como yo creía. Bueno, en realidad no quería llegar tan tarde, pero tuve que esperar hasta que me dieron el coche que he comprado… Intenté no hacer ruido al entrar, pero veo que no ha servido de nada.

– Nos has dado un susto de muerte -dijo Gino.

– Sí, pero ya estoy aquí. Ahora, ésta también es mi casa. Vayan acostumbrándose, señores, porque he venido para quedarme.

Capítulo 9

Algunas mujeres se habrían gastado un dineral en ropa después de un disgusto como aquél. Alex se lo gastó en un coche huevo que dejó a los hermanos Farnese boquiabiertos. Era elegante, caro, deportivo y manejable al mismo tiempo.

– ¿Cuánto te ha costado? -preguntó Rinaldo.

– Más de lo que puedo pagar -contestó ella.

– Me quito el sombrero ante ti.

– Pienso usarlo mucho, porque estoy dispuesta a conocer Belluna palmo a palmo. No os importa, ¿verdad?

– ¿Por qué iba a importarnos?

Desde que llegó, los dos hombres la trataban con guantes de seda. Gino, tan simpático como siempre, pero un poco cortado; Rinaldo, amable, pero con cierta suspicacia.

Se acercaba la época de la cosecha y fuera donde fuera, todo el mundo parecía haber oído hablar de ella. La trataban con respeto hasta que descubrían que hablaba italiano… Entonces eran todo sonrisas.

Uno de los mejores momentos llegó una tarde que volvía a la granja y encontró a Rinaldo al borde de la carretera, con el todoterreno averiado. Además, llevaba un traje de chaqueta.

– Si te atreves a reírte…

– No pensaba hacerlo -lo interrumpió Alex-. ¿Has llamado a la grúa?

– No, he salido de casa sin el móvil. Pero te advierto…

– No seas pelma o te dejaré tirado aquí.

– De eso nada. Tú nunca caerías tan bajo -dijo Rinaldo.

– ¿Que no? -sonrió Alex, saliendo del coche-. Llevo un cable de arrastre en el maletero… pero será mejor que me dejes hacerlo a mí. No quiero que te manches ese traje tan bonito.

La respuesta de Rinaldo fue, naturalmente, quitarse la chaqueta y la camisa.

No debería haberlo hecho, pensó Alex. ¿Cómo iba a concentrarse en lo que estaba haciendo con él al lado, medio desnudo?

Debía de trabajar sin camisa a menudo, porque estaba muy moreno. Con su alta figura y aquellos hombros tan anchos parecía lo que era: un hombre viril, poderoso.

Y ella tenía que pensar en el cable… No había justicia en el mundo.

– Veo que sabes lo que haces -dijo Rinaldo.

– Si hubieras tenido que aguantar a tantos conductores machistas como yo, entenderías que una mujer tiene que aprender a defenderse por sí misma. Y los mecánicos son los peores. Una vez uno me dijo que llamase a mi marido para que le explicara qué le pasaba a mi coche… ¡Increíble, vamos!

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ganar una Esposa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ganar una Esposa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Robert Silverberg: Obsesión espacial
Obsesión espacial
Robert Silverberg
Lynsey Stevens: Volver a tus Brazos
Volver a tus Brazos
Lynsey Stevens
Christie Ridway: El Final del Camino
El Final del Camino
Christie Ridway
Отзывы о книге «Ganar una Esposa»

Обсуждение, отзывы о книге «Ganar una Esposa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.