Rebecca Winters - Entre el amor y el deber

Здесь есть возможность читать онлайн «Rebecca Winters - Entre el amor y el deber» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Entre el amor y el deber: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Entre el amor y el deber»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El doctor Raúl Cárdenas fue el primero en descubrir las consecuencias de la noche de pasión que había compartido con Heather Sanders. Al examinarla después de un accidente se dio cuenta de que se había quedado embarazada.
Raúl no tenía la menor duda de que él era el padre y estaba dispuesto a reclamar sus derechos… eso significaba que tenía dos noticias que dar a Heather: que estaba embarazada y ¡que estaba a punto de convertirse en su esposa!

Entre el amor y el deber — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Entre el amor y el deber», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– No te vayas, papá!

Heather acababa de dar el pecho al niño y lo había acostado en la preciosa cuna de madera que Raúl había mandado hacer. No había parado de hacerle regalos. Aquello tenía que cesar.

– Llevo fuera tres semanas, cariño. No puedo dejar a Lyle con todo más tiempo. Tendría que haber vuelto la semana pasada.

– ¿No puedes encontrar a alguien que te sustituya una semana más?

– No, me iré en la avioneta del correo. Volveré dentro de dos meses con Evan y Phyllis. Ahora, tu marido y tú necesitáis estar solos.

– No es así. Dentro de una semana, podré volar.

Quédate y, así, nos vamos juntos a Estados Unidos.

Se produjo un gran silencio.

– ¿De vacaciones?

– No, para siempre.

– No me lo puedo creer -dijo John-. Raúl me había comentado que temía que lo fueras a dejar, pero creí que serían imaginaciones suyas por la tensión del momento.

Heather tragó saliva.

– Tiene razón. Nuestro matrimonio estaba roto antes de salir de Buenos Aires.

– Pero si estáis el uno loco por el otro. ¿Por qué?

– Te equivocas. Raúl solo me quiso para una noche, no para toda la vida.

Su padre se puso en pie.

– Raúl no es de esos hombres que se embarcan en un matrimonio sin amor.

– No, papá. Antes de saber que estaba embarazada, se quiso deshacer de mí en cuanto me vio aquí.

– Bien hecho -dijo su padre sorprendiéndola-Sabía el riesgo que corría confinándote a vivir aquí. Tenía que estar seguro de que lo soportarías. Esto no lo aguanta cualquiera.

Heather no entendía por qué su padre estaba del lado de Raúl.

– Pero si nunca ha tenido intención alguna de dejarme vivir aquí.

– ¿Cómo que no?

– Después de la boda, me llevó al ático que tiene en Buenos Aires -dijo con lágrimas en los ojos al recordar la pelea que tuvo lugar allí. Su padre la abrazó y ella le contó todo-. No me quiere, papá, pero Raúl es un hombre de honor y lo será hasta el final. Me tengo que ir para devolverle su libertad.

– Dios mío. Todo ha sido culpa mía.

– ¿Qué dices? -dijo Heather confusa.

– Siéntate, cariño, esto va a ser largo.

Heather obedeció y él se quedó de pie con las manos en los bolsillos.

– Me temo que la culpa de que tu matrimonio se haya torcido he sido yo sin saberlo.

– ¡Pero si nos diste tu bendición!

– Sí, pero también aterroricé a tu marido.

– ¿Cómo?

– Cuando fuimos a recoger a Raúl al aeropuerto, me quedé a solas con él en el restaurante donde estábamos comiendo, porque Evan y Phyllis se fueron. Aproveché para decirle que estaba encantado de tenerlo como yerno, pero que esperaba que te animara a seguir tocando. Él me dijo que tú le habías comentado que lo querías dejar. Yo le dije que no, que eso lo decías porque estabas cegada por el amor, pero que acabarías echándolo de menos. Entonces, le conté lo que nunca le había contado a nadie, ni siquiera a ti.

– ¿Qué?

– Cuando conocí a tu madre, estaba a punto de ser concertista de piano. Egoístamente, le pedí que se casara conmigo y ella aceptó. Siempre he tenido la impresión de que sacrificó su profesión por mí. Cuando vi que tú tenías el mismo don que ella, me prometí a mí mismo que tú tendrías la oportunidad que yo le había arrebatado a tu madre.

– ¡Papá! -dijo Heather levantándose.

– Te presioné sin parar para que no dejaras el piano, recé para que no conocieras a ningún hombre hasta que estuvieras establecida como concertista, pero subestimé el poder del amor. Cuando vi a Raúl en casa de Evan aquella noche, me di cuenta de que había algo entre vosotros. Os mirabais como si no hubiera nadie más en el mundo.

Heather no olvidaría aquella noche mientras viviera.

– A propósito, hice que nos fuéramos pronto, pero ya era demasiado tarde. Sabía que Raúl estaba loco por ti y eso me enfadó.

– ¡Oh, papá! -exclamó ella entre la risa y el llanto antes de correr hacia él y abrazarlo.

– Hay más. Le hice prometer que haría todo lo que pudiera para que siguieras tocando. Le hice prometerme otra cosa… -dijo su padre con lágrimas en los ojos.

– ¿Qué?

– Tu madre y yo decidimos no contarte nunca los problemas que tenía durante el embarazo para que no te preocuparas cuando te llegara el momento. Tuvo ocho abortos. Tú fuiste su noveno embarazo. Le tuvieron que coser el útero para que no te perdiera también.

– No me lo puedo creer…

– Eso significó que tu madre y yo no pudimos tener relaciones sexuales durante el embarazo, pero no nos importó porque queríamos ser padres a toda costa. Hubo otra complicación. Tu madre tuvo que guardar cama desde el cuarto mes porque tenía una toxemia galopante.

– ¿Cómo?

Su padre asintió muy serio.

– Le canté todo esto a tu marido, de médico a médico. Pensé que debía saberlo porque aquí las condiciones son más difíciles que en una gran ciudad. Así estaría preparado si tú presentabas las mismas complicaciones que tu madre. Cariño… no habéis tenido relaciones porque Raúl no ha querido hacer nada que pudiera dañarte.

Heather sintió que el mundo se paraba.

A la luz de la explicación de su padre, lo que Raúl había dicho y hecho desde que habían salido del cháteau de sus tíos tenía lógica. Por si estaba soñando, se controló y no se puso a dar gritos de alegría.

– Papá… -dijo con el corazón a mil horas.

Su padre sonrió aliviado.

– Perdóname…

– No tengo nada que perdonarte.

– Sí. Franz me enseñó la carta que le mandaste. Me dolió darme cuenta de lo infranqueable que he sido para ti durante tanto tiempo, que no me pudieras contar la verdad. Lo siento mucho, Heather, pero te prometo que nunca volveré a fallarte.

– ¡Nunca me has fallado! -le aseguró abrazándolo-. Si no hubiera sido por ti, nunca habría ganado el Bacchauer y no hubiera podido tocar con la orquesta. Nunca habría conocido al hombre de mi vida. Ha sido el destino, ¿no lo ves?

Ambos sonrieron con gran complicidad y, en ese momento, se abrió la puerta de la cabaña.

Estaba furioso, como Heather no lo había visto nunca.

– John, si no te importa, me gustaría hablar con mi esposa a solas -tronó.

– Claro, yo ya me iba. Me llevaré a Jaime -dijo besando a su hija y tomando a su nieto en brazos.

Raúl dejó que su suegro se llevara al niño un rato porque, ni por asomo, iba a dejar que Heather y él se fueran con él en el avión de la tarde. De ninguna manera.

– ¿Qué pasa, Raúl?

– No sé qué habréis planeado tu padre y tú, pero no te vas a ningún sitio.

– No tenía pensado hacerlo.

– Eres mi mujer y debes estar conmigo.

– Lo sé -dijo acercándose.

– Heather…

Había algo diferente. Ella estaba diferente.

– Raúl… no podría dejarte aunque quisiera. Solo de pensar en ti, me invade el deseo. Ven aquí -le dijo con una sonrisa de lo más seductora.

Debía estar alucinando. Sintió que se le salía el corazón del pecho.

– No temas, Raúl. Mi padre me lo ha contado todo. Ahora sé por qué querías que me quedara en Buenos Aires y por qué no has querido hacerme el amor. Es la prueba de amor más bonita del mundo. Ya no tenemos nada que temer, querido esposo. Nunca más -añadió con voz ronca-No ha sido un camino de rosas, pero ahora todo está aclarado. Hemos llegado a ese paraíso del que me hablaste en el estudio de Evan, donde podremos hacer el amor, no solo durante semanas, sino para toda la vida. ¿Qué te parece?

Raúl se había quedado sin palabras.

Gimió y se metió en la cama con ella. Ambos gritaron sus nombres mientras se besaban con tal pasión que Raúl se dio cuenta de que Heather debía de haber olvidado que debía reponerse. El también estaba a punto de olvidarlo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Entre el amor y el deber»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Entre el amor y el deber» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Entre el amor y el deber»

Обсуждение, отзывы о книге «Entre el amor y el deber» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x