• Пожаловаться

Jill Shalvis: Una princesa en apuros

Здесь есть возможность читать онлайн «Jill Shalvis: Una princesa en apuros» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Jill Shalvis Una princesa en apuros

Una princesa en apuros: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una princesa en apuros»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¿Qué hacía una princesa en un rancho de Texas…? Había ido de primera a tercera clase, le habían robado, después se había calado en mitad de una tormenta y finalmente había acabado perdida en un rancho lleno de animales aterradores… En resumen, la princesa Natalia Brunner había tenido días mejores que aquel. Si no hubiera sido por el oportuno rescate de aquel guapísimo cowboy, se habría dado por vencida. Pero, como en las viejas películas del oeste, el sexy Tim Banning iba a pedirle que se olvidara de la corona y se quedara por allí un tiempo…

Jill Shalvis: другие книги автора


Кто написал Una princesa en apuros? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Una princesa en apuros — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una princesa en apuros», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Necesitaba oírselo decir.

– Sí, cariño -contestó Amelia en tono cariñoso-. Te entiendo. Sé que quieres demostrarte a ti misma y a todos los demás que puedes hacerlo. Sé que lo vas a hacer fenomenal. Lo único que te pido es que no pierdas la cabeza.

– Sin problema. Nos vemos pronto.

– Hasta luego, cariño.

Natalia abrazó el teléfono contra el pecho después de haber colgado.

– ¿Tiene hora?

Natalia dio un respingo ante la voz de un joven de unos veinte años que parecía estar muerto de hambre. Era alto, iba mal vestido y la miraba con ojos picaruelos.

Oh, oh. Sintió que se le aceleraba el corazón. ¿Por qué no le habría dicho a Amelia dónde estaba?

Porque podía hacerse cargo de la situación, exacto. Además, aunque pareciera una locura, estaba segura de que Amelia sabía perfectamente dónde estaba. No hacía falta que se lo dijera.

– ¿La hora? Sí, claro… -contestó mirando el reloj -. Son las tres y… ¡Eh!

El muchacho había aprovechado para agarrar la bolsa de viaje, la cazadora de cuero y el bolso e intentaba irse corriendo.

– De eso nada, guapo -le dijo -. Esto es… mío.

– ¡Suelta! -gritó el muchacho.

Natalia sintió que el miedo se tornaba ira.

– No pienso permitir que te lleves mis cosas, sinvergüenza -insistió Natalia.

– Pienso robarte todo.

– ¡Eso es lo que tú te crees!

El chico la miró tan sorprendido que a Natalia le entraron ganas de reírse.

– Se supone que tendrías que tener miedo -le dijo-. Grita, llora, lo que sea, pero no te defiendas. ¿No has dado clases de defensa personal? ¡Siempre dicen que no hay que defenderse!

– No pienso acobardarme. Pienso defenderme, ¿sabes? ¡Suelta!

Tras un buen forcejeo, Natalia perdió el equilibrio y el chico se fue con todas sus pertenencias. No sin antes sonreírle en la cara en señal de triunfo.

Natalia quedó tendida en el suelo, sin nada.

Ni siquiera orgullo.

Capítulo 3

PARA cuando Natalia consiguió ponerse en pie y limpiarse la falda, el joven ya se había perdido de vista.

– ¡Idiota! -gritó-. ¡Imbécil! -añadió preguntándose si se lo llamaba al ladrón o a sí misma.

Sintió una gota en la cara. La tormenta ya estaba allí.

Otra gota… y otra… y otra. Natalia ni se movió, se quedó allí como una tonta, confundida por todo lo que había pasado aquel día.

Estaba en mitad de la nada, sin carné de identidad, sin dinero y, lo que rea peor, sin maquillaje.

Sabía que tenía que llamar para anular las tarjetas de crédito, pero le suponía un esfuerzo en el que no podía pensar en aquellos momentos.

Empezó a llover con fuerza. La sensación del cuero mojado contra la piel resultó una experiencia nueva y desagradable.

Perfecto. Otro trueno. Se imaginó que le daba uno en la cabeza y la dejaba amnésica.

Miró a su alrededor. Completamente sola.

Pensó en llamar a casa porque el móvil no se lo había robado, pero no, tenía que poder estar sola una semana, por Dios.

«¿Y ahora?», se preguntó.

¿Qué tal un príncipe azul sobre un corcel blanco?

No fue un corcel blanco sino una furgoneta la que se paró ante ella. Natalia sintió miedo, pero luego se dijo que no le quedaba nada que robar.

Excepto ella misma, claro. El miedo se convirtió en pánico, pero el cansancio no le permitió salir corriendo.

– ¿Algún problema? -preguntó el conductor bajando la ventanilla y mirándola con unos grandes ojos verdes.

¡El Clint Eastwood del avión!

– ¿Qué le hace pensar que tengo algún problema? -preguntó poniéndose enjarras.

– Que esté aquí fuera como una rata empapada -contestó el hombre tan tranquilo.

¿Una rata empapada?

– El autobús no llega -contestó.

Daría lo mismo que llegara porque el billete estaba en el bolso que le acababan de robar, pero no se lo iba a contar. El orgullo se lo impedía.

– ¿Qué hace una princesa yendo en autobús?

Natalia no contestó.

– Demonios -murmuró él saliendo de la furgoneta-. Tome -añadió quitándose la cazadora y poniéndosela sobre los hombros-. ¿Y sus cosas?

– Me las acaban de robar -dijo Natalia-. Y, justo antes, me acababan de decir que el vuelo que tenía que tomar había sido cancelado. Menudo día llevo.

– ¿Le han hecho algo? -le preguntó amablemente.

Natalia sintió que se derretía.

Estuvo a punto de contestar que no, que estaba bien, pero no era cierto. Tenía un vacío en el estómago y no era porque tuviera hambre o por el miedo que había pasado sino porque el vaquero le había puesto las manos sobre los hombros.

– ¿Princesa?

Miró a aquel hombre tan alto, curtido por el sol y sintió que se le aceleraba el corazón.

– ¿De verdad cree que soy una princesa?

El vaquero se acercó y la miró con atención.

– ¿Se ha dado un golpe en la cabeza?

Se creía que estaba loca. Pues había acertado porque no lo conocía de nada, pero sentía una imperiosa necesidad de sacar pecho y conocerlo a fondo.

«¿Diría Amelia que es una locura?»

Tim le apartó el pelo de la frente en busca de alguna herida. Se le había corrido el rimel de ojos y parecía de lo más desvalida.

– No me he golpeado la cabeza -le aseguró apartándose-. Soy princesa, de verdad. Para ser exactos, soy Su Alteza Real Natalia Faye Wolfe Brunner de Grunberg.

Tim dio un paso atrás y se quedó mirándola, pero la mujer ni sonrió.

– Mucho nombre, ¿no?

– Sí, por eso me llaman Su Alteza Real Natalia Faye.

– Sigue siendo muy largo.

– Si no me hubieran robado el bolso, le enseñaría mi carné de identidad.

– ¿Quiere ir a denunciarlo a la policía?

– No -contestó ella con el ceño fruncido-. El ladrón debe de andar ya muy lejos y lo único que conseguiría sería que mi familia insistiera en que volviera a casa. Solo necesito llegar a Taos, Nuevo México. Voy a una boda.

Lo había dicho con tono presumido y el mentón levantado, como si Tim fuera su criado. La miró divertido, echó la cabeza hacia atrás y se rió.

– A mí no me parece gracioso -dijo la princesa cruzándose de brazos.

A pesar de sus aires de superioridad, se veía que estaba muerta de frío y que no lo estaba pasando bien. Le volvió a parecer que aparentaba doce años. Si no fuera, claro, porque tenía un cuerpo de curvas para soñar.

Era la mujer más bonita que había visto en su vida y no había derecho a que un desaprensivo le hubiera robado todo. ¿Y si llegaba otro y abusaba de ella? No podía dejarla allí.

– Vamos a llamar a alguien para…

– No.

– Pero…

– ¡No! -insistió con decisión.

«Como una verdadera princesa», pensó Tim.

– Ya le he dicho que estoy bien -dijo pasándose la mano por el pelo empapado.

Estupendo. La mujer estaba bien y él… llegaba tarde. Aun así, no podía dejarla allí. Su corazón, siempre al lado de los más desfavorecidos, no se lo permitía.

– ¿Dónde me ha dicho que iba?

– Ahora mismo, a ningún sitio.

– ¿Quiere venir a mi rancho?

La mujer lo miró con los ojos entornados.

– ¿Porqué?

¿Por qué? Obviamente, porque estaba loco. No tenía suficiente con su abuela insistiendo en vivir sola y su hermana liada con el capataz…

– Porque… allí estará a salvo.

– ¿En su rancho?

– Sí -contestó pensando en todos los animales que había recogido de la calle y que vivían ya allí.

A la princesa no la iba a meter en el vallado con los demás, por supuesto, pero se la quería llevar a casa igual.

– ¿Viene?

– No por lo que usted se cree -contestó ella.

– Podrá ducharse -le aseguró confundido-, comer y descansar. Luego, si quiere… no sé, podría buscarse un trabajo.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una princesa en apuros»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una princesa en apuros» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Janelle Denison: Fantasía de seducción
Fantasía de seducción
Janelle Denison
Morgan Raye: Jack y la Princesa
Jack y la Princesa
Morgan Raye
Jill Shalvis: Sedúceme
Sedúceme
Jill Shalvis
Susan Mallery: Arenas de pasión
Arenas de pasión
Susan Mallery
Отзывы о книге «Una princesa en apuros»

Обсуждение, отзывы о книге «Una princesa en apuros» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.