Susan Phillips - Toscana Para Dos

Здесь есть возможность читать онлайн «Susan Phillips - Toscana Para Dos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Toscana Para Dos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Toscana Para Dos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La doctora Isabel Favor, autora de best séller de autoayuda, lo ha sacrificado todo para crear una gran empresa. Pero, en cuestión de semanas, todo se viene abajo: es estafada por un contable sin escrúpulos, su prometido la deja por una mujer mayor y su reputación queda por los suelos. La diva de la autoayuda no tarda en descubrir que puede solucionar la vida de todo el mundo excepto la suya. Arruinada, agotada y herida, decide ir a Italia para darse un respiro.

Toscana Para Dos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Toscana Para Dos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ella comprendió que no iba a ser fácil, no como con Michael. Apretó los dientes y se restregó contra él hasta lograr que la penetrase. Aun así, él no se movía demasiado, así que tiró de su cintura, exigiéndole rapidez, que la llevase donde quería llegar, que acabara antes de que los lloriqueos invadiesen su ebrio cerebro convirtiéndose en llanto y tuviese que enfrentarse al hecho de que estaba infringiendo todo aquello en lo que creía… y ¡eso estaba mal!

Él se echó hacia atrás y la miró con aquellos ojos ardientemente gélidos. Ella cerró los ojos para no mirarle, pues resultaba impresionante. Él deslizó la mano entre sus cuerpos y la acarició, pero su morosidad sólo empeoraba las cosas. El vino se agitaba en su estómago. Ella apartó su mano y movió las caderas. Finalmente, él captó la indirecta y empezó a embestirla de forma lenta y profunda. Ella se mordió el labio inferior y empezó a sentir las arremetidas, le apartó las manos otra vez e intentó combatir aquella cruda sensación de traición hacia sí misma.

Pasaron eones antes de que él alcanzase el clímax. Ella resistió sus embestidas esperando el momento de que se dejase caer a un lado. Cuando lo hizo, ella se levantó de la cama con un brinco.

Annette?

Ella le ignoró y se puso su ropa.

Annette? Che problema c'è?

Ella hurgó en su bolso, arrojó un puñado de billetes sobre la cama y salió de la habitación.

4

Dieciocho horas más tarde, el terrible dolor de cabeza aún no había remitido. Se encontraba en algún lugar al suroeste de Florencia, en plena noche, conduciendo un Fiat Panda por una carretera desconocida con indicaciones en un idioma que desconocía. Su vestido de punto estaba hecho un ovillo bajo el cinturón de seguridad, y se había sentido demasiado mareada como para peinarse.

Se odiaba a sí misma por sentirse tan desorganizada, alterada y deprimida. Se preguntó cuántos errores podía cometer una mujer hasta dejar de poder llevar la cabeza bien alta. Teniendo en cuenta el actual estado de su cabeza, demasiados.

Una señal quedó atrás antes de que pudiese descifrarla. Disminuyó la velocidad, se detuvo en el arcén y dio marcha atrás. No temió que alguien pudiese chocar por detrás, porque no había visto un solo coche en muchos kilómetros.

La campiña de la Toscana tenía fama de ser preciosa, pero ella había viajado de noche, así que no había visto demasiado. Debería haberse levantado más temprano, pero no consiguió salir de la cama hasta mucho después del mediodía. Después se limitó a sentarse ante la ventana y fijar la vista, intentando rezar, pero fue incapaz de hacerlo.

Los faros del Panda iluminaron la señal: casalleone. Torció en la rotonda para observar las diferentes direcciones y comprobar que, de algún modo, se las había ingeniado para tomar la carretera adecuada. Dios protegía a los tontos.

Pero ¿dónde estabas anoche, Dios?

En algún lugar lejano a ella, sin duda. Pero no podía culpar a Dios, ni a todo el vino que había bebido, por lo ocurrido. Sus propios defectos de carácter la habían llevado a cometer aquella monumental estupidez. Había traicionado todo aquello en lo que creía, sólo para descubrir que la doctora Favor estaba en lo cierto, como solía suceder: el sexo no podía curar las heridas del alma.

Se adentró en la carretera. Como muchas otras personas, sus heridas interiores se habían originado en la niñez, pero ¿hasta cuándo puede uno culpar a sus padres de sus propios errores? Sus padres habían sido profesores universitarios sumidos en el caos y los excesos emocionales. Su madre, una gran bebedora, era brillante e intensamente sexual. Su padre, bebedor, brillante y violento. A pesar de ser autoridades en sus respectivos terrenos académicos, ninguno de los dos poseía plaza fija en la universidad. Su madre tenía una autoindulgente tendencia a mantener relaciones íntimas con sus alumnos, y su padre sentía predilección por meterse en líos con sus colegas. Isabel había pasado su niñez de una ciudad universitaria en otra, testigo involuntaria de unas vidas fuera de control.

Mientras los otros niños intentaban zafarse de sus padres, Isabel rezaba por una armonía familiar que nunca llegó. Sus padres, por el contrario, la usaban como arma arrojadiza en sus batallas. En un acto desesperado de autopreservación, se fue de casa al cumplir los dieciocho. Se había mantenido a sí misma desde entonces. Su padre había muerto seis años atrás por problemas hepáticos, y su madre le siguió poco después. Cumplió con ellos al final, pero no les echó de menos tanto como le dolió que hubiesen malgastado sus vidas.

Los faros iluminaron unas pintorescas casas de piedra al borde de la estrecha carretera. A medida que avanzaba, vio una serie de tiendas, cerradas a esas horas de la noche. Todo en aquel pueblo parecía antiguo y poco corriente, a excepción del enorme póster de una película de Mel Gibson en la pared de una casa. En letras pequeñas, bajo el título, pudo leer el nombre de Lorenzo Gage.

Fue entonces cuando cayó en la cuenta. Dante era la viva imagen de Lorenzo Gage, el actor que había provocado el reciente suicidio de su actriz favorita.

El estómago se le revolvió otra vez. ¿Cuántas películas de Gage había viste ¿Cuatro? ¿Cinco? Demasiadas, según su punto de vista, pero a Michael le encantaban las películas de acción, cuanto más violentas mejor. Ahora ya no tendría que ver ninguna más.

Se preguntó si Gage sentiría remordimientos por la muerte de Karli Swenson. Tal vez se habría convertido en otro detalle a añadir en su historial de donjuán. ¿Por qué los chicos malos fascinaban a las buenas mujeres? La fantasía del rescate, suponía: la necesidad de creer que eran las únicas mujeres capaces de transformar a aquellos perdedores en maridos y padres como Dios manda. Pero eso no resultaba nada fácil.

Llegó hasta el límite del pueblo y giró en otra rotonda para ver los carteles indicadores. «Siga el camino a Casalleone unos dos kilómetros y gire a la derecha cuando llegue al mono herrumbroso.»

¿Mono herrumbroso? Se imaginó a King Kong teñido de mala manera. Dos kilómetros después, los faros perfilaron una extraña forma a un lado de la carretera. Aminoró y vio que el mono herrumbroso no era un gorila sino los restos de un motocarro, uno de aquellos minúsculos vehículos tan queridos por los campesinos europeos. Éste en particular había sido muy famoso en su tiempo, con sus tres ruedas, aunque los neumáticos hacía tiempo que habían desaparecido.

Cuando giró, las piedras golpearon contra los bajos del coche. Una señal indicaba la entrada de Villa dei Angeli. «Villa de los Ángeles», se dijo, y encaminó el Panda hacia otra serie de curvas ascendentes antes de ver las verjas de hierro que indicaban el camino de entrada a la villa. El camino de grava que buscaba estaba un poco más allá. Era poco más que un sendero, y el Panda fue dando tumbos como si descendiese por una colina, hasta tomar una curva cerrada.

Una edificación apareció frente a ella. Pisó el freno. Por un momento se limitó a mirar. Finalmente apagó el motor y las luces y apoyó la cabeza contra el asiento. La desesperación la embargó. Aquella maltrecha pila de piedras era la casa campestre que había alquilado. Nada de hermosa restauración, como había asegurado el agente inmobiliario, sino un montón de pedruscos que parecían haber sido un establo para vacas.

Soledad. Descanso. Contemplación. Acción. La curación sexual ya no formaba parte de su plan. Ni siquiera pensaba en ello.

La casa ofrecía soledad, pero ¿cómo podría descansar allí, encontrar siquiera la atmósfera que condujese a la contemplación, cuando lo que tenía ante sus ojos era una ruina? Y necesitaba contemplación si quería completar el plan de acción que había trazado para que su vida volviese a tomar impulso. Sus errores se acumulaban. Ya no recordaba cómo era sentirse competente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Toscana Para Dos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Toscana Para Dos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Susan Phillips - Wymyślne zachcianki
Susan Phillips
Susan Phillips - What I Did for Love
Susan Phillips
Susan Phillips - This Heart Of Mine
Susan Phillips
Susan Phillips - Nacida Para Seducir
Susan Phillips
Susan Phillips - Kandydat na ojca
Susan Phillips
Susan Phillips - It Had To Be You
Susan Phillips
Susan Phillips - Imagínate
Susan Phillips
Susan Phillips - Fancy Pants
Susan Phillips
Susan Phillips - Glitter Baby
Susan Phillips
Отзывы о книге «Toscana Para Dos»

Обсуждение, отзывы о книге «Toscana Para Dos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x