Susan Mallery - El jeque y la princesa

Здесь есть возможность читать онлайн «Susan Mallery - El jeque y la princesa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El jeque y la princesa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El jeque y la princesa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ella iba en busca desus raíces… no de un jeque. Cuando la responsable profesora Zara Paxton decidió viajar a la lejana Bahania, fue sólo con el propósito de encontrar al padre que jamás había conocido. Pero resultó que ese padre no era otro que un rey… que enseguida puso a su «princesa» bajo la protección de un musculoso y fascinante jeque. El duro Rafe Stryker no creía en el amor, por eso precisamente no comprendía cómo era posible que aquella muchacha con gafas se le hubiera colado en el corazón con su inocencia. Una inocencia que en ocasiones le hacía olvidar que dejarse llevar por el deseo sería toda una traición.

El jeque y la princesa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El jeque y la princesa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Hassan acarició una de las mejillas de Zara y siguió hablando.

– Tu madre era más joven que tú cuando nos conocimos. Yo también era joven, y muy orgulloso y seguro de mí mismo. Estaba de visita en Nueva York y fui a ver un espectáculo de Broadway; después de la representación asistí a una fiesta con los actores. Tu madre me había llamado la atención desde el preciso momento en que salió al escenario, así que me las arreglé para conocerla. Fue amor a primera vista.

Zara había intentado mantener la calma y controlar sus emociones, pero oír cosas sobre su madre empezaba a ser demasiado para ella. Fiona no solía hablar del pasado, y desde luego nunca de su padre.

– He visto fotografías de su época como actriz. Era muy bella…

– Más que eso. Tenía docenas de admiradores, pero nos gustamos en cuanto nos vimos. Sólo queríamos estar juntos, los dos solos, y siempre lo hacíamos cuando yo viajaba a tu país -dijo el rey, sonriendo con tristeza-. Le pedí que se casara conmigo, pero no quiso.

– ¿Está bromeando? -preguntó Cleo, sin darse cuenta de lo que hacía-. Oh, lo siento…

Hassan se encogió de hombros.

– Yo también me sorprendí. Entonces estaba casado, pero le dije que me divorciaría de mi anterior esposa para casarme con ella. Sin embargo, Fiona se negó. Decía que no podría ser feliz viviendo siempre en el mismo sitio, aunque fuera tan bonito como Bahania.

– Sí, es verdad, mi madre adoraba viajar -explicó Zara, todavía sorprendida por lo que estaba oyendo.

– ¿Se casó con alguien? -dijo el rey, tímidamente -. Me lo he preguntado muchas veces…

– No, no lo hizo. Nos mudábamos constantemente, y aunque siempre tuvo infinidad de amigos, ningún hombre fue especial para ella. Solía decir que ya se había enamorado una vez y que no tenía intención de hacerlo otra vez.

Hassan cerró los ojos brevemente.

– Sí. Le entregué mi corazón, y cuando se marchó, se lo llevó con ella. Me gustaría pensar que a ella le pasó lo mismo, pero ya nunca lo sabremos… En aquella época no comprendí por qué quería abandonarme, pero ahora lo entiendo. Supongo que supo que estaba embarazada y decidió alejarse porque sabía que yo insistiría en que nos casáramos. Además, es lógico que quisiera proteger a su hija.

– ¿Protegerme? -preguntó Zara, confundida-. ¿De qué?

– De las leyes de Bahania. Exigen que los príncipes y princesas crezcan en palacio, así que probablemente tuvo miedo de que insistiera en que crecieras aquí e incluso de la posibilidad de perderte si se negaba a casarse conmigo -explicó el monarca-. Cuando se marchó habría dado cualquier cosa por tener parte de ella. Y ahora, estás aquí…

Zara sonrió.

– Sí, bueno, todo esto es muy extraño…

– ¿Cómo me has encontrado, por cierto?

– Cuando leí las cartas, comprendí que lo imposible podía ser cierto.

– Zara insistió en que entráramos en el palacio con la visita guiada, aunque yo quería que llamáramos directamente a la puerta -intervino Cleo -. Ella dijo que los guardias no nos habrían dejado entrar.

El rey sonrió.

– Me temo que Zara tenía razón. Por encantadoras que seáis, los guardias no os habrían dejado entrar. Aunque también sospecho que una joven tan bella como tú debe de tener cierta influencia sobre los hombres… Tendré que advertir a mis hijos que se anden con cuidado.

– Oh, no me interesan los príncipes. Son todos iguales: ricos, poderosos… al cabo de un tiempo, aburren -bromeó.

Zara se levantó de repente y se dirigió hacia el balcón. Rafe la siguió.

– ¿Te encuentras bien? -preguntó.

Ella negó con la cabeza.

– ¿Cómo podría encontrarme bien en tales circunstancias?.

– Supongo que no podrías en ningún caso.

– Todo es tan confuso…

Hassan se unió a ellos y dijo:

– No hay razón para sentirse confundidos. La situación es muy sencilla: después de veintiocho años, mi hija ha vuelto a mi lado.

– Haces que suene tan normal… -dijo Zara, tuteándolo por primera vez.

Su padre asintió.

– Esto es extraño para los dos, y es posible que necesitemos un tiempo para asumirlo. Pero me gustaría que tuvieras ocasión de conocer mi mundo. Bahania es un país afortunado por sus gentes y sus recursos naturales, un país muy bonito. Tengo una idea… ¿Qué os parece si Cleo y tú os venís a vivir al palacio?

– ¡Magnífico! Creo que me gustará tenerte en mi familia.

Cleo empezaba a sentirse tan cómoda en aquella situación que también había empezado a tutear al rey.

Sin embargo, Zara no estaba tan segura sobre la oferta.

– Nuestro hotel es muy cómodo -mintió.

– Pero tú eres mi hija. Y como tal, el palacio es tuyo. Te sentirás bien aquí, ya lo verás; y tendremos ocasión de pasar mucho tiempo juntos.

– Creo que deberíamos pensarlo con más detenimiento -insistió Zara-. Ya no hay duda de la relación entre mi madre y tú, pero tal vez deberíamos hacernos análisis para asegurarnos.

– Sé quién eres. Has vuelto a mí después de tanto tiempo y eso es lo único que importa. No perdamos más el tiempo: recoge tus cosas y ven a vivir conmigo.

Zara echó un vistazo a su alrededor, como buscando ayuda. Sus ojos se clavaron en Rafe, quien parecía ser la única persona cuerda de la sala.

– ¿Tú también estarás aquí? -le preguntó-. ¿Estarás en palacio? ¿Vives aquí?

Rafe asintió.

– Sí, al menos durante las próximas semanas.

Hassan lo miró y dijo:

– Has encontrado a mi queridísima hija y me la has traído, Rafe Stryker. Por tanto, la dejo a tu cuidado.

– Pero Alteza, yo…

Hassan lo cortó con un simple gesto de la mano.

– Mi decisión está tomada. Sólo te confiaría a ti su seguridad. Pero no te preocupes; será una solución temporal, hasta que tengas que volver a tu trabajo habitual.

– No lo entiendo -dijo Zara-. ¿Qué significa eso de confiarle mi seguridad?

– Significa que será tu guardaespaldas. Te protegerá con su vida si es necesario.

Capítulo 4

RAFE estuvo a punto de gemir. Se acababa de meter en un buen problema.

Proteger a la realeza no era algo nuevo para él; desde hacía tres años estaba encargado de la seguridad del príncipe Kardal. Pero proteger a la nueva hija del rey, a quien sin duda se convertiría pronto en su preferida, era asunto bien distinto. Sobre todo, porque el concepto proteger, aplicado a aquel caso, significaba sin lugar a dudas que el rey quería que se asegurara de que no mantuviera relaciones complicadas con nadie. Por ejemplo, relaciones sexuales.

Aquello significaba una complicación doble porque desde el principio se había sentido atraído por ella. Y ahora, no tendría más remedio que controlar sus emociones e impedir que la libido se impusiera a su sentido común.

Intentó protestar de nuevo, pero el rey insistió.

– Solamente será algo temporal -dijo otra vez-. Soy consciente de tus responsabilidades con mi yerno.

Cleo se echó hacia atrás su rubia melena y dijo:

– Lo que está diciendo tu padre es que Rafe tendrá que cuidar de ti a toda costa. En cambio, yo podría ser secuestrada por terroristas y torturada y a nadie le importaría en absoluto.

Hassan sonrió.

– No, te equivocas. Rafe también se encargará de ti -dijo-. Mientras estés bajo mi techo, tu seguridad es tan importante para mí como la de Zara. Además, eres la hermana de mi querida hija.

Zara parecía tan vulnerable que el rey se acercó a ella y la abrazó una vez más.

– Te dejo en manos de tu guardaespaldas. Rafe se encargará de hacer los preparativos para que vengáis a vivir a palacio. Estoy deseando que vengas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El jeque y la princesa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El jeque y la princesa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El jeque y la princesa»

Обсуждение, отзывы о книге «El jeque y la princesa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x