LaVyrle Spencer - Promesas

Здесь есть возможность читать онлайн «LaVyrle Spencer - Promesas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Promesas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Promesas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Emily Walcott es una jovencita voluntariosa y temperamental, así como una hija obediente y dispuesta a acatar el futuro que sus padres han decidido para ella. Su vida en Sheridan transcurre plácidamente entre la herrería de su padre y los libros de veterinaria, carrera a la que dedica toda su pasión. Charles, amigo de la infancia y futuro esposo, no parece despertar en ella más que un sentimiento de afecto fraternal.
Tom Jeffcoat, un joven emprendedor y apuesto, llega a la población con el fin de instalar una herrería, convirtiéndose así en competidor del señor Walcott. Su sola presencia provoca en Emily verdadero fastidio.
Ambos librarán una feroz batalla en la que el rechazo acabará dando lugar a una pasión desenfrenada que les arrojará a un abismo insondable. Tan insondable como sus propios sentimientos.
La sociedad victoriana de finales del siglo pasado, con sus debilidades y defectos, es el escenario que la autora elige para sus personajes, describiendo la vida de la época en un pueblo del pujante oeste norteamericano.

Promesas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Promesas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Porque estuviste a punto de perderme?

– Porque estuve a punto de perderte. Y porque la vida es preciosa y ya desperdiciamos mucho de las nuestras.

Una vez más, Edwin posó su boca en la de ella y le levantó la cara tomándola de la barbilla, en un tierno redescubrimiento. En un momento dado, la instó a separar los labios y la probó plenamente, sin soltarle las mandíbulas, pues tocarla en cualquier otro punto habría sido precipitar esta dulce reunión que esperaron tanto tiempo. Casi sin levantar la cabeza, murmuró:

– Tenemos un huésped en la casa.

– Está dormido.

– Y Frankie.

– Él también está dormido, pero creo que no me importaría si cualquiera de los dos abriese la puerta en este momento y entrara. Oh, Edwin, mi corazón ha sido tuyo mucho tiempo sin que nadie lo supiera.

– Te amo, Fannie Cooper. Te he amado mucho más tiempo que a cualquier otro ser humano sobre la tierra.

– Y yo te amo a ti, Edwin Walcott… tanto como podría amar a cualquier marido, a cualquier padre de mis hijos, cosa que siempre fuiste en mi corazón. Te amo de manera incondicional… desvergonzada.

– Oh, Fannie, Fannie. -En su voz ardió la pasión, y derramó besos febriles en la cara y el cuello de la mujer-. Tendríamos que haber hecho esto hace años.

– Lo sé.

Puso las manos a los lados de los pechos, que llenaron sus manos, mientras la besaba otra vez al sentir, por fin, que la represión de toda una vida quedaba de lado. Mientras las lenguas se unían, encontró el lazo del cinturón y lo soltó sin demora, metió las manos dentro y la acarició a través del fino camisón de muselina: los pechos, las nalgas, la espalda; luego la atrajo hacia sus caderas y descubrió que los cuerpos se amoldaban tal como lo recordaba. Se apartó repentinamente.

– Déjame quitarte. -Las manos de ella se alzaron al mismo tiempo que las de él y le quitó las prendas con un solo movimiento fluido, dejándolas en un montón, a los pies de ella-. Ohh… Fannie. -La mirada fue bajando de la sonrisa plácida a sus propias manos grandes que levantaban los pechos, mientras los pulgares acariciaban sus cimas. Apoyó una palma sobre el abdomen plano, examinó con los dedos el nido de rizos femeninos del color del sol poniente-. Sabía que eras así. Pequeña… blanca… pecosa… Adoro tus pecas.

– Oh, Edwin, a nadie le gustan las pecas.

– A mí sí, porque son tuyas.

Besó las que cubrían los lugares más íntimos, mientras la mujer le miraba la cabeza desde arriba y adoraba ese cuadro del hombre postrado ante ella. Hasta que lo instó a levantarse.

– Estoy impaciente… quiero verte a ti, Edwin. -Él se puso de pie, levantó los brazos y Fannie le quitó el camisón, que fue a parar junto con su propia ropa, con tanto cuidado como una semilla arrojada al viento-. Oh, Dios… -lo elogió, extendiendo una mano sobre el pecho hirsuto, bajándolo por el vientre, y más, tocándolo por primera vez con los nudillos-. Eres magnífico -exhaló, contemplando sus propios dedos que recorrían la carne caliente.

Edwin lanzó una carcajada honda y afectuosa.

– ¡En verdad eres desvergonzada, Fannie!

– Totalmente.

Sonrió, ofreciendo su cara al beso, mientras lo aferraba con la mano sin el menor indicio de timidez.

Al primer contacto, un estremecimiento lo recorrió.

– Fannie… -susurró, con voz ronca y quebrada.

La tocó de la misma manera, sin cohibirse, en su interior cálido y húmedo, haciéndola estremecerse, acurrucarse un poco y aspirar el aliento. La estimuló hasta que se arqueó murmurando:

– Oh, Edwin… por fin… y es tan bueno…

En pocos segundos, la ansiedad los dominó y les causó pesadez en los miembros. Edwin la alzó, la llevó a la cama y se dejó caer al lado, besándole los pechos y el vientre, murmurando frases contra la piel, mientras le acariciaba el cabello con las manos.

Fannie estaba totalmente despojada de falso recato y le facilitó el acceso donde Edwin buscaba, tocaba, exploraba. Siempre fue una mujer que supo lo que quería y, cuando estaba decidida, como en ese momento, se sentía libre.

– Ahora me toca a mí -susurró, poniéndolo de espaldas y tomándose las mismas libertades que había permitido.

Donde él la había tocado, lo tocaba ella. Donde la besó, también lo besaba, hasta que cada uno conoció los sabores y las texturas del otro, tanto tiempo negadas. Sólo cuando quedó satisfecha le permitió dominar otra vez.

Tendida de espaldas, Fannie se estiró como una gata, sonriendo primero para sí y luego para él, mientras Edwin la acariciaba y la veía arquearse sin ocultar su placer. Así, estirada boca arriba, con los brazos hacia arriba, experimentó un orgasmo grandioso, que la hizo alzarse y estremecerse con inesperada velocidad bajo las manos de Edwin. En medio de sus últimos espasmos, le besó el pecho y le dijo con la boca pegada a la piel:

– También sabía que serías así. Fannie, eres maravillosa.

– Mmm… -murmuró, con los ojos cerrados, los labios esbozando un gesto de franco deleite-. Ven…

Y con las manos pequeñas lo incitó, lo guió, lo acomodó donde tendría que haber estado desde que tenían diecisiete años, totalmente encima de su cuerpo expectante que le daba la bienvenida.

Cuando la penetró, Fannie dejó los ojos abiertos, los pies contra la cama, las caderas elevadas para recibirlo. Se hundió a fondo… la primera vez, a fondo.

– Ah… -suspiró, cuando se apoderaron de lo que les pertenecía.

Fannie sonrió contemplando cómo se mezclaban los rizos negros con los rojizos de ella.

– Juntos somos hermosos, ¿no?

– Hermosos -admitió Edwin.

Cuando se movió, ella se movió al unísono, hechizada por la maravilla de sus cuerpos, que expresaban lo que habían sentido tanto tiempo. En un momento, Fannie echó la cabeza atrás, la barbilla alta, meciéndose contra él. Cuando Edwin tembló, lo miró y pensó en lo hermoso que era ese rostro, atrapado en las agonías del orgasmo. Miró hasta el fin, gozando de contemplar esos ojos cerrados, los brazos temblorosos del hombre que esperaba la última oleada de sensaciones.

Cuando esta pasó, abrió los ojos.

Se sonrieron con una ternura recién descubierta. Durante muchos años, creyeron que no era posible amar más, pero descubrieron, asombrados, la fuerza de sus propios sentimientos ahora que se habían compartido físicamente.

– Edwin… -Le encerró entre las manos la mandíbula sedosa y la acarició-. Mi bienamado Edwin. Ven más cerca. Déjame tenerte como siempre soñé con tenerte… después.

Se relajó sobre ella, entibiándole el cuello con el aliento, humedeciéndolo con un suavísimo beso. El de un hombre cansado.

– Estoy muy cansado -admitió, con palabras casi ininteligibles pronunciadas contra la piel de Fannie.

– Y tan hermoso.

Sonrió, casi exhausto.

– Te casarás conmigo, Fannie… -murmuró, ya adormilándose-, pronto, ¿verdad?

La mujer sonrió hacia el techo, pasando los dedos por el cabello limpio y húmedo.

– No lo dudes, Edwin -respondió, serena-. Pronto.

Llegó el amanecer, cruzó la cama de ellos y otra, en otra parte del pueblo.

Tom Jeffcoat flexionó las piernas e hizo una mueca con los ojos cerrados. Los abrió y vio franjas de sol oblicuas en el techo… el oro intenso de las primeras horas del día. Afuera, lejos, ladró un perro. En los aleros, piaron los gorriones. Sentía frío en los hombros desnudos y captó en el cuarto un olor que le recordaba al carbón. Tragó, sintiendo la garganta seca, ardiente y recordó: el fuego, el establo… los caballos… Emily… Charles.

Desconsolado, cerró los ojos.

Oh, Dios, no me ha quedado nada.

El colchón se sacudió apenas. Giró la cabeza y allí estaba Emily, sucia, floja, dormida sobre la mecedora, con los pies calzados con medias sucias apoyados en el colchón.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Promesas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Promesas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


LaVyrle Spencer - The hellion
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Y el Cielo los Bendijo
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Un Puente Al Amor
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Perdón
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Otoño en el corazón
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Osobne Łóżka
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Maravilla
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Los Dulces Años
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - La chica del pueblo
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Juegos De Azar
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Hacerse Querer
LaVyrle Spencer
LaVyrle Spencer - Dulces Recuerdos
LaVyrle Spencer
Отзывы о книге «Promesas»

Обсуждение, отзывы о книге «Promesas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x