Lynne Graham - Un Hijo Para El Magnate

Здесь есть возможность читать онлайн «Lynne Graham - Un Hijo Para El Magnate» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un Hijo Para El Magnate: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un Hijo Para El Magnate»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Sergei Antonovich, multimillonario ruso, era famoso por estar rodeado permanentemente de supermodelos y aspirantes a actrices; pero ninguna de ellas era adecuada para convertirla en su esposa. ¿Podría cumplir el mayor deseo de su abuela y ofrecerle un nieto?
¿Por qué no tratar todo el asunto como si fuera un negocio? Sin emoción alguna; sólo con un contrato de conveniencia que le asegurara lo que quería: una esposa con la que acostarse, de la que disfrutar y a quien dejar embarazada para después… abandonarla.

Un Hijo Para El Magnate — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un Hijo Para El Magnate», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Un segundo más tarde, Sergei se asustó al pensar que no se había puesto un preservativo. Se había casado con ella para que le diera un hijo, pero sus prioridades habían cambiado de tal forma que no quería dejarla embarazada tan pronto, antes de que pudieran disfrutar a fondo de su relación.

Se apartó de ella, se tumbó de lado y le pasó un brazo alrededor del cuerpo.

Bihla chudyesna … Ha sido maravilloso -dijo, mientras le daba un beso en la mejilla-. Pero me temo que deberíamos volver a la fiesta. Los invitados nos echarán de menos.

Alissa se sintió tan mortificada al recordar lo de la fiesta que se levantó de la cama a toda prisa; pero cayó en la cuenta de que no tenía más ropa para ponerse que las braguitas y el sostén y tiró de la sábana con violencia, para enrollársela alrededor del cuerpo. Sergei la miró con humor.

– Lo que se oculta, siempre resulta más fascinante -murmuró él con voz suave-. Y bastante más tentador para un hombre como yo que una faldita corta y un escote generoso…

– Tentarte a ti es lo último que pretendo -espetó.

Con sus ojos brillantes, su cabello revuelto y la barba que empezaba asomar en su mandíbula y a enfatizar la forma de su boca, Sergei le pareció una especie de dios pagano, enormemente bello y magnético.

Alissa lo odió por eso y se odió a sí misma por haberse entregado a él en la primera ocasión, pero pensó que de Sergei Antonovich no podía esperar otra cosa; a fin de cuentas era un tiburón de los negocios, un hombre famoso por ser imprevisible y por aprovechar cualquier oportunidad que se le presentara.

– ¿Te he hecho daño? -preguntó él.

Ella se ruborizó.

– No quiero hablar de eso. No voy a hablar de lo que ha pasado en esa cama… ¿Para qué? No volverá a ocurrir -afirmó.

Sergei admiró la forma de su cuerpo bajo la sábana y casi se sintió aliviado al saber que no quería hablar de lo sucedido; sobre todo, porque la conversación podría haber derivado en cómo su matrimonio por contrato de repente incluía las relaciones sexuales por simple y puro placer.

Al pensar en ello, se dio cuenta de que sus objetivos iniciales ya no tenían tanta importancia para él. Alissa había demostrado ser una magnífica inversión, y no había motivo alguno para que no pudiera disfrutarlo al máximo. Además, estaba seguro de que en algún momento se aburriría de ella, como se había aburrido de todas las mujeres que habían pasado por su vida. Ya la dejaría embarazada más adelante, cuando dejara de ser una novedad.

– ¡Te has aprovechado de que he bebido en exceso! -le gritó sin advertencia.

– ¿Has bebido demasiado? ¿En serio? -preguntó él, frunciendo el ceño-. Qué curioso… cuando prácticamente me has arrancado la camisa, me ha parecido que lo hacías por voluntad propia. No estropees este momento con tonterías infantiles.

– ¿Tonterías infantiles? -dijo ella, enrabietada.

– ¿Por qué te da tanto miedo? -preguntó él, sinceramente sorprendido por su actitud-. Nos deseábamos y nos hemos acostado, eso es todo.

– No, eso no es todo, Sergei…

Él la miró con desconcierto. Habría comprendido su reacción si Alissa hubiera sido una mujer romántica, pero no lo era; ninguna mujer romántica habría aceptado una suma enorme de dinero a cambio de casarse con un desconocido, quedarse embarazada de él y renunciar después a su hijo.

– Alissa, ya es tarde para arrepentirse.

Indignada, Alissa corrió al cuarto de baño y se miró en el espejo. Ya no parecía una novia perfecta; tenía el pelo revuelto y su maquillaje había desaparecido. Además, su relación con Sergei acababa de cambiar radicalmente.

Se metió en la bañera y se duchó con cuidado de no mojarse el pelo. Después, cuando se estaba secando, Sergei llamó a la puerta. Alissa abrió un poco, lo justo para que pudieran hablar.

– Voy a ducharme al otro cuarto de baño -dijo él.

Consternada, Alissa abrió la puerta del todo y lo miró, Sergei sólo llevaba los pantalones y la camisa, pero abierta.

– ¡Por Dios! ¡Vístete bien antes de salir!

– ¿Por qué?

Alissa lo miró como si pensara que la pregunta de Sergei era la más irracional y estúpida del mundo,

– Porque si sales así, las mujeres que me están arreglando el vestido sabrán lo que hemos estado haciendo.

– ¿Y qué? ¿Qué importancia tiene eso? -preguntó él con ironía-. Nos hemos casado, hemos hecho el amor… es completamente normal

Alissa respiró a fondo, intentando tranquilizarse.

– Si no te vistes, no te lo perdonare nunca -le advirtió.

– Pero si lo van a saber de todas formas… -dijo él, impacientándose-. Como te has estropeado el peinado, le he pedido a la peluquera que pase por la habitación y te lo vuelva a hacer.

Alissa se puso roja como un tomate y no pudo hacer otra cosa que asentir, tensa, y cerrarle la puerta en las narices.

Cuando por fin volvieron a la fiesta, se sentía tan avergonzada, que creyó que no lo podría soportar. La gente la miraba con humor y complicidad, porque todo el mundo sabía que, si Sergei desaparecía con una mujer, sólo podía pasar una cosa. Pero a pesar de ello, disimuló y mantuvo el aplomo.

Al ver que Yelena le sonreía, se acercó a darle conversación. Por suerte, estaba con un hombre barbudo que resultó ser un profesor jubilado que vivía en el pueblo de la anciana y que conocía su idioma, de modo que les sirvió de intérprete. Antes de que se diera cuenta, Alissa se sorprendió hablando a Yelena sobre el divorcio de sus padres.

Sergei se unió a ellos y charló un rato con su abuela antes de tomar a su esposa de la mano y llevarla a la pista de baile. Alissa contempló su atractivo rostro, y se estremeció. Se sentía vulnerable e insegura. Su relación había cambiado de un modo tan repentino, que no sabía qué hacer.

Al cabo de un rato, Sergei la sacó de la pista y la llevó hacia una puerta lateral del edificio.

– ¿Adónde vamos? -preguntó ella.

– Nos marchamos de aquí. Yelena tiene razón; pareces agotada -respondió él-. Estás blanca como un fantasma, angil moy

Capítulo 6

Cuando subieron a la limusina, Sergei notó el rubor repentino de Alissa y le puso un dedo debajo de la barbilla para que lo mirara a los ojos.

– Veo que sigues enfadada conmigo.

– No, no estoy enfadada; ni voy a decir más tonterías infantiles. Soy consciente de que lo que ha pasado entre nosotros ha sido cosa de los dos -dijo ella, bajando los párpados.

Sergei sonrió. Evidentemente, Alissa seguía enfadada con él e intentaba ocultarlo, pero era tan transparente que no lo conseguía. Aquello le pareció muy atractivo; no estaba acostumbrado a que las mujeres se comportaran de ese modo.

Además, su carácter seguía siendo un misterio para él. En más de un sentido, Alissa era todo lo contrario a lo que había leído en los informes psicológicos. En lugar de ser fría, era cálida; en lugar de indiferente, apasionada; y en lugar de ser superficial e individualista, era profunda y adoraba a su familia. De hecho, se había comportado maravillosamente bien con su abuela.

Se sacó una cajita del bolsillo y dijo:

– Tengo un regalo para ti.

– ¿Otro regalo? -preguntó ella con incredulidad.

– Siempre recompenso la excelencia -explicó él-. Y hoy has superado todas mis expectativas.

– ¿En la boda? ¿O en la cama? -ironizó.

Sergei soltó una carcajada.

– En todas partes, angil moy .

A regañadientes, Alissa abrió la cajita y encontró un collar de diamantes tan fabuloso que parecía una de las joyas de la Corona que se exhibían en la Torre de Londres. Había decidido que no se mostraría impresionada, pero no pudo evitarlo; las piedras eran perfectas, preciosas, y entre todas ellas destacaba el colgante, en cuyo centro había una esmeralda enorme.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un Hijo Para El Magnate»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un Hijo Para El Magnate» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un Hijo Para El Magnate»

Обсуждение, отзывы о книге «Un Hijo Para El Magnate» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x