Jacquie D’Alessandro - Caricias de fuego

Здесь есть возможность читать онлайн «Jacquie D’Alessandro - Caricias de fuego» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Исторические любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Caricias de fuego: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Caricias de fuego»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Genevieve Ralston sabía cómo satisfacer a un hombre; pero cuando su amante la abandonó sin contemplaciones, se dijo que no querría nada más con el sexo opuesto. Hasta que conoció a Simon, un caballero atractivo e inquietante del que no podía apartar las manos. Pero Simon Cooperstone, vizconde de Kilburn, era espía. Tenía la misión de recuperar una carta misteriosa que se encontraba en manos de Genevieve; y al intentar seducirla para conseguir su objetivo, olvidó poner a salvo su corazón. ¿Estaría a la altura de una amante tan sensual y experimentada?

Caricias de fuego — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Caricias de fuego», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Además, estaba segura de que podría soportar su encanto durante unos pocos minutos.

– Compartimos la debilidad por los libros -dijo él.

– ¿En serio? ¿Le gusta leer?

– Sí, cualquier cosa. Hace poco leí Frankenstein y lo encontré fascinante. Shakespeare y Chaucer son mis preferidos. Pero como no estoy acostumbrado a la tranquilidad del campo, me temo que me quedaré sin lecturas antes de que concluya mi estancia en Little Longstone -respondió.

– Tengo una buena biblioteca. Puede echarle un vistazo antes de marcharse. Estaré encantada de prestarle lo que desee.

Genevieve ni siquiera supo por qué lo había dicho. No se trataba únicamente de que aquello pudiera alargar su estancia en la casa, sino de que tendría que volver a ella para devolverle los libros que le prestara.

– Es una oferta muy generosa. Gracias. ¿Qué tipo de libros le gusta leer?

– Al igual que usted, leo de todo. Sir Walter Scott, la poesía de Blake, lord Byron y Wordsworth, las novelas de Radcliffe… Acabo de terminar la Historia de la decadencia y caída del imperio roman o, de Gibbon.

Él arqueó las cejas.

– Una lectura bien distinta a las novelas de Radcliffe…

– Desde luego. Me gusta la variedad.

– La variedad es la sal de la vida, lo que da sabor a las cosas -opinó.

Genevieve sintió un pinchazo en el corazón. Su voz era tan ronca que se sentía como si estuvieran charlando de asuntos no precisamente literarios.

– Es una frase de William Cowper…-murmuró ella.

– Es uno de mis poetas preferidos.

– También de los míos.

– Parece que tenemos mucho en común, señora Ralston.

Ella hizo caso omiso del interés evidente de su invitado.

– Y ya he notado que le gustan los gatos…

– Me gustan todos los animales.

– ¿Tiene alguna mascota?

– Actualmente no, pero las he tenido. Estoy considerando la posibilidad de buscarme un perro.

– Entonces, debería asistir al festival de otoño del pueblo, que empieza mañana. Además de los puestos de comida y artesanía, suele haber gente que vende cachorros.

– Una idea magnífica. Iré… si usted me acompaña.

Genevieve se sobresaltó y abrió la boca para rechazar el ofrecimiento, pero él siguió hablando.

– Elegir un perro es una decisión difícil. Me vendría bien una segunda opinión… No querrá que cometa una equivocación y elija al perro inadecuado, ¿verdad?

– Estoy segura de que allí habrá quien pueda ayudarlo.

– Tal vez, pero prefería contar con su opinión.

– ¿Por qué?

Simon terminó su té, dejó la taza en la mesa y se inclinó hacia delante, poniendo una mano sobre el lomo de la gata para que siguiera sobre su regazo.

– Podría decir que se lo pido porque conoce el lugar y a sus habitantes, o porque se nota que usted es una mujer inteligente. Y no mentiría con ello. Pero si he de ser sincero, le confesaré que también siento debilidad por las mujeres bellas que disfrutan de la lectura.

– Comprendo. ¿Y cree que va a salirse con la suya a base de halagos?

Él sonrió con malicia.

Ella tuvo que contenerse para no suspirar.

– Creo que disfrutaríamos del paseo. O al menos, yo disfrutaría de su compañía -contestó-. ¿Vendrá conmigo?

Genevieve sabía rechazar una invitación y estaba convencida de que debía rechazarlo. Aceptar las galanterías de aquel hombre podía llevarla a una situación como la que había vivido con Richard, y ya sabía lo que pasaba al final.

Pero no tenía por qué ser así.

Por otra parte, se sentía muy atraída por él y le agradaba que la encontrara atractiva. Si trataba el asunto con el cuidado debido, podría disfrutar de sus atenciones sin correr el peligro de que; la arrastraran a ningún tipo de intimidad.

– Muy bien. Nos encontraremos en la plaza del pueblo al mediodía.

Ya habían transcurrido los diez minutos que iba a concederle, así que se levantó y añadió:

– Antes de que se marche, permíteme que le enseñe mi biblioteca.

– Se lo agradezco -dijo con una sonrisa-. Puede estar segura de que estaré contando los segundos hasta el mediodía de mañana.

Simon dejó a la gata en la alfombra y se puso en pie. Genevieve lo acompañó a la biblioteca y se quedó en el umbral mientras él examinaba detenidamente su colección. Al cabo de unos minutos, regresó con tres libros en la mano.

– Gracias por el préstamo. Cuidaré bien de ellos.

Ya en el vestíbulo, Baxter lo miró con desconfianza y le dio su sombrero, ligeramente hundido. Simon dio las gracias al mayordomo, sonrió a su anfitriona y le dedicó una reverencia antes de despedirse.

– Hasta mañana, señora Ralston.

Genevieve lo miró mientras se alejaba por el camino de piedra y casi suspiró. Tenía tan buen aspecto cuando se marchaba como cuando llegaba.

– ¿Hasta mañana? -preguntó Baxter, frunciendo el ceño-. ¿Es que pretende volver?

– Nos encontraremos en el pueblo, en el festival de otoño. Va a comprarse un perro y me ha pedido que lo ayude en la elección.

– ¿Te ha tomado por veterinaria?

Genevieve rió.

– No, sólo por amante de los animales.

– Ese individuo busca algo más que tu ayuda -murmuró-. Lo he notado en su forma de mirarte.

– ¿Qué quieres decir?

– Que te mira como si fuera una bestia hambrienta y tú llevaras una pata de cordero colgando del cuello -contestó.

Genevieve se estremeció. Ella también lo había notado, y sabía que no debía sentirse tan intrigada ni tan excitada con ello.

– No estoy seguro de que debamos confiar en él -continuó.

– No confías en nadie, Baxter…

– Confío en ti. Pero dado que ya no pareces tan triste como antes de que se presentara, contendré mis deseos de darle una buena zurra.

– No te preocupes. No tengo intención de volver a verlo después del festival.

Genevieve se dirigió á la sala de estar. Cuando pasó por delante de la biblioteca, la curiosidad la empujó a entrar y a mirar los estantes en busca de los huecos vacíos. Simon Cooper se había llevado un ejemplar de Los misterios de Udolpho , de Radcliffe, y el último volumen de la obra de Gibbon sobre el Imperio romano. Le pareció tan divertido, que sonrió. Pero cuando vio el tercer espacio vacío, su sonrisa desapareció inmediatamente.

Por motivos que no alcanzaba a comprender, su nuevo vecino se había marchado con un ejemplar de la Guía para las damas sobre la obtención de la felicidad personal y de la satisfacción íntima.

Las sospechas que había albergado regresaron con más fuerza y la llenaron de temor. Era una sensación que no podía pasar por alto, especialmente porque unos meses antes, tras el escándalo causado por la publicación del libro, había recibido amenazas de muerte. Su defensa de la independencia sexual de las mujeres no había gustado en algunos círculos.

La elección de Simon Cooper podía ser una simple coincidencia, pero también cabía la posibilidad de que los rumores sobre la marcha de Charles Brightmore no hubieran puesto fin al asunto, o incluso de que alguien hubiera descubierto que ese nombre no era más que el seudónimo de una mujer. De ella.

Se llevó las manos a la boca del estómago y tomó aliento.

¿Sería posible que el señor Cooper fuera algo más que un simple administrador que había decidido pasar sus vacaciones en Little Longstone? ¿Sospecharía de su identidad? ¿Lo habrían contratado para localizar a Charles Brightmore y, en su caso, asesinarlo?

Genevieve no lo sabía, pero lo iba a averiguar.

Capítulo Cinco

A la mañana siguiente, tras asegurarse de que nadie lo había visto, Simon salió de la casa de la señora Ralston y se dirigió rápidamente hacia el pueblo. Sacó el reloj de bolsillo y miró la hora; faltaba poco para la una y ya llegaba casi una hora tarde a la cita.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Caricias de fuego»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Caricias de fuego» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jacquie D’Alessandro - Your Room or Mine?
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Who Will Take This Man?
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Whirlwind Wedding
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Vestida De Rojo
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Un Romance Imprevisto
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Touch Me
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Not Quite A Gentleman
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Mascarada
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Love and the Single Heiress
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Just Trust Me…
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - In Over His Head
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - El Ladrón De Novias
Jacquie D’Alessandro
Отзывы о книге «Caricias de fuego»

Обсуждение, отзывы о книге «Caricias de fuego» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x