Pero él no debería permitirle que estuviera demasiado cómoda. Esta mujer necesitaba que le hicieran perder el equilibrio, al menos por ahora. Así que él estrechó su agarre y pasó la mano libre sobre sus pechos desnudos, sonriendo cuando ella se sobresaltó.
– No te muevas, mascota -le advirtió.
Dulcemente sumisa, ella se calmó, a pesar que su respiración se incrementó.
Él disfrutó con la sensación de sus pechos redondos. A pesar de su reciente orgasmo, sus satinados pezones respondieron rápidamente, formando picos de color rosa oscuro. Cuando le pellizcó uno, ella se estremeció y lo miró.
Sus ojos de color turquesa estaban muy vulnerables por la repercusión de la escena y despertó a todos sus instintos de protección. Extraño. Él no había sentido esta intensidad absolutamente con nadie desde el nacimiento de su hijo. La besó suavemente, tranquilizándola, y sintió que sus músculos se relajaban.
– ¿Te ha gustado tu primera experiencia con el BDSM?, -Preguntó. Él sabía la respuesta, teniendo en cuenta lo duro que se había corrido, pero los temores y las preocupaciones de una mujer no se podían descifrar en una sola noche.
– Bueno. Yo… Sí, me gustó.
Ninguna tímida respuesta de esta sub. Maldita sea, ella le gustaba.
Le acarició la mejilla, sosteniendo su mirada.
– ¿Qué parte te gustó más?
Ella se puso rígida, obviamente no acostumbrada a las preguntas íntimas. Tendría que aprender mejor. Él no sólo requería eso como un Dom, sino también como un amante. Y quería conocerla todo el camino hasta su alma. Apretó su agarre y movió la mano otra vez a sus pechos, aumentando su intimidad física para que coincida con la emocional.
– Respóndeme.
Su cuerpo se ablandó ante su firme requerimiento. Sumisa . Pero aún en silencio.
– Está bien, te ayudaré. ¿Te gustó la flagelación? -Pasó la mano por debajo de su redondo culo, donde había golpeado más duro, y apretó la sin duda dolorida carne.
Ella saltó.
– ¿O los juguetes electrónicos? -Tocó su aún húmedo coño, disfrutando del aroma de su excitación.
Su cuerpo se puso rígido, y ella trató de incorporarse, pero su brazo alrededor de sus hombros la mantuvieron en su lugar. Ella no iba a ninguna parte. Él pasó los dedos hacia arriba y abajo de los labios hinchados de su coño y rozó el vulnerable pequeño clítoris.
Ella inhaló bruscamente.
¿Tenía esta respuesta con todo el mundo, o su cuerpo también reconocía la conexión entre ellos?
– ¿Tengo que mostrar las opciones de nuevo?
Dos personas que pasaron caminando escucharon por casualidad y se echaron a reír.
Sus mejillas enrojecieron en un adorable rosa. Se aclaró la garganta.
– No. La cosa electrónica. Sólo que si yo hubiera sabido que querías hacer eso, yo…
– ¿Nunca habrías permitido un electrodo en cualquier lugar cerca de este hermoso coño?
– Crom no.
Crom . Él había oído esa extraña palabra utilizada como una suave maldición alguna vez antes. ¿Dónde?
Luego sonrió lentamente cuando recordó.
– Los disturbios después del partido de fútbol.
– ¿Perdón?
– El año pasado, ayudaste a mi hijo cuando se lesionó en los disturbios.
Mientras que Simon estaba luchando contra la creciente multitud para que no pisoteen a Danny, Rona había sujetado el brazo roto de su hijo y lo había revisado por otras lesiones. Su voz baja y suave había sido compasiva, y su tono pragmático, tranquilizador. Había enviado a sus dos hijos adolescentes para ayudar a Danny a ponerse de pie, así Simon podía salir del lío. Luego, seguida por sus hijos, había pasado a ayudar a otros. Danny todavía la llamaba su ángel del fútbol.
– Oh. -Ella frunció le frunció el ceño. -No te recuerdo.
– Te concentraste en mi hijo. -Se frotó la barbilla contra su pelo ondulado. Una gorra de béisbol lo había escondido esa noche, y había vestido jeans gastados y una chaqueta rotulada de la escuela secundaria. No era de extrañarse que no la haya reconocido. -¿Qué es un Crom, de todos modos?
Cuando ella lanzó una risa ronca, él sonrió. Había estado en lo cierto, su voz efectivamente se había profundizado después de que se había corrido.
– Es el dios de Conan el Bárbaro. El superhéroe que adora mi hijo y asumí que a Crom no le importaría si tomamos su nombre en vano.
– Ah. -Tan práctico como extravagante. -Bueno, mi hijo y yo te agradecemos por tu ayuda esa noche. -La besó gentilmente para agradecerle, luego continuó, provocando su boca, saboreando su dulzura, la buena disposición para disfrutar, y la deliciosa habilidad con la que pasaba la lengua sobre sus labios, alternando con suaves mordiscos.
Cuando deslizó un dedo sobre su clítoris, ella emitió el más suave de los gemidos. Tal vez ellos no habían terminado después de todo, y ahora que él conocía más sobre ella, estaría condenado si quisiera detenerse.
Suavemente apretó su clítoris entre sus dedos. Cuando ella jadeó, tomó posesión de su boca, duro y profundo, mientras deslizaba un dedo dentro de ella. Después de retirar la mano, empujó más fuerte en su interior y sintió surgir la excitación en su cuerpo.
Después de terminar el beso, le sonrió. Sus ojos se habían puestos vidriosos por la pasión, sus labios estaban rojos y húmedos. La mano que ella había envuelto detrás de su cuello se resistió a su movimiento para alejarse, mientras su coño se contraía alrededor de su dedo.
Apasionada y sensible. Inteligente, valiente y sumisa. Su encanto lo tenía agarrado de las pelotas. Él tomó una respiración lenta y constante. -Déjame limpiar la zona de la escena, y encontraremos otro lugar para jugar. -La Sala Victoriana serviría muy bien, teniendo en cuenta el tema de esta noche, y ella se vería hermosa amarrada al dosel.
Los ojos de ella se agrandaron y luego se estrecharon. Casi podía escuchar su cerebro volver a encenderse.
Rona se incorporó a una posición sentada, consternada por su comportamiento. Ella quería explorar, pero saltar directamente adentro de esta manera… ¿En qué había estado pensando?
Ella en realidad no conocía a este hombre, y él se había mantenido tocándola como si le perteneciera. Crom, su dedo todavía la llenaba, derrumbando su resistencia. Le agarró su muñeca con gruesas venas y trató de alejar su mano.
Su brazo no se movió ni un centímetro. De hecho, él deliberadamente presionó más hasta que la palma de su mano rozó su palpitante clítoris.
Un espasmo de placer envió calor elevándose a través de ella como si hubiera entrado en un sauna.
Ella aspiró una bocanada de aire, deseando nada más que decir, Más .
– Detente, por favor.
Su cabeza se inclinó. Sus ojos oscuros nunca habían dejado los de ella. Deslizó el dedo fuera de ella, muy lentamente, su mirada estudiándola.
Ella sintió el calor de un vergonzoso rubor. Él sabía exactamente cómo de excitada la había puesto, maldita sea.
Sus labios se curvaron, pero el brazo alrededor de ella se aflojó. Él no iba a empujarla.
Ella dejó escapar un suspiro de alivio, hasta que él levantó la mano y lamió el dedo que brillaba con su humedad, catándolo, como una fina cosecha.
– Sabes tan dulce y caliente como yo pensaba que lo harías. -Sus ojos no le dejaron ninguna duda de que él se imaginaba su boca sustituyendo a su mano.
La vagina se apretó, sintiendo sólo vacío donde él había estado. Todo en ella ardía por su toque. Tómame. No. Sus pensamientos se zarandearon en su cabeza como un corazón con arritmia, hasta que finalmente recordó por qué tenía que irse. El segundo punto de sus objetivos "soy libre para cambiar": por lo menos durante un año, sólo podía tener relaciones sexuales con un hombre una vez antes de pasar a un nuevo individuo. Había decidido no dejar ninguna posibilidad de ser atrapada en una rutina.
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