Robert Chambers - El Rey de Amarillo

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Chambers - El Rey de Amarillo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Ужасы и Мистика, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Rey de Amarillo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Rey de Amarillo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En El Rey de Amarillo. Relatos macabros y terroríficos -título que hace referencia a una obra imaginaria, «El Rey de Amarillo», cuya lectura provoca estupor, locura y tragedia espectral, y de la que el Necronomicón lovecraftiano es deudor- hemos seleccionado los cinco relatos de corte fantástico de la colección original (dejando de lado los que no lo son): La máscara, En el Pasaje del Dragón, El Reparador de Reputaciones, La demoiselle d’Ys y, el más famoso, El Signo Amarillo -obra maestra del cuento macabro de suspense, con un final escalofriante-. El volumen se completa con El Creador de Lunas y Una velada placentera, proc…

El Rey de Amarillo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Rey de Amarillo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Hasta mañana, señor Scott.

Y se marchó.

II

A la mañana siguiente, Thomas, el botones, me trajo el Herald y una noticia. La iglesia de al lado había sido vendida. Agradecí al cielo por ello. No porque yo siendo católico, tuviera repugnancia alguna por la congregación vecina, sino porque tenía los nervios destrozados a causa de un predicador vociferante, cuyas palabras resonaban en la nave de la iglesia como si fueran pronunciadas en mi casa y que insistía en sus erres con una persistencia nasal que me revolvía las entrañas. Había además un demonio en forma humana, un organista que interpretaba los himnos antiguos de una manera muy persona1. Yo clamaba por la sangre de un ser capaz de tocar la doxología con una modificación de tonos menores sólo perdonable en un cuarteto de principiantes. Creo que el ministro era un buen hombre, pero cuando berreaba: "Y el Señorrr dijo a Moisés, el Señorrr es un hombre de guerrrra; el Señorrr es su nombre. Arrrderá mi irrra y yo te matarrré con la espada", me preguntaba cuántos siglos de purgatorio serían necesarios para expiar semejante pecado.

– ¿Quien compró la propiedad? -pregunté a Thomas.

– Nadie que yo conozca, señor. Dicen que el caballero que es propietario de los apartamentos Hamilton estuvo mirándola. Quizás esté por construir más estudios.

Me acerqué a la ventana. El joven de la cara enfermiza estaba junto al portal del atrio; sólo verlo me produjo la misma abrumadora repugnancia.

– A propósito, Thomas -dije-, ¿quién es ese individuo allá abajo?

Thomas resopló por la nariz.

– ¿Ese gusano, señor? Es el Sereno de la iglesia, señor. Me exaspera verlo toda la noche en la escalinata, mirándolo a uno con aire insultante. Una vez le di un puñetazo en la cabeza, señor… con su perdón, señor…

– Adelante, Thomas.

– Una noche que volvía a casa con Harry, el otro chico inglés, lo vi sentado allí en la escalinata. Molly y Jen, las dos chicas de servicio, estaban con nosotros, señor, y él nos miró de manera tan insultante, que yo voy y le digo: ";Qué está mirando, babosa hinchada?" Con su perdón, señor, pero eso fue lo que le dije. Entonces él no contestó y yo le dije: "Ven y verás cómo te aplasto esa cabeza de puddin." Entonces abrí el portal y entré, pero él no decía nada y seguía mirándome de ese modo insultante. Entonces le di un puñetazo, pero ¡ajj! tenía la cara tan fría y untuosa que daba asco tocarla.

– ¿Qué hizo él entonces? -pregunté con curiosidad.

– ¿Él? Nada.

– ¿Y tú, Thomas?

El joven se ruborizó turbado y sonrió con incomodidad.

– Señor Scott, yo no soy ningún cobarde y no puedo explicarme por qué eché a correr. Estuve en el Quinto de Lanceros, señor, corneta en Te-el-Kebir y me han disparado a menudo.

– ¿Quieres decir que huiste?

– Sí, señor, eso hice.

– ¿Por qué?

– Eso es lo que yo quisiera saber, señor. Agarré a Molly del brazo y eché a correr, y los demás estaban tan asustados como yo.

– Pero ¿de qué tenían miedo?

Thomas rehusó contestar de momento, pero el repulsivo joven de abajo había despertado tanto mi curiosidad, que insistí. Tres años de estadía en América no sólo habían modificado el dialecto cockney de Thomas, sino que le habían inculcado el temor americano al ridículo.

– No va usted a creerme, señor Scott.

– Sí, te creeré.

– ¿No va a reírse de mí, señor?

– ¡Tonterías!

Vaciló.

– Bien señor, tan verdad como que hay Dios lo golpeé, él me agarró de las muñecas, y cuando le retorcí uno de los puños blandos y untuosos, me quedé con uno de sus dedos en la mano.

Toda la repugnancia y el horror que había en la cara de Thomas debieron de haberse reflejado en la mía, porque agregó:

– Es espantoso. Ahora cuando lo veo, me alejo. Me pone enfermo.

Cuando Thomas se hubo marchado, me acerqué a la ventana. El hombre estaba junto al enrejado de la iglesia con las manos en el portal, pero retrocedí con prisa a mi caballete, descompuesto y horrorizado. Le faltaba el dedo medio de la mano derecha.

A las nueve apareció Tessie y desapareció tras el biombo con un alegre "Buenos días, señor Scott". Cuando reapareció y adoptó su pose sobre la tarima, empecé para su deleite una tela nueva. Mientras trabajé en el dibujo, permaneció en silencio, pero no bien cesó el rasguido de la carbonilla y cogí el fijador, comenzó a charlar.

– ¡Pasamos un momento tan agradable anoche! Fuimos a Tony Pastor's.

– ¿Quienes?

– Oh, Maggie, ya sabe usted, la modelo del señor Whyte, y Rosi McCormick -la llamamos Rosi porque tiene esos hermosos cabellos rojos que gustan tanto a los artistas- y Lizzie Burke.

Rocié la tela con el fijador y dije:

– Bien, continúa.

– Vimos, a Kelly y a Baby Barnes, la bailarina y… a todo el resto. Hice una conquista.

– ¿Entonces me has traicionado, Tessie?

Ella se echó a reír y sacudió la cabeza.

– Es Ed Burke, el hermano de Lizzie. Un perfecto caballero.

Me sentí obligado a darle algunos consejos paternales acerca de las conquistas, que ella recibió con sonrisa radiante.

– Oh, sé cuidarme de una conquista desconocida -dijo examinando su goma de mascar-,pero Ed es diferente. Lizzie es mi mejor amiga.

Entonces contó que Ed había vuelto de la fábrica de calcetines de Lowell, Massachusetts, y que se había encontrado con que ella y Lizzie ya no eran unas niñas, y que era un joven perfecto que no tenía el menor inconveniente en gastarse medio dólar para invitarlas con helados y ostras a fin de festejar su comienzo como dcpendiente en el departamento de lanas de Macy's. Antes que terminara, yo había empezado a pintar, y adoptó nuevamente su pose sonriendo y parloteando como un gorrión. Al mediodía ya tenía el estudio bien limpio y Tessie se acercó a mirarlo.

– Eso está mejor -dijo.

También yo lo pensaba así y comí con la íntima satisfacción de que todo iba bien. Tessie puso su comida en una mesa de dibujo frente a mí y bebimos clarete de la misma botella y encendimos nuestros cigarrillos con la misma cerilla. Yo le tenía mucho apego a Tessie. De una niña frágil y desmañada, la había visto convertirse en una mujer esbelta y exquisitamente formada. Había posado para mí durante los tres últimos años y de todas mis modelos ella era la favorita. Me habría afligido mucho, en verdad, que se vulgarizara o se volviera una fulana, como suele decirse, pero jamás advertí el menor deterioro en su conducta y sentía en el fondo que ella era una buena chica. Nunca discutíamos de moral, y no tenía intención de hacerlo, en parte porque yo no tenía muy en cuenta a la moral, pero también porque sabía que ella haría lo que le gustara muy a mi pesar. No obstante, esperaba de todo corazón que no se viera envuelta en dificultades, porque deseaba su bien y también por el egoísta motivo de no perder a la mejor de mis modelos. Sabía que una conquista, como la había llamado Tessie, no significaba nada para chicas como ella, y que tales cosas en América no se asemejan en nada a las mismas cosas en París. No obstante, yo había vivido con los ojos bien abiertos y sabía que alguien se llevaría algún día a Tessie de un modo u otro, y aunque por mi parte consideraba que el matrimonio era un disparate, esperaba sinceramente, que en este caso había un sacerdote al final de la aventura. Soy católico. Cuando oigo misa solemne, cuando me persigno, siento que todo, con inclusión de mí mismo, se encuentra más animado, y cuando me confieso, me siento bien. Un hombre que vive tan solo como yo, debe confesarse con alguien. Claro que Sylvia, era católica, y ese era motivo suficiente para mí. Pero estaba hablando de Tessie, lo que es muy diferente. Tessie también era católica y mucho más devota que yo, de modo que, teniendo todo esto en cuenta, no había mucho que temer por mi bonita modelo mientras no se enamorase. Pero entonces sabía que sólo el destino decidiría su futuro, y rezaba internamente por que ese destino la mantuviera alejada de hombres como yo y que pusiera en su camino muchachos como Ed Burker y Jimmy McCormick. ¡Dios bendiga su dulce rostro!

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Rey de Amarillo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Rey de Amarillo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Rey de Amarillo»

Обсуждение, отзывы о книге «El Rey de Amarillo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x