Andrzej Sapkowski - La torre de la golondrina

Здесь есть возможность читать онлайн «Andrzej Sapkowski - La torre de la golondrina» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La torre de la golondrina: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La torre de la golondrina»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tras una larga espera por fin ha llegado esta Torre de la golondrina de Sapkowski, perteneciente a la mal llamada saga de Geralt de Rivia, ya que el protagonismo del brujo se va diluyendo conforme avanza la saga para dejar paso a la verdadera protagonista de la serie, la joven Ciri de Cintra, pieza central de todo lo que pasa en el mundo que la rodea. Esto se hace aun más evidente en esta entrega en la que Geralt aparece solo un par de capítulos en los que continua su marcha en busca de Ciri en compañía de Jaskier y el grupo que se reunión en la anterior entrega de la serie.
La acción comienza con Ciri llegando a una cabaña de un ermitaño al que va contando su historia, y así en un enorme flashback nos pone al día de sus andanzas. A lo largo de los recuerdos de Ciri tendremos momentos llenos de acción, de crueldad, Ciri lo pasa mal, muy mal, de ternura, de humor. Todo esto esta narrado, no solo por Ciri, sino por los numerosos personajes que van apareciendo en sus andanzas, conformando un complejo puzle, que a veces es difícil de seguir, pero que consigue recrear un fresco de las aventuras de la joven en el que una vez que todo encaja asistimos a un final tan climático y abierto que nos dejará ansiosos por comenzar a leer La dama del lago, última entrega de la serie, donde suponemos que asistiremos a un final a la altura de las novelas, en realidad una sola, que conforman la serie.
Como en todas las entregas anteriores destaca la habilidad de Sapkowski para dotar de voces personales a todos y cada uno de los personajes que aparecen, tanto a los viejos amigos como a los nuevos que se incorporan en esta entrega, como el ermitaño o algunos de los bandidos,merito compartido con la excelente traducción, entrelazar una estructura narrativa alambicada en la que las distintas lineas de acción van concordando con la precisión de un reloj, aunque en esta ocasión flojean un tanto las historias de Geralt y Yennefer, mas que nada por lo poco que aportan al destino final de la serie, en comparación con la importancia del personaje de Ciri, lo que lastra el resultado final de esta entrega, que aun así es sin duda uno de los títulos imprescindibles de la fantasía.

La torre de la golondrina — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La torre de la golondrina», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La estación de postas olía a cebolla frita y a sopa de patatas que había preparado la mujer del jefe de estación, a la que habían dejado salir temporalmente de su arresto en la cámara. La vela en la mesa chasqueó, vibró, expulsó una línea de llamas. Los Ratas se inclinaron sobre la mesa de tal modo que la llama ardía por encima de sus cabezas que casi se tocaban.

– Está en Los Celos -dijo Giselher bajito-. En la posada de La Cabeza de la Quimera. A un día de viaje rápido. ¿Qué pensáis de ello?

– Lo mismo que tú -gritó Kayleigh-. Vayamos allá y matemos al hijoputa.

– Vengaremos a Valdez -dijo Reef-. Y al Oronjas.

– Y no vendrán a echarnos a la cara -silabeó Chispas- ningunos Hotspornes las glorias y fantasías ajenas. Nos cargaremos al Bonhart, ese comecadáveres, ese lobizón. ¡Clavaremos su cabeza en la puerta de la taberna para que le pegue el nombre! Y para que todos sepan que no fue tío con un par sino mortal como todos y que al final con mejores que él se topó. ¡Se verá qué cuadrilla es la mejor desde Korath hasta el Pereplut!

– ¡Se cantarán canciones sobre nosotros por las tabernas! -dijo petulante Kayleigh-. ¿Qué digo? ¡Y hasta por los castillos!

– Vamos. -Asse dio un palmetazo en la mesa con la mano-. Vayamos y matemos al canalla.

– Y luego -Giselher se mostró pensativo- recapacitaremos sobre la tal amnistía… Sobre el gremio… ¿Por qué tuerces los morros, Kayleigh, como si te anduviera picando una chinche? Nos pisan los talones y el invierno se acerca. Pienso así, Ratillas míos: invernaremos, nos calentaremos el culo en la chimenea, la amnistía nos protegerá del frío, beberemos cerveza caliente amnistiada. Aguantaremos en la amnistía corteses y obedientes… así como hasta la primavera. Y en la primavera… cuando la yerba salga de por bajo la nieve…

Los Ratas se rieron a coro, bajito, con malignidad. Los ojos les ardían como a las ratas de verdad cuando por las noches, en algún oscuro callejón, se acercan a un hombre herido e incapaz de defenderse.

– Bebamos -dijo Giselher-. ¡Por que le den por saco a Bonhart! Comamos la sopa y luego a dormir. Descansad porque al alba nos iremos.

– Cierto -bufó Chispas-. Tomad ejemplo de Mistle y Falka, que ya llevan una hora en la cama.

Ciri alzó la cabeza, durante un largo rato guardó silencio, contemplando la llamita apenas existente del candil en el que se estaban quemando ya los restos del aceite de ballena.

– Me deslicé entonces de la estación como una ladrona -siguió con la narración-. De madrugada, en completa oscuridad… Pero no conseguí huir sin ser advertida. Mistle debía de haberse despertado cuando salí de la cama. Me alcanzó en el establo cuando me estaba subiendo al caballo. Pero no se mostró sorprendida. Y no intentó detenerme… Ya comenzaba a amanecer…

– Ahora también falta poco para el alba. -Vysogota bostezó-. Es hora de ir a dormir, Ciri. Mañana seguirás con el relato.

– Puede que tengas razón. -Bostezó también, se levantó, respiró con fuerza-. Porque también a mí se me cierran los ojos. Pero a este paso, ermitaño, no voy a terminar nunca. ¿Cuántas noches llevamos ya? Por lo menos diez. Me temo que toda la historia nos puede llevar mil y una noches.

– Tenemos tiempo, Ciri. Tenemos tiempo.

– ¿De quién huyes, Halconcillo? ¿De mí? ¿O de ti misma?

– Ya he terminado de huir. Ahora quiero perseguir algo. Por eso tengo que volver… allá, donde todo comenzó. Tengo que hacerlo. Compréndelo, Mistle.

– Por eso… por eso has sido tan tierna conmigo hoy. Por vez primera en tantos días… ¿La última vez, la despedida? ¿Y luego el olvido?

– Yo no te olvidaré nunca, Mistle.

– Me olvidarás.

– Nunca. Te lo prometo. Y no fue la última vez. Te encontraré. Vendré a por ti… Vendré en una carroza de oro. Con un cortejo palaciego. Ya lo verás. Dentro de poco voy a tener… posibilidades. Muchas posibilidades. Haré que cambie tu suerte… Ya lo verás. Te convencerás de todo lo que voy a poder hacer. De todo lo que voy a poder cambiar.

– Mucho poder hará falta para ello -suspiró Mistle-.Y magia poderosa…

– Y también esto será posible. -Ciri se pasó la lengua por los labios-. Y la magia también… la puedo recuperar… Todo lo que perdí puede volver… y de nuevo ser mío. Te lo prometo, te asombrarás cuando nos volvamos a ver.

Mistle volvió su cabeza rapada, se quedó contemplando las estelas de color azul y rosa que el alba había pintado ya sobre el confín oriental del mundo.

– Cierto -dijo en voz baja-. Me asombraré mucho si alguna vez nos volvemos a encontrar. Si alguna vez te vuelvo a ver, pequeña. Vete ya. No alarguemos esto.

– Espérame. -Ciri aspiró con fuerza por la nariz-. Y no te dejes matar. Piensa en la amnistía de la que habló Hotsporn. Incluso si Giselher y los otros no quisieran… piensa tú en ella, Mistle. Puede ser una forma de sobrevivir… Porque yo volveré a por ti. Te lo juro.

– Bésame.

Amanecía. Crecía la claridad, hacía más frío.

– Te quiero, Azor mío.

– Te quiero, Halconcillo. Vete ya.

– Por supuesto que no me creía. Estaba convencida de que me había entrado miedo, de que corría detrás de Hotsporn para buscar salvación, suplicar la amnistía que tanto nos había tentado. Cómo iba a saber los sentimientos que se habían apoderado de mí al escuchar lo que Hotsporn había dicho de Cintra, de mi abuela Calanthe… Y de que la tal «Cirilla» se iba a convertir en la mujer del emperador de Nilfgaard. El mismo emperador que había asesinado a mi abuela Calanthe. Y que había mandado tras de mí al caballero negro de la pluma en el yelmo. Te hablé de ello, ¿recuerdas? ¡En la isla de Thanedd, cuando alargó la mano hacia mí, lo ahogué en sangre! Debiera haberlo matado entonces… Pero no pude… ¡Seré tonta! Qué más da, puede que al final se desangrara allí en Thanedd y se muriera… ¿Por qué me miras así?

– Cuéntame. Cuenta cómo te fuiste detrás de Hotsporn para recuperar tu herencia. Para recuperar lo que te pertenecía.

– No es necesario que hables con retintín, no es necesario que te burles. Sí, ya sé que fue una tontería, ahora lo sé, entonces también… Yo era más lista cuando estaba en Kaer Morhen y en el santuario de Melitele, allí sabía que lo que había pasado no podía volver más, que no soy ya la princesa de Cintra, sino alguien completamente distinta, que no tengo ya ninguna herencia, que todo esto se ha perdido y que tengo que conformarme. Se me explicó eso de forma serena e inteligente y yo lo acepté. También con serenidad. Y de pronto comenzó a volver. Primero cuando intentaron cegarme los ojos con los títulos de la baronesa Casadei… Nunca me afectaron tales asuntos y entonces, de pronto, me enfurecí, alcé las narices y le grité que estoy todavía más titulada y soy mejor nacida que ella. Y desde entonces comencé a pensar en ello. Sentía cómo crecía la rabia dentro de mí. ¿Lo entiendes, Vysogota?

– Lo entiendo.

– Y el relato de Hotsporn fue la gota que colmó el vaso. Por poco no estallo de rabia… Tanto me habían hablado antes de la predestinación… Y resulta que de ese destino se va a aprovechar otra, gracias a un simple engaño. Alguien se ha hecho pasar por mí, por Ciri de Cintra y va a tener todo, va a nadar en lujo… No, no podía pensar en ninguna otra cosa… De pronto fui consciente de que no comía hasta saciarme, de que pasaba frío y dormía a cielo descubierto, que tenía que lavar mis partes íntimas en corrientes heladas… ¡Yo! ¡Yo, que tendría que tener una bañera de chapas de oro! ¡Agua que oliera a nardos y a rosas! ¡Toallas calientes! ¡Ropa de cama limpia! ¿Lo entiendes, Vysogota?

– Lo entiendo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La torre de la golondrina»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La torre de la golondrina» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Andrzej Sapkowski - Sezon burz
Andrzej Sapkowski
Andrzej Sapkowski - La Dama del Lago
Andrzej Sapkowski
Andrzej Sapkowski - Żmija
Andrzej Sapkowski
Andrzej Sapkowski - Blood of Elves
Andrzej Sapkowski
Andrzej Sapkowski - Krew Elfów
Andrzej Sapkowski
Andrzej Sapkowski - Pani jeziora
Andrzej Sapkowski
Andrzej Sapkowski - Ostatnie życzenie
Andrzej Sapkowski
Andrzej Sapkowski - Miecz przeznaczenia
Andrzej Sapkowski
Andrzej Sapkowski - Czas pogardy
Andrzej Sapkowski
Andrzej Sapkowski - Chrzest ognia
Andrzej Sapkowski
Отзывы о книге «La torre de la golondrina»

Обсуждение, отзывы о книге «La torre de la golondrina» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x