Margaret Weis - El nombre del Único

Здесь есть возможность читать онлайн «Margaret Weis - El nombre del Único» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El nombre del Único: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El nombre del Único»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El fuego de la guerra devora Ansalon. El ejército de espíritus marcha hacia la conquista conducido por la mística guerrera Mina, que sirve al poderoso dios Único. Un pequeño grupo de héroes, obligado a adoptar medidas desesperadas, dirige la lucha contra un enemigo que posee una superioridad abrumadora.
Surgen dos protagonistas inverosímiles: una hembra de dragón que no cederá fácilmente su liderazgo, y un indomable kender que ha emprendido un extraño e increíble viaje que tendrá un final sorprendente.

El nombre del Único — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El nombre del Único», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

De pie ante el panteón, Gilthas observó cómo la procesión de elfos transportaba el cuerpo de Silvanoshei, cubierto con una mortaja de tela dorada, a su lugar de reposo temporal. Su cadáver se puso en un sepulcro de mármol y se lo cubrió de flores. Los fragmentos de la Dragonlance rota se colocaron en sus manos.

El panteón sería el lugar de reposo eterno para Goldmoon. Sus cenizas se mezclaron con las de Riverwind. Por fin los dos estaban juntos.

Un elfo vestido con ropas de tonos marrones y verdes, sucias por el polvo del camino, se situó junto a Gilthas. No dijo nada y contempló con solemne reverencia cómo las cenizas de Goldmoon y Riverwind se transportaban dentro del panteón.

—Adiós, queridos y fieles amigos —musitó.

Gilthas se volvió hacia él.

—Me alegro de tener esta oportunidad de hablar con vos, E'li... —empezó.

—Ese ya no es mi nombre —le interrumpió el elfo.

—Entonces ¿cómo hemos de llamaros, señor? —preguntó Gilthas.

—He tenido tantos... E'li entre los elfos, Paladine entre los humanos. Incluso Fizban. He de admitir que ése era mi favorito. Ninguno de ellos me sirve ahora. He elegido otro nuevo.

—Y es...

—Valthonis —dijo el elfo.

—¿El exiliado? —tradujo Gilthas, desconcertado. De pronto lo entendió. Intentó hablar pero sólo consiguió decir con voz ronca—. Así que compartiréis nuestra suerte.

Valthonis puso la mano en el hombro de Gilthas.

—Vuelve con tu pueblo, Gilthas. Ambos, los silvanestis y los qualinestis, lo son. Vuelve a hacer un solo pueblo de ellos, y aunque sea un pueblo en exilio, aunque no tengáis patria a la que llamar vuestra, seréis una nación.

Gilthas sacudió la cabeza.

—La tarea que te aguarda no es fácil —dijo Valthonis—. Trabajarás duro y con denuedo para unir lo que otros se esforzarán en destruir. Tendrás fracasos, pero no renuncies nunca a la esperanza. Si eso ocurriera, conocerás la derrota.

—¿Estaréis conmigo? —preguntó Gilthas.

—Tengo que recorrer mi propia senda —contestó el otro elfo, sacudiendo la cabeza—, como tú y como cada uno de nosotros. Sin embargo, nuestros caminos se cruzarán de vez en cuando.

—Gracias, señor. —Gilthas le estrechó la mano—. Haré lo que decís. Regresaré con los míos. Con todos. —Suspiró profundamente y sonrió atribulado—. Incluso el senador Palthainon.

Gerard se hallaba frente a la entrada del panteón esperando que el último doliente del cortejo fúnebre se marchara. La ceremonia había acabado. Era de noche. La multitud que se había congregado para observar empezó a dispersarse, algunos en dirección a la posada El Ultimo Hogar, donde Palin y Usha se unieron a sus hermanas, Laura y Dezra, para consolar a los dolientes ofreciéndoles sonrisas, buena comida y la mejor cerveza de Ansalon.

Mientras esperaba, Gerard rememoró todo lo ocurrido desde aquel día, hacía tanto tiempo, en el que escuchó la voz de Tasslehoff por primera vez gritando desde el interior del panteón. El mundo había cambiado y, sin embargo, no había cambiado.

Ahora había tres lunas en el cielo en lugar de una. No obstante, el sol que salía cada mañana era el mismo que había marcado el comienzo de la Quinta Era. La gente podía mirar al cielo y encontrar de nuevo las constelaciones de los dioses y mostrárselas a sus hijos. Pero no eran las mismas de antaño. Se componían de estrellas diferentes, ocupaban otros lugares en el cielo. Faltaban dos; dos que nunca se podrían encontrar, que nunca se volverían a ver sobre Krynn.

—La Era de los Mortales —se dijo Gerard. El término tenía un nuevo significado, un nuevo alcance.

Miró dentro del panteón y vio que aún quedaba una persona, el extraño elfo que había visto en el estadio por primera vez. Gerard aguardó respetuosa, pacientemente, dispuesto a dar todo el tiempo necesario a aquel doliente.

El elfo ofreció sus plegarias en silencio y después, con un último adiós amoroso, se encaminó hacia Gerard.

—¿Arreglaste la cerradura? —preguntó sonriente.

—Lo hice, señor. —Gerard cerró la puerta del panteón tras él. Oyó el chasquido del mecanismo al girar. No se marchó de inmediato. También le costaba despedirse.

—Señor, me preguntaba si... —Hizo una pausa y después se lanzó—. No sé cómo decirlo, pero, ¿hizo Tasslehoff...? ¿Hizo lo que pensaba hacer?

—¿Quieres decir que si murió cuando y donde se suponía que debía morir? —inquirió el elfo—. ¿Si derrotó a Caos? ¿Te refieres a eso?

—Sí, señor, a eso me refiero.

En respuesta, el elfo alzó los ojos hacia el cielo nocturno.

—Solía haber una estrella roja en el firmamento. ¿Lo recuerdas?

—Sí, señor.

—Búscala. ¿La ves?

—No, señor —respondió Gerard mientras escudriñaba el cielo—. ¿Qué ha pasado con ella?

—El fuego de la forja se ha apagado. Flint lo apagó porque sabía que ya no se le necesitaba.

—Así que Tasslehoff le encontró.

—Tasslehoff le encontró. Él, Flint y sus compañeros están juntos de nuevo —dijo el elfo—. Flint, Tanis, Tasslehoff, Tika, Sturm, Goldmoon y Riverwind. Sólo esperan a Raistlin, que se reunirá pronto con ellos, porque Caramon, su gemelo, no se marcharía sin él.

—¿Adónde se dirigen, señor?

—Al siguiente estadio del viaje de sus almas —contestó el elfo.

—Espero que les vaya bien —dijo Gerard.

Se alejaron de la Tumba de los Últimos Héroes, le dijo adiós al elfo y, tras guardarse la llave en el bolsillo, encaminó sus pasos hacia la posada El Ultimo Hogar. El cálido brillo que salía por las ventanas alumbraba su camino.

Apéndice: Sobre el orden de la Creación y la evolución de los espíritus

(tal como se explicó a Tracy Hickman y Matthew L. Martin)

Introducción

¿Mi nombre? Oh, he tenido muchos. Paladine, Eli, Fizban, Bah-Mut, Paladín de Draco... Este último era uno de mis favoritos. Perdonad la digresión; estos discursos académicos me resultan a veces desconcertantes, incluso con viejos amigos. En cierto modo, sin embargo, todos mis amigos son viejos amigos, pues os conozco de antes de que nacieseis, aunque vosotros no lo sepáis. Sea como sea, tengo entendido que queréis un informe de mis observaciones sobre la Guerra de los Espíritus. Me complace poder ayudar, sobre todo puesto que esta serie de acontecimientos abarcan tiempos y conceptos que sólo los dioses y el Supremo comprenden. Naturalmente, debido a eso, tendré que ser cuidadoso a la hora de explicar las cosas. Los dioses no experimentan el tiempo del mismo modo que los mortales; a veces nos causa frustración que no podáis captar la totalidad de la existencia simultánea y la corriente de probabilidades. ¿Veis? A eso me refería. En cualquier caso, intentaré hacerlo sencillo.

Fundación del mundo

El origen de la Guerra de los Espíritus se remonta a un tiempo inmediatamente posterior a la creación de los dioses por el Dios Supremo, antes de que el mundo estuviese terminado y el Orden de la Creación y la Evolución de los Espíritus quedara totalmente establecido.

El principio

El Dios Supremo, que existe, ha existido y existirá siempre, decidió originar almas por amor para que compartieran la gloria, el gozo y el amor que Él poseía. A tal fin, concibió el Orden de la Creación y la Evolución de los Espíritus.

Como parte vital de su plan, las almas nacen en el mundo mortal. De dónde vienen esas almas y cuál era su condición antes del nacimiento no se da a conocer a los mortales. Tampoco se os es dado a conocer hacia dónde van finalmente ni qué tipo de existencia tienen en la vida más allá de la muerte. La evolución de las almas se extiende en la eternidad, de la que la condición de mortalidad no es más que un instante. Sin embargo, esa parte de la evolución de los espíritus que designamos como mortalidad consiste en traer almas al mundo para que vivan en él y aprendan a tener fe en los dioses y a confiar entre sí. De ese modo, los mortales aprenden a amar los designios del Dios Supremo, a aproximarse a Él conforme recorren el camino de la bondad y la virtud, y a participar en su gloria y reflexionar en su comportamiento. Sin embargo, algunos rechazan la bondad del Dios Supremo e incluso le oponen resistencia.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El nombre del Único»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El nombre del Único» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Margaret Weis - Ambra e sangue
Margaret Weis
Margaret Weis - Into the Labyrinth
Margaret Weis
Margaret Weis - Time of the Twins
Margaret Weis
Margaret Weis - Die Brüder
Margaret Weis
Margaret Weis - La Torre de Wayreth
Margaret Weis
Margaret Weis - El umbral del poder
Margaret Weis
Margaret Weis - The Magic of Krynn
Margaret Weis
Margaret Weis - The War of the Lance
Margaret Weis
Отзывы о книге «El nombre del Único»

Обсуждение, отзывы о книге «El nombre del Único» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x