• Пожаловаться

Poul Anderson: Patrulla del Tiempo

Здесь есть возможность читать онлайн «Poul Anderson: Patrulla del Tiempo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 2000, ISBN: 84-406-9723-6, издательство: Ediciones B, категория: Альтернативная история / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Poul Anderson Patrulla del Tiempo

Patrulla del Tiempo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Patrulla del Tiempo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Poul Anderson: другие книги автора


Кто написал Patrulla del Tiempo? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Patrulla del Tiempo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Patrulla del Tiempo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

4

Esa fue la primera vez que Everard comprendió la realidad del viaje en el tiempo. Lo había entendido intelectualmente, se había sentido adecuadamente impresionado, pero era, para sus emociones, algo meramente exótico. Ahora, recorriendo un Londres que no conocía en un cabriolé (no un anacronismo para turistas, sino un vehículo en funcionamiento, sucio y maltratado), oliendo un aire que contenía más humo que una ciudad del siglo XX pero no vapores de gasolina, viendo las multitudes que pasaban a su lado —caballeros con sombrero de copa y bombín, peones sucios y mujeres de largas faldas, que no eran actores sino personas reales, seres humanos que hablaban, sudaban, estaban tristes o reían dedicándose a sus asuntos— comprendió con toda su fuerza que estaba allí. En ese momento su madre todavía no había nacido, sus abuelos eran dos parejas de jóvenes sin asentar, Grover Cleveland era presidente de Estados Unidos y Victoria reina de Inglaterra, Kipling escribía y la última revuelta india en América estaba por venir… Era como recibir un golpe en la cabeza.

Whitcomb lo aceptó con más calma, pero nunca tenía los ojos quietos mientras contemplaba aquel día de la gloria de Inglaterra.

—Empiezo a entenderlo —murmuró—. Nunca se han puesto de acuerdo en si éste fue un periodo de convenciones opresivas y artificiosas y de una brutalidad apenas disimulada, o la última flor de la civilización occidental antes de que se marchitase. Ver a esta gente me hace comprender; fue todo lo que dicen sobre él, lo bueno y lo malo, porque no se trataba de algo único que les sucedía a todos, sino a millones de vidas individualmente.

—Claro —dijo Everard—. Eso debe de ser cierto en todas las épocas.

El tren le era casi familiar, no muy diferente de los vagones de los ferrocarriles británicos en el año 1954, lo que dio a Whitcomb oportunidad de hacer comentarios sardónicos sobre las tradiciones inviolables. En una par de horas los dejó en una estación de pueblo somnolienta entre jardines bien cuidados, donde alquilaron una calesa para ir hasta la hacienda Wyndham.

Un amable policía les permitió entrar después de hacerles unas cuantas preguntas. Se hacían pasar por arqueólogos, Everard, de América, y Whitcomb, de Australia, que habían estado ansiosos por conocer a lord Wyndham y cuyo trágico final los había conmocionado. Mainwethering, que parecía tener tentáculos en todas partes, les había suministrado cartas de presentación de una bien conocida autoridad del Museo Británico. El inspector de Scotland Yard aceptó permitirles examinar el túmulo…

—El caso está resuelto, caballeros, no hay más pistas, incluso si mi colega no está de acuerdo, ¡ja, ja! —El investigador privado sonrió con tristeza y los observó con ojos entornados mientras ellos se acercaban al montículo; era alto, delgado, con rostro de halcón, e iba acompañado por un tipo regordete y bigotudo que cojeaba y parecía una especie de secretario.

El túmulo era largo y alto, cubierto de hierba excepto allí donde una hendidura señalaba la excavación de la cámara funeraria. Esta había estado apuntalada con vigas de madera que se habían desplomado hacía mucho; todavía cubrían el suelo fragmentos de lo que había sido madera.

—El periódico decía algo de un ataúd de metal —dijo Everard—. ¿Podríamos echarle un vistazo?

El inspector asintió y lo llevó hasta un edificio exterior, en donde los hallazgos más importantes descansaban sobre una mesa. Exceptuando la caja, sólo había fragmentos de metal corroído y huesos pulverizados.

—Humm —dijo Whitcomb. Miraba pensativo la superficie brillante y desnuda del pequeño cofre. Relucía, azul, de alguna aleación resistente al tiempo todavía por descubrir—. Muy extraño. No es primitivo. Casi se diría que está fabricado a máquina, ¿no?

Everard se acercó con cautela. Tenía una idea bastante aproximada de lo que contenía y actuaba con la prudencia natural de un ciudadano de la soidistant era atómica en lo que a esos asuntos se refería. Sacó un contador de la bolsa y lo apuntó a la caja. La aguja se agitó, pero no mucho…

—Interesante aparato —dijo el inspector—. ¿Puedo preguntar qué es?

—Es un electroscopio experimental —mintió Everard. Con cuidado, abrió la tapa y sostuvo el contador sobre la caja.

¡Dios! ¡Dentro había suficiente radiactividad para matar a un hombre en un día! Apenas alcanzó a ver unos pesados y apagados lingotes antes de volver a cerrar la tapa de golpe.

—Tenga cuidado con ese material —dijo, estremeciéndose. ¡Gracias al cielo que quien fuese que había traído la carga mortal procedía de una época en la que sabían bloquear la radiación!

El detective privado se había acercado sin hacer ruido. En su rostro agudo apareció una mirada de cazador.

—¿Reconoce el contenido, señor? —preguntó con calma.

—Sí. Eso creo. —Everard recordó que Becquerel no descubriría la radiactividad hasta dos años después; incluso los rayos X estaban a más de un año en el futuro. Tenía que tener cuidado—. Es… en el territorio indio he oído historias sobre un metal como éste que es venenoso…

—Muy interesante. —El detective comenzó a llenar una gran pipa curva—. ¿Como el vapor de mercurio?

—Así que Rotherhithe colocó la caja en la tumba, ¿no? —murmuró el inspector.

—¡No sea ridículo! —le contestó el detective—. Tengo tres razonamientos concluyentes que demuestran que Rotherhithe es completamente inocente. Lo que me sorprendía era la muerte del lord. Pero si, como afirma el caballero, resultó que había un veneno mortal enterrado en el montículo… ¿para desalentar a los ladrones de tumbas? Me pregunto sin embargo cómo consiguieron los antiguos sajones un mineral americano. Quizá sean acertadas esas teorías de primitivos viajes fenicios al otro lado del Atlántico. He hecho algunas investigaciones sobre una idea mía de que hay elementos caldeos en la lengua címbrica, y esto parece confirmarlo.

Everard se sintió culpable por lo que le estaba haciendo a la ciencia de la arqueología. Oh, bien, iban a arrojar aquel cofre al canal y a olvidarse de él. Con Whitcomb se excusaron lo más rápidamente posible.

En el camino de vuelta a Londres, cuando estaban seguros en su compartimento, el inglés sacó un fragmento podrido de madera.

—Me lo he metido en el bolsillo —dijo—. Nos ayudará a datar esa cosa. Pásame el contador radiométrico. —Metió la madera en el dispositivo, ajustó algunos diales y leyó la respuesta—. Mil cuatrocientos treinta años, más o menos diez. El montículo se erigió más o menos… humm… en el 464 d. C, cuando los jutos se establecían en Kent.

—Si esos lingotes siguen siendo tan infernales después de tanto tiempo —murmuró Everard—, me preguntó cómo serían originalmente. Es difícil entender cómo pueden tener tanta actividad con una vida media tan larga; pero claro, en el futuro son capaces de hacer cosas con el átomo que en mi época ni siquiera se han soñado.

Después de entregar su informe a Mainwethering, pasaron un día haciendo turismo mientras aquél enviaba mensajes por el tiempo y ponía en marcha la gran maquinaria de la Patrulla. Everard estaba interesado en el Londres Victoriano, casi cautivado, a pesar de la extrema pobreza y la suciedad. Whitcomb tenía una mirada ausente en los ojos.

—Me hubiese gustado haber vivido aquí—dijo.

—¿ Sí? ¿ Con su medicina y sus dentistas ?

—Y sin bombas cayéndote sobre la cabeza. —La respuesta de Whitcomb era desafiadora.

Cuando regresaron a la oficina, Mainwethering lo tenía todo listo. Chupando un puro, iba de arriba abajo con las manos regordetas cruzadas a la espalda, y les contó toda la historia.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Patrulla del Tiempo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Patrulla del Tiempo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Poul Anderson: Eutopía
Eutopía
Poul Anderson
Poul Anderson: Guardianes del tiempo
Guardianes del tiempo
Poul Anderson
Poul Anderson: Idő-őrjárat
Idő-őrjárat
Poul Anderson
Poul Anderson: Delenda est
Delenda est
Poul Anderson
Отзывы о книге «Patrulla del Tiempo»

Обсуждение, отзывы о книге «Patrulla del Tiempo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.