Rosa Montero - Historia Del Rey Transparente

Здесь есть возможность читать онлайн «Rosa Montero - Historia Del Rey Transparente» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Historia Del Rey Transparente: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Historia Del Rey Transparente»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En sus andanzas por los burgos y los campos de Francia, Leola se topa con un enigma trágico: trovadores, muchachas o vecinos inician el relato de la historia del Rey Transparente y caen fulminados tras unas pocas frases. Nyneve, que parece estar al tanto del enigma, reacciona siempre con furia ante la sola mención del nombre de ese rey misterioso. El acertijo sólo lo conocerá el lector en las últimas páginas: se trata, en realidad, de una fábula moral que resume la filosofía de toda la novela.
Leola se verá armada caballero a los diecisiete años por la duquesa Dhuoda, una sanguinaria dama que sin embargo la fascina y que esconde una terrible historia. Aprende que la lucha es una danza y consigue batirse con éxito en justas y torneos. Conoce la corte de Leonor de Aquitania y su cortejo de poetas, filósofos e ingeniosos polemistas que debaten sobre el Fino Amor y la alta teología. Se convierte, al fin, en un `Mercader de Sangre`, en un mercenario a sueldo de las clases más bajas de la sociedad.
Los años pasan, y Leola pierde dos dedos de la mano y tiene el cuerpo lleno de cicatrices. Se enamora de Gastón, un filósofo que busca la piedra filosofal, mientras estalla la herejía albigense. La guerra no se hace esperar, y Léola y Nyneve se pondrán al lado de los cátaros, que para ellas representan el lado de la bondad y la cordura.

Historia Del Rey Transparente — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Historia Del Rey Transparente», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En estos años últimos, tan azarosos y llenos de pesares, se han multiplicado, paradójicamente, los festejos públicos. Es como si la gente, ante el barrunto del dolor y la amenaza del fin, quisiera aprovechar sus últimas horas y aliviarse con el juego y la fiesta. Nunca he visto tantos titiriteros, tantos músicos ambulantes, tantos narradores de fábulas, tantos mimos. Nunca he escuchado tantas risas y tantos cantos.

– Sí, vamos, ¿por qué no?

Enrollo mi pergamino y lo guardo en el arcón, mientras un cosquilleo de alegría me recorre el cuerpo. León y yo llevamos un par de años juntos, pero aún se me seca la boca de excitación cuando sé que en breve voy a verle. La excusa de los saltimbanquis es perfecta para adelantar mi encuentro con el herrero. Para ir a buscarle por sorpresa a la forja, horas antes de que regrese a casa. Trenzo mí cabello, que he dejado crecer, y lo sujeto a la cabeza con unas hermosas agujas de perlas que me ha regalado León. Me pellizco las mejillas, para darles color, y pinto mis labios con carmín.

– Ya estoy.

Atravesamos Montségur al lento y esforzado paso de la enana. En el punzante frescor del aire montañés se huele ya la cercana primavera. El cielo es un lienzo de seda azul intenso, brillante y sin nubes, tendido sobre la fría blancura de las cumbres nevadas. Nunca había vivido en un lugar como este castro, a la vez tan sencillo y tan refinado, en el que se diría que, salvo León, todo el mundo sabe leer y escribir. Aquí están asilados unos doscientos Perfectos y Perfectas, casi la mitad de la población; y su abundante presencia crea una atmósfera de amabilidad, cordura y tolerancia. Fuera de la corte de Leonor, nunca he visto a la mujer tan bien tratada como aquí; y las crisis del herrero no escandalizan a nadie ni son consideradas posesiones malignas, sino simplemente lo que son: una enfermedad.

– Venimos a buscarte, León. Para ver a los volatineros.

Está moviendo el fuelle de la fragua, desnudo de cintura para arriba, sudoroso, macizo, con sus duros músculos tensándose bajo la piel mojada, tan hermoso como un diablo o como un ángel. Soy mujer y él es mi hombre. Me inunda el deseo, el amor y el orgullo. Aunque León sea analfabeto.

Mi hombre me abraza. Huele a hierro recalentado, a hollín, a madera y cuero. Se seca el cuerpo con su propia camisa, antes de ponérsela. Se inclina hacia Violante:

– Hola, mí pequeña.

– Hola, grandullón.

Agarra a la enana de los brazos y la ayuda a subir, trepando por su cuerpo, hasta instalarla a horcajadas sobre sus hombros.

– ¿Dónde está el espectáculo?

– En la plaza -dirige la muchacha desde lo alto del cuello, extendiendo en el aire su diminuto índice.

Cuando llegamos, sin embargo, la actuación parece haber terminado. Los vecinos se marchan y media docena de individuos están recogiendo sus bártulos: las mantas de colores para hacer las acrobacias, las mazas de los malabarismos, los instrumentos de música. En una esquina, sentado sobre el suelo, quieto, pétreo y monumental como un pedazo de roca caído de la montaña, hay un individuo monstruosamente grande. Tan grande que parece abultar el doble que León. Me acerco con lentitud, movida por la curiosidad, mientras el herrero y Violante hablan con los artistas. Doy la vuelta a la interminable espalda del tipo, que sigue sin moverse, y me encaro con él a prudente distancia. El hombre tiene la cabezota inclinada, la barbilla hundida en el pecho, los hombros caídos hacia delante. Debe de ser bastante mayor: está casi calvo y íos pocos pelos que le quedan son canosos. En este preciso momento, el gigantón levanta la cabeza y se me queda mirando. Esos ojillos cándidos y pequeños, demasiado pegados a la nariz. Esa cara de niño aberrantemente envejecido.

– Leola… -dice el monstruo con vocecita débil.

– Guy… -jadeo yo.

Nos hemos reconocido al mismo tiempo. Es Guy, el inocente, el Caballero Oscuro. El hijo de Roland, mi antiguo Maestro de armas. El gigantón arruga pavorosamente su cara y comienza a berrear como un crío pequeño. Uno de los saltimbanquis viene hacia nosotros:

– ¿Qué le has hecho? -me increpa el hombre con gesto de impaciencia-. Es un pobre idiota, pero no es malo. Hay que tratarle como si fuera un niño. Basta ya, Guy, ¡deja de gimotear!

El hombre, que es menudo y fibroso, se pone de puntillas y le da una bofetada a Guy en la mejilla. Un sopapo ligero que en realidad no puede haberle hecho mucho daño. Aun así, me encrespo.

– ¡No le pegues!

El hombre me mira, extrañado e irritado:

– Pero ¿qué dices? Aquí no pintas nada. Además, tú tienes la culpa. No sé qué le has hecho para ponerle así. Venga, chico, cálmate…

Tras la cachetada, Guy ha disminuido el volumen de sus chillidos, pero sigue haciendo pucheros. Grandes y pesadas lágrimas bajan rodando por sus ajados mofletes.

– Leola… -balbucea.

– Le conozco -digo, conteniendo mi rabia-. Es el hijo de…, de un antiguo amigo. Quiero…, quiero hacerme cargo de él.

Mientras digo esto, lanzo una rápida ojeada a León, que se acerca cabalgado por Violante. El herrero no dice ni hace nada, pero sé que me apoya. Qué bueno es saber que, si me quedo con Guy, León no va a sentirse incomodado. Hasta ese punto le conozco, hasta ese punto confío en él.

El saltimbanqui se rasca la cabeza:

– ¿Te lo quieres quedar? ¿Quieres llevártelo? ¿Para siempre?

– Eso es.

Guy sorbe sus mocos estruendosamente y vuelve a balbucear:

– Leola…

– Pues, no sé… -dice el hombre-. La verdad es que es un número muy bueno… La gente paga por ver al gigantón. No hay otro hombre más grande en toda la Cristiandad, te lo aseguro… Y, además, ¡levo manteniéndolo muchísimos años. Y come como un buey… He gastado una fortuna en él.

Miro de nuevo a León. Me quito las agujas del pelo y las trenzas caen sobre mi espalda.

– Te doy estas perlas a cambio. Son buenas y costosas. Cuatro grandes perlas. Y, además, Guy ya está muy viejo, mírale…

El hombre coge las agujas y las examina con ojo suspicaz. Luego contempla al gigantón, que sigue gimoteando:

– A ver, chico, ¿tú quieres irte con esta mujer?

Guy arrecia en sus lloros y asiente frenéticamente con la cabeza:

– Síííííííí…

El titiritero se encoge de hombros:

– Bueno, muy bien, pues trato hecho… Quédatelo… -gruñe con una brusquedad que me parece en cierro modo fingida-. Total, ya te he dicho que come lo mismo que una fiera y acabará arruinándome. Llévatelo antes de que me arrepienta.

Agarro la áspera y deforme manaza de Guy y tiro suavemente de él, para que se levante:

– Venga, Guy. Vas a vivir con nosotros. Nos vamos a casa.

El inocente se pone en pie con dificultad, como si tuviera las piernas agarrotadas. Ha echado tripa y renquea al caminar, igual que un viejo. Pero ya ha dejado de llorar. Sigue aferrado a mi mano: yo troto a su lado y casi cuelgo de él. Murmura algo, pero no le entiendo.

– ¡Qué dices?

– Guy está contento… -repite débilmente.

– Y yo también lo estoy, querido. Yo también.

Durante unas pocas semanas hemos vivido un sueño. La hermosa virtud de la esperanza puede también ser, paradójicamente, la madre de la más punzante pesadumbre, cuando esa esperanza te llena la cabeza de ilusiones que luego, al incumplirse, se transmutan en hiel y sufrimiento. Debería añadir esta reflexión a la definición de la palabra en mi enciclopedia.

Durante unas pocas semanas hemos vivido un sueño del que, por desgracia, ya hemos despertado. Un día, Nyneve llegó a casa sin aliento y nimbada de luz, con el rojo pelo alborotado, toda ella palpitante y encendida:

– Ha habido una revuelta… El conde de Tolosa se ha unido al Rey de Inglaterra… Están combatiendo a los cruzados.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Historia Del Rey Transparente»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Historia Del Rey Transparente» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Historia Del Rey Transparente»

Обсуждение, отзывы о книге «Historia Del Rey Transparente» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x