• Пожаловаться

Robert Sawyer: Homínidos

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Sawyer: Homínidos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 2004, ISBN: 978-84-666-1912-7, издательство: Ediciones B, категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

libcat.ru: книга без обложки

Homínidos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Homínidos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un experimento científico hace posible la inesperada interacción entre dos universos paralelos con la salvedad de que, en uno de ellos, la especie humana que ha predominado son los Neanderthales y no los Cromagnones, como ha ocurrido en nuestro mundo. Homínidos

Robert Sawyer: другие книги автора


Кто написал Homínidos? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Homínidos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Homínidos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Guardaron silencio durante unos momentos. Ponter tenía el brazo derecho medio levantado, como dispuesto a extender la mano y tocarla para intentar consolarla, pero bajó la mirada y, con una expresión de sorpresa en el rostro, como si estuviera viendo un miembro extraño, la bajó.

Pero entonces Mary extendió la mano y tocó su grueso antebrazo, amable, tímidamente. Y entonces su mano se deslizó por la longitud de su brazo y encontró sus dedos, y la mano de él se' alzó otra vez, y los delicados dedos de ella se entrelazaron con los enormes dedos de él.

—Quería que comprendieras —dijo Mary —. Intimamos mucho mientras estuviste aquí. Hablamos de todo tipo elle cosas. Y, bueno, como decía, tú pensabas que nunca ibas a volver a casa; pensabas que tendrías que iniciar una nueva vida aquí. —Hizo una pausa—. Nunca presionaste, nunca te aprovechaste. Al final, creo, fuiste el único hombre en todo este planeta con el que me sentía cómoda a solas, pero…

Ponter cerró amablemente sus dedos como salchichas.

—Era demasiado pronto —dijo Mary—. ¿No lo ves? Yo… sé que te gusto y… —Hizo una pausa. Las comisuras de los ojos le picaban—. Lo siento. No me ha sucedido muchas veces, pero ha habido ocasiones en que un hombre se ha interesado por mí, pero, bueno…

—Pero cuando ese hombre —dijo Ponter lentamente— no es como los otros hombres…

Mary negó con la cabeza y lo miró.

—No, no. No fue por eso, no fue por el aspecto que tienes…

Ella lo vio envararse levemente bajo la luz parpadeante. No lo encontraba feo: ya no, ahora no. Su cara le parecía amable y reflexiva y compasiva e inteligente y, sí, maldición, sí: atractiva. Pero lo que ella había dicho había salido mal, y ahora, al intentar explicar sus sentimientos para que él no se sintiera dolido, para que no se preguntara siempre por qué ella había respondido como lo había hecho a su suave caricia cuando estaban contemplando las estrellas, había acabado haciéndole daño.

—Quiero decir que no hay nada malo en tu aspecto —dijo Mary—. De hecho, te encuentro bastante… —vaciló, aunque no por falta de convicción, sino más bien porque raras veces en su vida había sido tan directa— guapo.

Ponter sonrió sin alegría.

—No lo soy, ¿sabes? Guapo, quiero decir. No según los baremos de mi gente.

—No me importa —dijo Mary de inmediato—. No me importa en absoluto. No me imagino que me encuentres atractiva físicamente. Soy… —Bajó la voz—. Soy lo que llaman sosa, supongo. No se vuelven muchas cabezas a mirarme, pero…

—Yo te encuentro muy atractiva —dijo Ponter.

—Si tuviéramos más tiempo… Si yo hubiera tenido más tiempo, ¿sabes?, para superarlo… —no, Mary estaba segura, eso no sucedería nunca—, las cosas… las cosas habrían sido diferentes entre nosotros.

Se encogió un poco de hombros, indefensa.

—Eso es todo. Quería que lo supieras. Quería que comprendieras que me gustabas… que me gustas.

Un pensamiento loco le pasó por la cabeza. Si las cosas hubieran sido en efecto diferentes, si ella hubiera llegado a Sudbury intacta, en vez de rota por dentro, tal vez Ponter no correría tan rápido para volver a su antigua vida, a su antiguo mundo. Tal vez…

No. No, eso era demasiado. Él tenía a Adikor. Tenía hijas.

Y, de todas formas, si las cosas hubieran sido diferentes, tal vez ella estuviera dispuesta a ir con él a través del portal, hasta su mundo. Después de todo, no tenía a nadie y…

Pero las cosas no eran diferentes. Las cosas eran exactamente tal como eran.

El ascensor se estremeció al detenerse, y la sirena emitió su escandalosa llamada, indicando la apertura de la puerta de la cabina.

45

De repente se produjo una conmoción considerable entre los gliksins . Al principio, Adikor no supo qué estaba pasando, pero entonces advirtió que alguien entraba en la cámara, descendiendo por la misma escalerilla que habían visto antes. Daba la espalda al ojo del robot: presumiblemente, era un líder gliksin que venía a hacer una valoración de aquel extraño invento, que (si el efecto se reflejaba en el otro lado) parecía sujeto a un cable que salía del aire.

Los gliksins visibles en primer plano llamaban al recién llegado para que se acercara. Y lo hizo, corriendo rápido. El robot se bamboleaba en el extremo de su cable, mientras Dern lo izaba más y más, pero entonces Adikor captó en el monitor un atisbo de la cara de la persona que acababa de llegar.

¡Sí! ¡Increíble, maravillosamente sí!

El corazón de Adikor redoblaba. ¡Era Ponter! Iba vestido con aquella extraña ropa de los gliksin , y llevaba uno de aquellos caparazones amarillos de tortuga en la cabeza, pero no había ninguna duda. ¡Ponter Boddit estaba vivo y bien!

—¡Dern! —gritó Adikor—. ¡Alto! ¡Vuelve a bajar al robot!

La perspectiva de la cámara empezó a bajar en la pantalla. Jasmel jadeó y unió las manos, llena de alegría. Adikor se secó las lágrimas de los ojos.

Ponter corrió hacia el robot. Ladeó la cabeza extrañamente, y Adikor tardó un instante en advertir qué estaba haciendo: miraba el sello de contribución del fabricante en el armazón del robot, para comprobar que era un artefacto de su propio mundo. Ponter miró luego a la cámara del robot, sonriendo.

—Hola —dijo Ponter, la primera palabra entre toda aquella cacofonía que Adikor podía entender—. ¡Hola, amigos míos! ¡Creí que os había perdido para siempre! ¿Quién está mirando esto? Adikor, sin ninguna duda. ¡Cómo te he echado de menos!

Hizo una pausa, y entonces dos de los gliksins le hablaron: uno de los de piel clara y el hombre de piel obscura que había estado sujetando al robot.

Ponter se volvió hacia la cámara.

—No estoy seguro de lo que se supone que tengo que hacer ahora. Veo el cable surgiendo del aire, pero ¿es seguro que vuelva a cruzar? ¿Puedo… —su voz vaciló un momento—, puedo volver a casa?

Adikor se volvió y miró a Dern, que había regresado a la sala de control. Dern se encogió de hombros.

—El robot parece que volvió bien.

—No sabéis cuánto tiempo podréis mantener abierto el portal —dijo Jasmel—, ni si podréis establecerlo de nuevo si se cierra. Mi padre debería volver ahora mismo.

Adikor asintió.

—Pero ¿cómo se lo hacemos saber?

—Yo sé cómo —dijo Jasmel con decisión. Bajó los escalones hasta la sala de cálculo, luego corrió hacia donde el cable desaparecía en el agujero en el aire. Jasmel colocó la mano en el cable, luego la deslizó a lo largo de él hasta que las yemas de sus dedos y luego los dedos enteros y luego la mano y después el brazo desaparecieron. Cuando todo hasta la altura del hombro se perdió de vista, asomó la cabeza al otro lado, y simplemente gritó (Adikor y Dern pudieron oírlo, pero única mente procedente del altavoz del monitor; no hubo ningún sonido en la sala de ordenadores):

—¡Papá! ¡Vuelve a casa!

—¡Jasmel, cariño! —gritó Ponter, alzando la cabeza—. Yo…

—¡Ven ahora mismo! —insistió Jasmel—. No sabemos cuánto tiempo podremos mantener esto abierto. Sigue el cable… usa esa escalerilla de allí para llegar hasta aquí arriba. El suelo de la sala de cálculo cuántico está como media brazada por debajo de donde se encuentra mi cabeza; no deberías tener ningún problema para encontrarlo.

Jasmel volvió a meter la cabeza en su lado y corrió hacia la sala de control.

Hubo un remolino de actividad visible en el monitor; resultaba claro que nadie estaba preparado para eso. Dos hombres fueron a traer la escalerilla que Jasmel había señalado. Uno de ellos le dio a Ponter un gran abrazo, que Ponter devolvió con entusiasmo. Parecía que los gliksins no lo habían tratado mal…

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Homínidos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Homínidos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Robert Sawyer: Humanos
Humanos
Robert Sawyer
Robert Sawyer: Hibridos
Hibridos
Robert Sawyer
Vernor Vinge: La guerra de la paz
La guerra de la paz
Vernor Vinge
Robert Sawyer: Recuerdos del futuro
Recuerdos del futuro
Robert Sawyer
Carlos Castaneda: El Arte De Ensoñar
El Arte De Ensoñar
Carlos Castaneda
Отзывы о книге «Homínidos»

Обсуждение, отзывы о книге «Homínidos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.